Entrenamiento

2148 Words
No sabía que tenía y porqué no dejaba de pensar en ese chico, no entendía nada, apenas lo había visto dos veces no podía enamorarme de él y; él tampoco debía actuar de esa manera, era tan tierno, tan cariñoso que sentía que mi orgullo caería al suelo cada vez más con cada palabra que saliera de su boca, ¿Donde había quedado la antigua Blue? Aquella que nunca se enamoraba a la que le daban náuseas los amoríos, de esa Blue no había nada mientras me encontraba con ese chico, era tan débil e indefensa a su lado que bien podía dejar que me protegiera como él quería. — Increíble Blue, te compadezco. — dijo mi amiga riendo mientras se sentaba a un lado de la cama. — Nick es un egocéntrico, amargado y mandón, pero creo que al que debo compadecer es a él. — dijo haciéndome reír — siempre creí que Nick tendría un mate débil a quien pudiera dominar, pero mira que la Diosa luna se la ha puesto difícil el tonto tendrá que perder su orgullo contigo. — dijo riendo con más fuerza mientras se acostaba a mi lado. — Estas feliz de que tu hermano sea mi mate ¿no? — digo mientras me volteo a verla. — Claro Blue, quien mejor que tú para quitarle la amargura y lo egocéntrico, contigo se doblegaría. ¿Acaso no viste los débil que se veía ayer? Incluso con cada palabra que decías creí que lloraría, nunca había visto así al rudo Nick. — dijo Nadia divertida, mientras yo rodaba lo ojos. — No se lo que siento Nadia, creo que él no es el único que se doblegaría. — dije seria y angustiada. — Por cierto, nunca me dijiste que tenías un hermano... — comenté curiosa recordando nuestra infancia. — Es normal que te confundas nunca te habían hablado de esto y si más no recuerdo, a ti el amor te daba asco. — asiento con la cabeza y Nadia ríe — Crees que no necesitas a nadie, que estas bien sola pero no es así Blue, se vienen épocas duras por eso estas aquí. — dice mi amiga con un tono de preocupación. La miro esperando con ansias la respuesta a mi comentario. Ella sonríe sabiendo con exactitud lo que espero. — Nick y yo fuimos criados en distintos mundos como ves, pero siempre supimos de la existencia del otro. — asiento satisfecha. Rebobino a su última frase y preguntó: — ¿Épocas duras? — pregunté sin entender a qué se refiere. — Bueno verás, los lobos y vampiros tienen una tregua de no lastimar a ninguna de las especies contrarias el vampiro que ataque a un lobo o viceversa, será castigado con la muerte, pero hay vampiros que son de épocas antiguas y aún conservan el odio hacia los licántropos al igual que muchos lobos, han llegado rumores que vampiros antiguos se han aliado con espectros y si ellos están aliados con los espectros por más lobos que hayan no podremos ganar una guerra contra esos seres, pero tú estas aquí para eso, serás reina de ambas especies y volverá la paz, serás el alfa aquí y la reina de los colmilludos. — dijo riendo. — Ahora vístete con algo deportivo de ahora en adelante entrenaras con nosotros. — Me lanzas un montón de información y ahora quieres que me vista para entrenar, eres la peor de las amigas... — dije divertida. — Lo siento querida, pero nadie quiere una reina que no pelee las batallas con los suyos, ahora levanta tu trasero de esa cama. — dijo jalándome y haciéndome caer de la cama, la fulminó con la mirada mientras ella sólo ríe. — Por cierto Nick te espera en el campo de entrenamiento, es el mejor en batalla y a pedido entrenarte y tu padre no se ha negado ya que quiere que su niña sea una gran guerrera. — dice riendo mientras sale de la habitación Me vestí con lo que creí apropiado para un entrenamiento, luego me hice una coleta alta y me dispuse a ir al dichoso campo de entrenamiento, si de algo serviría entrenar sería para olvidar todo el lío en el que estaba metida sin siquiera haber hecho o dicho algo. — ¡Kalecia has venido! — escuche a un entusiasmado Nick decir, lo fulmine con la mirada, odiaba que me dijeran por cualquiera de mis nombres. Blue, así debía llamarme. Además, ya se lo había dicho ¿que difícil era recordarlo?. — Dile Blue hermanito, eso si quieres mantener tu cabeza en tu lugar. — se adelanto a decir Nadia y yo no pude evitar reír ante la mirada preocupada del chico. — Lo siento, Blue. — dijo el chico regalándome una sonrisa un poco forzada, algo me decía que estaba nervioso o quizás me temía. — hoy entrenaras conmigo, empezaré por lo básico para que aprendas a mantener tu equilibrio, fuerza... Ah y también correrás tanto en tu forma humana como en tu forma lobuna. — dijo serio. Si en algo fui buena era en correr ¿por qué? No se, pero hacia papilla a todo aquel que corriera contra mí. — Ok, esta bien. — dije con una amplia sonrisa en mi rostro. — Tú solo dime que debo hacer. — El chico asintió, mientras mi amiga se disponía a seguir en su entrenamiento. Nick era muy bueno enseñando, dure toda la tarde practicando una serie de ejercicios para fortalecer mi resistencia, equilibrio y ganar fuerza según él. Pero aún no me enseñaba a pelear, siempre he sido una chica a la que le gusta ver sangre en una pelea y esto solo parecía calentamiento en vez de entrenamiento, además siempre practicaba en el sótano de mi antiguo hogar y creo que era muy buena en eso. — Lo haces muy bien Blue. — me halago el chico. — me sorprende que resistas tanto, la mayoría de chicas se cansan muy rápido y en cada segundo piden un descansó. — dijo el chico mientras sonreía. — Bueno verás, soy la excepción. — dije enarcando una ceja divertida mientras me acercaba de forma amenazadora. — Ahora que ya he hecho tus ejercicios... ¿Pelearemos? — dije mientras me acercaba más a él. — No, no puedes pelear aún, te hace falta entrenamiento. — dijo el chico serio evadiendo mi mirada. Nadia observaba todo divertida mientras entrenaba con otra chica. — ¡Oye Nick! — grito Nadia llamando la atención de su hermano. — ¿Te da miedo que tu mate te patee el trasero?. — pregunto divertida. — No claro que no, es su primer día. Aún no habrá ningún combate cuerpo a cuerpo para ti Kalecia. — dijo él dirigiendo la última frase a mí y no pude evitar llenarme de ira, ¿Cuántas veces tenía que repetirlo? Era Blue, nada de Kalecia ni Alba. Sentía la ira recorrer mi cuerpo y no pude evitar tomar a Nick del cuello y levantarlo con tanta facilidad, en definitiva no era yo y no debía ser adivina para saber qué mi parte vampírica se había apoderado de mí. — Si quieres vivir te recomiendo que no me vuelvas a llamar Kalecia, mi nombre para ti y para todos los demás es Blue ¿Entendido? — dije mientras veía como el rostro de mi querido mate se tornaba rojo. — Entendido Blue. — lo escuché decir en un agudo susurró mientras con sus dos brazos trataba de soltarse. — Gracias mi amor. — dije con una amplia sonrisa en mi rostro mientras lo soltaba. Nick recuperaba la respiración desde el suelo. Me giré y pude notar las miradas de todos los que entrenaban a nuestro alrededor mirándome. — No hay nada que ver aquí. — sentencie, y todos los presentes evadieron mi rostro volviendo sus miradas a lo que estaban haciendo antes. Me retiré del campo de entrenamiento, no me arrepentía de lo que acababa de hacer, yo no era una de esas personas que se arrepentían de sus actos después de haberlos cometido, lo hecho, hecho estaba. Era lo que siempre me repetía, de esa manera ganaría respeto ante su raza según mi padre los lobos eran territoriales y no soportaban que nadie les quitara su lugar, y mi querido mate era un hombre egocéntrico y estaba más que claro que yo no seguiría sus reglas, era él quien debía seguir mis reglas si quería permanecer a mi lado. Sí. Sentía maravillosas cosas cuando estaba a su lado pero Blue Rusell no era de doblegarse, no señor. — ¿Estas consciente que casi matas a nuestro mate? — preguntó Gesell. — No, no fue nada. Y no me reclames porqué no me arrepiento, eso le enseñará a ese egocéntrico y presumido a saber quien manda. — dije con un tono muy serio. — Sólo no lo asesines — dijo ella con un poco de preocupación. — Te digo que las ganas no me faltan, pero también lo quiero, así que no morirá. — dije divertida y ya un poco más calmada. — ¡Hija! — Escuche a mi padre correr tras de mí, conocía a perfección cada tono de su voz y sabía que estaba feliz, espere con calma a que se acercará. — ¿Qué tal tu primer día de entrenamiento con Nick? — dijo entusiasmado. — Horrible. — dije seca y vi a mi padre fruncir el ceño. — no me mires así, pero si te dicen que casi mató a mi mate no les creas, yo solo jugaba con él. — vi a mi padre abrir sus ojos como platos y abrir su boca en una evidente mueca de sorpresa. — Espera, dices que casi matas a el mejor de mí manada en combate. — dijo mi padre repitiendo lo que dije, de una forma diferente. — No claro que no, ¿Cómo crees? Digo: que si te dicen eso no les creas, mienten. Solo nos divertíamos — mi padre cambio su cara de sorpresa para estallar en risas y de verdad que no lo entendía. — ¿Qué te sucede padre? ¿Te encuentras bien? — dije mientras tocaba su frente buscando indicios de fiebre. — Claro que estoy bien, te pareces a mí, y me hace sentir de maravilla que te parezcas a mí. — dijo con una amplia sonrisa mientras negaba con la cabeza. — no puedo creer que hayas vencido a Nick. — dijo aún con su sonrisa. — eres grandiosa, ahora ve a darte una ducha te esperamos para cenar. — dijo besando mi frente y despidiéndose. ¿No había aclarado que solo fue una advertencia? Nadie debía llamarme así, me molestaba infinitamente, así que Nick no recibió ningún trato injustificado, además no lo vencí, no le había dado tiempo siquiera de recatarse de mi ataque. Mi padre se dio la vuelta para irse y pude notar que Nick se acercaba por el mismo pasillo por donde iba mi padre. — Ah. Hola Nick, ten cuidado aún está enfadada. — dijo mi padre divertido mientras palmeaba el hombro de Nick y se alejaba, Nick sólo lo vio desconcertado y siguió caminando hacia mí, es obvio que a él no lo esperaría. Seguí mi camino hasta llegar a la puerta de mi habitación pero como nunca puedo vivir en paz ni un segundo de mi vida el lindo rubio se atravesó en mi camino. — No pensarás ignorarme, otra vez. — dijo el chico serio. Le regale una mirada de odio a mi querido mate y pude notar que se estremeció eso me causó un poco de gracia y lástima así que decidí hablarle. — Nick, si lo que quieres es una disculpa búscala en otro lugar porque estoy segura que de mi sólo recibirás golpes. — dije seria mientras ponía mi brazo en mi cintura en señal de frustración. — No busco una disculpa, pero ¿Qué tal un beso? — el idiota no me dio tiempo de reaccionar y tomó mi rostro en sus manos mientras estampaba sus labios contra los míos, ¿Pero que diablos? ¿Eran mariposas eso que sentía o era mala digestión? De seguro era la b, me perdí en mis pensamientos mientras el tonto chico seguía dándome un tierno beso y yo inconscientemente lo seguía, sí, pues no quería hacerlo, pero mi cuerpo se resistía a mis órdenes. Cuando se apartó de mí pude procesar el que me había besado y que ese había sido mi primer beso. — ¡¿Que hiciste imbécil?! — grite enojada mientras él salía a correr por el pasillo. — ¡No pusiste resistencia en ningún momento, es obvio que querías! — grito el chico tonto y egocéntrico. — ¡Además, me lo merecía! — culminó con una sonrisa en sus labios. — ¡Te pateare el trasero Nick! — grite aún confundida ¿Pero que diablos me estaba pasando? El chico se giro y me enviaba besos desde el final del pasillo mientras yo lo fulminaba con la mirada, pero que infantil... abrí la puerta de mi habitación cansada de tantas tonterías seguro después tendría la oportunidad de patearle el trasero ahora necesitaba ducharme y cenar con mi familia. Esa noche me fui a la cama con esa escena en mi cabeza, le había dado mi primer beso a él o bueno; él me había robado mi primer beso.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD