-Sebastián- Ha sido un completo dolor de cabeza intentar hablar con Alex estos días, huye de mí como si fuese el peor monstruo que aparece debajo de la cama. La similitud es innegable, lo admito. Exageré al obligarla a compartir la habitación conmigo, aun cuando la intención tras mis decisiones son para demostrarle que no soy ese monstruo que ella cree. Le prometí nunca lastimarla y, a excepción de aquella vez, lo hago o lo intento a pesar de todo. Es tan complicado demostrar las buenas intenciones cuando todos ven y te consideran como el peor desalmado. Es ridículo negar que todo es mi culpa. — Sebastián Roux –hablan a través del teléfono- ¿Por qué tu prometida no ha enviado el nombre de una sola persona, amigo o familiar para enviar las invitaciones de la boda? — Mamá, Alexandr