Capítulo 7: Nada puede malir sal

1794 Words

Entramos a su piso. Es espacioso, todo de blanco brillante, incluso puedo verme como si hubiera un espejo en el suelo. Ojalá yo tuviera esta limpieza en mi casa. Roxana sale de lo que supongo es la cocina, con el pelo atado en un rodete y un delantal de cocinera floreado. —¡Hola, Maru! Muchísimas gracias por venir —me dice con una sonrisa de oreja a oreja. —Gracias por invitarme —expreso intentando no sonar incómoda. ¿Sería esta mi vida si fuera yo la prometida de Abel? Lo dudo, yo sé que no le gustan este tipo de casas y que probablemente se mudó porque ella se lo pidió, él es así. Me doy una cachetada mental para dejar de pensar en esas cosas. No tengo que pensar en qué podría haber pasado si yo estuviera en el lugar de Roxana. —Estoy haciendo una dieta baja en carbohidratos, así qu

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD