En la pizzería, Jasir Achebe trabajaba con diligencia. Le habían explicado y mostrado como colocar los ingredientes para la masa de la pizza, las cantidades y el tiempo que la masa debía reposar y ser amasada. Era un trabajo que podía hacer con facilidad, ya que incluso, le habían colocado una silla para que se sentara y cuidara la máquina, de ese modo, no estaría de pie y no tendría dolor. Igualmente, en la mesa donde se armaban las pizzas, le dejaron usar una silla que se ajustaba a la altura de la mesa. Todo le estaba resultando cómodo y fácil de hacer. Cada cierto tiempo les llegaban notas con las pizzas que debían preparar. En la mesa había cinco personas, todas ellas trabajando en conjunto. — Faltan más champiñones. Jasir, Lola — los llamó uno de los jefes en la cocina. — ¿Pueden en