| Dereck Meyer |
Ambos subimos al auto, Audrey se mantiene en silencio todo el tiempo, después del desayuno a preferido darme la ley del hielo, la ventana está subida por lo que es un espacio solo entre ella y yo.
Me maldigo por las últimas palabras que le dije cuando yo se la mierda que son sus padres pero era que se case con nosotros o con otro imbécil y eso no lo permitiría bajo ningún costó.
Es mía y de mis hermanos, Audrey se ve algo cansada lo que me hace pensar no a dormido mucho, su rostro apoyado en la ventana, su cuerpo es una pose curvada donde su culo se inclina hacia mi, siento que el outfit que Lena le a escogido no es para nada beneficiente para el auto control.
La veo hacer una mueca de dolor por la pose, son dos horas de recorrido para llegar a casa de sus padres, poso una de mis manos en su muslo desnudo moviendolo un poco ella me mira, le hago un ademán de que se acerque, me mira desconfida, cuando está cerca la envuelvo en mis brazos impulsados hacia mi cuerpo.
― Acomodate y descansa ― le ordenó.
― No, estoy bien ― se mueve un poco y su cuello truena.
No ser tan transparente en estos casos funciona así no poder reirme y hacer se enoje.
― Eso lo confirma ― ironizo ― Puedes descansar sobre tu futuro esposo ― se oye bien.
Pronto será mi esposa y de mis hermanos, solo nuestra, sin ningún hombre a su alrededor que pueda codiciarla, aun recuerdo la primera vez que la conocimos y como fue después de eso, estaba en una etapa donde los imbéciles adolescentes vuelan como güitres y estaban sobre ella, fue difícil elejarlos pero funcionó lo que hicimos.
Se deja caer sobre mi acomodandose vota sus tacones en el piso del auto, observo una de sus piernas desnudas.
El recuerdo de mis labios sobre su cuerpo, lo suave y adictivo que es me atormenta, desvió mis vista de su cuerpo, ver su rostro no ayuda, sus redondos, suaves y carnosos labios aun se sienten en mi hombría.
Tenía 26 cuando la conocí y ella me mintió diciendo tenía 20 años usando ese seductor y revelador vestido. Tenía 18, estábamos en una gala de antifaz, la hacen una vez al año, no fue uno o dos años después que super su verdadera edad y quería matarla pero preferimos quedarnos con ella ¿Cómo no preferir la segunda opción cuando trata de ella?
― Eres cómodo Dereck ― expresa somnolienta.
Acaricio su cabello como le gusta logrando se relaje, después de cada noche le hacíamos mimos, eran las 24 horas más bellas de mi vida, ella desnuda entre nuestros cuerpos.
Mi celular vibra, es un mensaje de Adler en el grupo.
[ FUTUROS ESPOSOS ]
•¿Cómo está?
Adler
Con una mano tecleo mi respuesta.
•Dormida
•Quiero una foto
Blaz
El emoji de ternura me fastidia pero lo hago, nos tomo una foto y la envío al grupo.
•¿Porque tiene que ser tan bella?
Blaz
•¿a hecho preguntas?
Adler
•No muchas.
•¿Cómo se encuentra?
Blaz
•Estresada
•¿Crees necesitemos terapia de pareja? Por si lo toma mal.
Adler
•No lo sé, no la he podido descifrar en las últimas horas pero puedo confirmar no tuvo voz ni voto en esto, lo mejor será estar prevenidos a cualquiera de sus reacciones.
•Será lo mejor
Blaz
•¿Porque duerme sobre ti?
Blaz
•Porque no deje durmiera contra la puerta del auto.
Salgo del grupo regresando mi atención a Audrey. Duerme profundamente, una de sus manos está aferrada a mi camisa hecha puño y la otra descansa en mi muslo, sus pestañas descansan sobre su pómulos sonrojados.
Su respiración lenta me relaja. Por varios largos minutos solo somos ella y yo. Comienza a moverse después de una hora de viaje, su agarre en mi camisa se afloja lentamente.
― Lo siento arrugue tu camisa ― se disculpa con la voz algo pastosa.
Intenta incorporarse pero lo impido, me gusta sentirla así, cerca, después de cuatro años por fin estará con nosotros, sin tener 364 días de pormedio entre nosotros para vernos y sentirnos otra vez.
― Tienes más ¿Sueño?
― Se ha ido un poco ¿Me dejas se sentarme?
― En mi regazo sino quédate como estas ― hundo mis dedos en su cabello.
Se incorpora un poco sobre mi con algo de violencia.
― Pudrete ¿Me dejas?
Observo sus negros ojos devorando mi alma, sus carnosos y suaves labios encendiendo mi deseo.
Su voz es un estímulo y sus palabras solo un detonante de lo que le podría hacer.
― No, cuida tus palabras ― mis dedos en su cabello se hace un agarre empujandola contra mi, su rostro queda a milímetros ― Se buena ¿Quieres? ― burló besando suavemente su cuello, es un beso húmedo.
Su tensión baja mientras un jadeo abandona sus labios. Son adictivos, aun la puedo oir gemir a mi oído.
― Dereck ― se queja apoyando una de sus manos en mi hombro.
― ¿Si? ― interrogó besando nuevamente su cuello es tremece.
Es su punto débil, junto su clítoris. Probablemente su movimiento sea incosiente pero lo hace, se cómoda sobre mi y la dejo, amo tenerla sobre mi, sus manos se aferra a mi hombro y cuello, su pierna desnuda rodea mi cadera mientras se apoya en la rodilla de su rostro pierna, mis manos viajan por su cuerpo descansando en su cadera y cintura.
Beso de nuevo su cuello obteniendo suaves jadeos, son hipnotizantes, mis dedos presionan su piel sobre el vestido que deseo arrancar de su cuerpo y poder idolatrar su belleza y sensualidad.
Sus labios rozan mi oído suspirando. Aprieto su cadera con firmeza y dureza controlandome, es una tortura no poder follarla.
Oigo su respiración algo agitada, siento su pecho subir y bajar.
― Quiero ir a casa ― susurra.
Yo se que no. Callo mis palabras beso una última vez su cuello se estremece.
― Estamos por llegar ― masajeo sus caderas ― ¿Quieres hablar de nuestro futuro matrimonio? ― la oigo respirar profundo y asentir suavemente con la cabeza ― Viviremos juntos, seremos el matrimonio; marido y mujer, viviremos juntos y No, no te dejaré ser de alguien más, solo mia ― solo nuestra ― y acostumbrate a esta pose porque no será la primera ni última vez que tenga así Audrey, ni la primera ni la última.
La forma es la que se estremece y su espalda se curva es una verdadera obra arte que amo sentir y ver.
● ○ ● ○ ●
Antes de que baja del auto tiro de ella hacia mi dejando un suave beso en su cuello reprime las sensaciones.
― Nos vemos en nuestra boda.
Sus ojos hacen contacto visual conmigo, tan intimidante como interesante. Baja del auto sin decir ni una sola palabra, no bajo con ella a saludar la mierda de familia que tiene, nos vamos del lugar, en mi casa ya están mis hermanos en la sala con una pizza.
― ¿Cómo se portó mi prinzessin? ― el primero en preguntar es Blaz.
― No se ve muy feliz por la boda pero parece aceptarla.
― ¿Porque se molesto en el desayuno? ― se queja Adler.
― Por nuestra boda, somos ruines para ella ― expreso sarcástico.
― Será temporal su enojo ― asegura Blaz.
― Sino es que se enoja el doble por ocultarle quienes somos ― Espeta Adler.
― Éramos nosotros o el imbécil ― les recuerdo.
| Audrey Letterman |
Observo mi reflejo jugando con mi dije en forma de gota, el diamante color palo rosa reluce impecable, la cadena es de oro blanco.
Paso mis dedos por donde Dereck pego sus labios, aun puedo sentir su tacto.
《 Flashback 》
Me agarró de la baranda esperando de su precensia. Esperando de ellos.
No tardan en aparecer, puede sentir su aura segura, intimidante y dominante que hace me rinda a sus pies, siento las manos de unos de ellos en mi cintura acariciando suave hasta darle la vuelta para encararlos.
Sus celestes ojos hielan cada milímetro de mi ser para luego prenderle fuego con sus toques.
― Nuestro tercer encuentro ― susurro con una pequeña sonrisa.
Ellos son adictivos pero temporales, solo una vez al año desde hace dos. Había cumplido 18 la primera vez que nos vimos, hace un año me costó caro mi mentira de que tenía 20 cuando se entraron que cuando me conocieron tenía 18.
Sus manos no tardan en viajar por mi cuerpo y una de ellas sostenerme por la nuca y besarme con fervor, aceptó su apasionado beso sintiendo mi cuerpo arder, sus labios son un compás de lo adictivo, peligroso y crudo, puedo ver al menor de estos tres hombres de reojo y al mayor atrás, no se sus nombres pero cada año en esta gala de antifaz nos vemos desde mi primera vez aquí, se han vuelto mi adicción y realidad deseada fuera de mi tortura de vida.
La lengua de Adler hace contacto con mi labio inferior, es una petición silenciosa donde entre abro los labios dejando explore, los besos con el son sucios.
Los diferenció a los tres por sus ojos, son diferentes, uno los tiene de un verde oscuro, otro de celestes entre verdes y con quien me beso de unos celestes tan claros como el cielo.
Esta gala es algo inmoral para mi, mi sucio secreto. Una de sus manos baja a mi culo apretandolo gimo contra sus labios.
Bosque, agua y cielo.... a eso me recuerdan los ojos de ellos.
El menor de ellos no tarda en tomarme de la cintura y apretarme contra su cuerpo besa mi hombro descubierto.
― Te extrañe ― susurra a mi oído acelerando mi corazón.
Duele como esto es tan maravilloso para mi pero no una realidad. Sonrio por sus palabras.
― Y yo a ustedes, siempre es un placer verlos ― susurro encantada por ellos.
Observo hacia ojitos verde musgo.
― ¿Tu no me saludas? ― pregunto algo nerviosa por dentro.
La última vez parecía algo molesto.
― Aún sigo molesto contigo pero siempre encantado por tu presencia ― admite acercándose.
No se en que momento pasa pero sus dedos se encuentran en mi cabello atrayendome hacia el me besa con pasión y salvajismo.
Con el es siempre es duro y salvaje.
Con ojitos celestes es violencia y sadismo.
Con ojitos celestes entre verdes es pasional, lento y duro.
«Siempre excitante» no importa como sea si es con ellos todo es excitante y maravilloso.
«Adictivo»
Sus labios chupan los míos, me muerde, jadeo y gimo ansiosa de ellos.
― ¿Has disfrutad de la fiesta?
Niego lentamente mientras me alejo y ojitos celestes entre verdes me abraza. No decimos nuestros nombres, regla de la gala y algo que decidimos mantener.
Por lo que usamos nuestras iniciales, el mayor es D, el segundo es A y el tercero es B y yo soy mi sol, dulzura o prinzessin para ellos.
― ¿Porque No?
― No estaban, tardaron mucho esta vez, crei no vendrían ― confieso.
A se sienta en uno de los sofás de balcón, palmea su muslo para mi, camino hacia el sentandome en su regazo, D y B se sientan frente a nosotros.
― Tuvimos unos contratiempos pero prometimos venir ¿Lo recuerdas? ― pregunta A.
― Si.
Pero no sabemos de la vida del otro, fuera de esta fiesta no nos conocemos, lo decidí yo, por mis padres, son un problema siempre. No se si tienen o han tenido pareja pero se que no haríamos nada si ellos tienen pareja, acuerdo entre nosotros.
A, lleva sus manos a mis muslos desnudos, tome un vestido siemple, elegante y atractivo, deja mis piernas se revelen, tengo una fascinación por los vestidos así, de colores suaves como este por ejemplo, color champagne.
― ¿Qué a sucedido en todo este año? ― pregunta B.
Casi dejo de ser virgen, nada importante, no termino bien pero sigo con mi flor.
― Mmmm nada, solo que sigo siendo la mejor estudiante de mi generación, no soy muy social, los amigos y amigas no son lo mío, vida aburrida ¿Y ustedes? ― respondo.
Fui de fiesta, uno que otro chico que de nuevo termino de forma peculiar.
― Tenemos un entorno muy aburrido, lo mas interesante de nuestras vidas es está Gala ― responde A acariciando mis muslos los aprieta.
Se que hay mas pero nunca lo dicen, me siento en confianza con ellos pero no en la que pueda decir mis problemas, es una confianza ligera.
Me siento importante para ellos cuando probablemente no soy la mujer que quieren en sus vidas. Disfrutamos del silencio, no es incómodo solo disfrutamos de la presencia de cada uno como podemos poner de cabeza el mundo de cada uno solo con esta presencia.
A, no deja de acariciar mis muslos, el cielo nocturno es estrellado.
― ¿Porque la Gala es lo más interesante de sus vidas hasta ahora? ― decido preguntar.
B sonríe mientras D me analiza.
― Porque estas tu ― responde finalmente consumiendome con sus ojos verdes.
Mi corazón no tarda en latir fuerte.
― ¿Yo? ― pregunto aun sin estar segura.
― Tu ― asegura A en mi oído besando debajo de el.
― ¿Porque Yo?
― Nos gusta muchas cosas de ti ― responde D.
― Quiero avisarles que sus palabras son muy románticas Y... ¿Me recuerdan que opinan ustedes de eso? ― sonrio divertida tratando de ignorar lo que sus palabras me provocan.
B bufa.
― Es diferente ― se queja B.
― ¿Cuál es la diferencia? ― pregunto interesada mirando a A.
― Se trata de ti, todo lo que tiene que ver contigo es diferente ― responde A.
Sus mirada profunda me roba oxígeno.
― Ustedes también son lo más interesante que me a pasado en años, encantadores.
《 Fin de Flashback 》
Me coloco mis tacones observando a Níha y Olivia, hoy será mi despedida de soltera esencial ya que acá tenemos todo lo que necesitamos para hacer una despedida de soltera inolvidable, falta una semana para la boda pero mañana debo irme a Nepal y ahí solo aremos una pijamada.
Tengo un vestido pegado al cuerpo, corto, cubre lo aceptable de mis pechos es de tiras que se unen en mi espalda baja formando un X, apenas cubre mi culo, es color champagne brillante.
Si, es mi color favorito, tomo una chaqueta negra más larga que el vestido, este cubre la mitad de mis muslos
― ¡No puedo creer te vallas casar! ― exclama Níha arreglando su vestido de la parte del busto ― en menos de una semana.
Sonrio sin gracia.
― Ni yo ― bufo.
― Mínimo dime que ese hombre está bueno por favor ― se queja Níha.
Evitó responder eso tomando mi cartera.
― ¿No vamos? ¿Ya están listas? ¿A dónde me llevarán? ― pregunto algo nerviosa.
No se como vaya acabar esta noche pero estoy dispuesta a todo... Si ese hombres planea tengamos relaciones íntimas, mi flor no será con él.
― Ya verás.
● ○ ● ○ ●
Observo el lugar, es una zona para los club más exclusivos, algunos de los clubs son muy inmorales, lo sé porque son lo que mi madre me impide ir pero jamás he estado interesada, Olvia toma mi mano tirando de mi entusiasta.
― Amaras este lugar, es como tocar el cielo estando en el infierno ― dice con sensualidad robandome una sonrisa Níha le da la razón.
― ¿Cuál será el elegido? ― pregunto algo ansiosa y nerviosa.
― ¿Para Putas Diosas como tu? ― pregunta Olivia sonrojandome ― Lo mejor, sera el Paraíso en el Infierno ― señala el club con el mismo nombre que acaba de nombrar.
Se me eriza la piel de solo ver la gran fila y como se ve de imponente, es como un lugar que tu vez y sabes es para pecar donde es imposible salir ilesa.
― ¿No hay muchas personas? ― pregunto no muy segura.
― Tenemos pase VIP, lo organizamos todo con anticipación, no deberemos hacer esa cola ― responde Níha emocionada ― Espere tanto tiempo para traerte a este lugar ― expresa exagerando sentimentalismo.
― ¿Que hay en el lugar? ― pregunto nerviosa.
― De todo pero escogimos algo liviano ― responde Olivia ― las chicas ya nos están esperando en la habitación.
Respiro profundo siguiendo, los hombres en la entrada nos piden identificación la cual todas traemos, a Olivia le pide unas cuantas cosas más ya que ella tiene el pase de este lugar, nos hacen una pequeña inspección y luego nos dejan pasar, el ruido es muy fuerte en el lugar, puedo ver las luces de diferentes colores, el lugar es muy minimalista con toques perversos, yo me dejo dirigir por mis amigas observando como muchos bailan acá abajo, hay otros niveles.
― ¿A dónde iremos? ― grito hacia ellas por la música.
― Al segundo nivel, es donde está lo que necesitamos ― responde sonriente Níha.
― ¿Y eso es? ― pregunto subiendo unos peldaños junto Olivia.
― Habitaciones, una música más.... especial, stripper's y juguetes ― responde Olivia.
Entre abro los labios sin saber que decir llegamos a una habitación donde la música no están fuerte como en el núcleo del lugar, al abrir la puerta varias compañeras y unas amigas con las que me llevo bien son las que nos esperan tirando un brillo dorado, acá hay diferente música con las mismas luces neón, todas me saludan con un beso en la mejilla, en cada esquina hay algo diferente en una hay bebidas, en otra bocadillos, en otra lencería y en la última esquina hay un gran tubo con un fondo n***o que creo son cortinas, el tubo está sobre una plataforma, sofás se extienden en ese lado para unas 10 o 15 personas, somos 12.
Hacemos pequeños juegos y tomamos shots, me río y me divierto emocionada, no invite a nadie de mi familia, este día no me lo iban a terminar de arruinar, observo que en medio de la esquina de las bebidas y lencería hay un pasillo.
Tiro suavemente del hombro de Níha llamando sus atención.
― Dime.
― ¿Y ahí a donde lleva? ― pregunto señalando el pasillo.
Sonríe poniéndose detrás de mi deja sus manos en mi cintura.
― Ahí es donde tus más perversas fantasías se hacen realidad ― susurra besando mi cuello.
Me alejo un poco observando el pasillo.
― Solos somos mujeres ― recuerdo.
― Es que aún no vienen los stripers Drey ― responde obvia dándome una nalgada se gira hacia donde están las demás bailando emocionada.
Evitó quejarme regresando con las demás bailó con Oliv, de un momento a otro veo como hombres con un corbatin en el cuello y sin nada que les cubra más que de las caderas a las piernas comienzan a repartirnos bebidas y bocadillos, las chicas se alborotan, yo me siento nerviosa.
Hago una mueca cuando todas sueltan un chillido, la música es más sensual, por momentos se mezcla a la electrónica pero sin quitar lo sensual, todas tocan a los strippers que les sirven de algún bocadillo.
― ¡Llego la hora de la futura esposa! ― exclama emocionada Olivia ― Audrey nos ayudará poniéndose algo de la Sexy lencería.
Abro la boca sin saber que decir, todas exclaman emocionadas mientras yo niego, Daya otra amiga se acerca con una lencería blanca.
― Vamos Audrey ¿No dijiste que no querias llegar virgen al altar? ¿Oh tan Adonis está que quieres sea con él? ― provoca Oliv divertida.
«Si»
― No, dame eso.
En un abrir y cerrar de ojos soy la única que está en lencería blanca, mis amigas creen esto es atrevido pero esta lencería no supera la que mi madre me a comprado para el día de la boda y las de la luna de miel.
Un escalofrío me recorre, literalmente esta haciendo lo imposible para que valla en un sexy empaque, al menos esto cubre mis pezones.
Níha da la orden que baje la música y mis amigas colaboran llevandome ha una silla frente los sofás, la música de inicio para la exclusividad del momento me eriza la piel, las luces se apagan a nuestro alrededor y solo una luz neon alumbra alrededor del tubo, otros dos tubos descienden, me ponen un velo.
Me siento todo menos una mujer decente.
La música no ayuda, aprieto mis piernas nerviosa, los strippers que servían ahora están dando inicio a esto bailando a mis amigas, uno de ellos se encarga de mi colocándose atrás de mi toca mis hombros haciendo aun lado mi cabello. Veo a tres hombres salir con un traje de policía. Ambos viendo hacia atrás, cada uno al lado de su respectivo tubo, mis amigas gritan emocionada.
El strippers me acaricia solo con la punta de los dedos, no se siente tan cómodo pero estoy bien, supongo son los nervios, la música avanza y ellos hacen un movimiento de cadera contra el tubo bajando muy poco pero lo suficiente para hacer gritar a las demás, ellos siguen con la vista hacia atrás, otros tubos descienden para los otros strippers, sus movimientos son sensuales y duros cuando dan una imagen obscena, cuando la música sube en un momento ellos voltean hacia el público, hacia mi, el stripper que está conmigo acaricia mis muslos bailandome me abre las piernas logrando tragué.
Otro zumbido fuerte de la música y quitan parte de su uniforme dejando sus músculos a la vista y su tonificad abdomen, se tensan en algún momento los 3 mirando hacia mi con intensidad, no diferenció su rostro por que traen una máscara que cubre la parte superior de su rostro, sólo puedo ver sus ojos los cuales por las luces se ven oscuros, ellos siguen bailando, llegan algún momento que es contra el piso, sus miradas en mi, mi silla cambia por un banquillo donde se le es más fácil al stripper conmigo bailarme, me es magnífico ver como se desenvuelven con sensualidad y destreza, su mirada es salvaje, el stripper me arquea, la mirada de uno de los strippers que da el show se hace más oscura, levantándose de su lugar sin dejar de bailar camina hacia mi, mis amigas gritan de emoción mientras yo me siento enjaulada por feroces animales.
El stripper no tarda en llegar a mi y bailar al ritmo de la música moviendo su pelvis, ladeo la cabeza sonrojada, veo su cuerpo tenso, sus manos se apoderan de las mías en mi regazo, trago grueso por su musculoso y marcado cuerpo, sin querer veo bajo su pelvis, junto mis piernas de golpe presionandolas entre sí, alzó la cabeza para no ver su hombría imponente justo el baja su mirada y ya el otro stripper no me toca, su mirada y ligera sonrisa perversa me hace tragar, siguen moviéndose, pone mis manos sobre su abdomen marcado.
― Abre las piernas dulzura ― ordena desde arriba logrando tiemble.
«Dulzura»
Desvió esos pensamientos mirándolo contraída, no, Audrey relajate. Mi cuerpo recibe tan bien la orden que lo hago, sonríe satisfecho y a la vez tenso ¿O molesto? No deja aleje mis manos de su cuerpo y mis amiga gritan que lo toque.
El se introduce entre mis piernas, mi respiración se acelera, los otros dos strippers que bailaban con el se ponen a mis costados rodeandome hay otro grito pero la música sobre sale, cuando ya solo somos ellos y yo el stripper lleva mi mano por su abdomen hasta su virilidad, jadeo sin poder creerlo. Sus ojos son celestes tan claros como...
Ente abro los labios sorprendida cuando me deja baje un poco de su ahora solo boxer n***o, siento a uno de ellos presionarse contra mi en mi espalda, me estremezco, muerdo mi mejilla interna apretando su hombría tensa la mandíbula tirando de su cabeza hacia atrás, otro toma mi mano libre poniéndola en su abdomen.
Lo admito se siente bien y tal vez así deje de ser virgen hoy. Siento su m*****o duro, grueso y grande, cuando siente estoy por hacer un movimiento la saca y cambia de lugar con otro stripper el cual es diferente me da la espalda moviendo su culo contra mi me siento fuego.
Sus movimientos obscenos avanzan, el se inclina sobre mi dejando lo toque, es de complexión delgada y atlética con unos músculos duros. Me dan la vuelta sobre mi asiento para que pueda ver hacia el otro stripper el cual me deja sin palabras tomándome de las caderas simula embestidas contra mi sin rozar tanto nuestro cuerpos, no se que hago pero alzó mi caderas sintiendo su masculinidad, la atracción culposa me invade.
«Inmoral»
Son sexys, atractivos y perversos, lo tienen todo, tenso la mandíbula cuando se alejan porque la música para.
― ¡Turno de la futura esposa dar un baile! ― Grita Daya.
― ¡Contra las strippers! ― exclama otra seguida de más chicas.
¿Ya dicho que amo a mis amigas? Bueno ¿No? Pues las amo, Níha no tarda en venir a mi y levantarme de mi lugar me lleva al tubo principal, paso entre los stripers que me bailaban, se ven tensos cuando otros stripers alaban.
Antes de la que la música siquiera inicie soy tomada por uno de los stripers con firmeza.
― Regresa a casa antes de que te dejemos el culo rojo ― su voz es penetrante y dura.
Me estremezco mirándolo sin comprender, sus ojos celestes me recuerden a una sola persona que puede ser tan mordaz cuando algo no le parece o está en contra, mordaz en este momento queda corto, el sonido de los espectadores esta muy lejos de las palabras que el me da, la música sigue mientras veo hacia el otro striper que es un maldito.
― Suficiente aprobación estamos dando en que estés en lencería como exhibición para otros hombres.
Me suelto con brusquedad sin entender.
― No te conozco, ubicate ― bramo molesta.
― Pero yo a ti si, así que obedece.
― No eres mi dueño ― me impongo.
Sólo fue un baile, no le da derechos. Sonríe burlesca y perversos repanzandome con la mirada es suficiente para que todo se haga un alboroto.
● ○ ● ○ ●
Mi resaca no tiene nombre, me he tomado unas tres pastillas. Cierro mi maleta mordiendo mi labio inferior trato de no llorar. Tocan la puerta de nuevo. Apenas he podido distraerme después de lo que pasó ayer y pasará a partir que tome el avión hoy.
Los malditos Stripers son un pecado y mis padres una maldición.
― ¡¿Que?! ― Bramo molesta sintiendo un nudo en mi garganta.
Es hoy, hoy tomaré ese vuelo para ir al país donde me voy a casar.
― Perdone la molestia señorita Audrey, su padre pregunta ¿Si ya está preparada? Porque se les hará tarde.
Suspiro cansada parpadeando para no llorar
― En cinco minutos estoy con ellos.
Guardo mi cadena y collar en sus estuches y luego en la mini maleta, tomo mi gran maleta, mi pequeña maleta y cartera conmigo, verificó este mi celular e identificación.
Bajo con precaución las escaleras.
― Al auto ya Audrey ― ordena mi padre.
― ¡Ayúdame a bajar las maletas entonces! ― me quejo desde arriba.
Mi padre se detiene en la puerta mirándome de pies a cabeza rueda los ojos mirando al mayordomo.
― Ayuda a mi hija, esta más inútil de lo normal ― ordena golpeando mi corazón.
«Lo odio» «Los odio»
● ○ ● ○ ●
― Deberías buscar la forma que tu esposo te regale un jet privado ― habla Lexa a mi lado.
Diana la ve como si le hubiera crecido una segunda cabeza.
― Deberías buscar dejar de ser la amante ― respondo con su mismo tonito de voz pasando de lado.
Ya hemos pasado todo el protocolo ahora solo abordamos el avión.
― ¡Soy tu hermana mayor! Respetame maldita perra.
Ruedo los ojos sin quedarme a discutir con ella, en el avion una azafata me aborda pidiéndome mi ticket me lleva a mi lugar, dejo mi maleta pequeña en su lugar mientras saco un libro para leer.
No soy fanática de la lectura pero me gusta hacerlo de vez en cuando, ayuda a salir de la realidad, me acomodo esperando a uno de mis hermanos o padres, comienzo a leer, el piloto habla, alguien se mueve a la par mía, nuestros asientos tienen espacio suficiente pero son dos, observo de reojo esperando a alguien de familiar pero no.
Sus manos es lo primero que invade mi visión, decido alzar la vista ignorando la buena imagen creo paso a una más cruel, gélida, impenetrable e intimidante definición de sexy y atractivo. Inclino un poco mi cabeza observando que esa frialdad tienen mucho que ver con sus ojos.
Son celestes, reprimo cada sentimiento mío, la camisura de labios rosados casi se alzan, son gruesos, su mandíbula se tensa reprimiendo alguna emoción.
― ¿Tengo algo? ― su voz me contrae.
― ¿Mmm?
― ¿Tengo algo? ― repite.
«Estúpida»
― Ah, no, sólo ― miro donde está ― creí alguien de mi familia se sentaría a mi lado ― aclaró.
― Lamento decir que no, este es mi lugar ¿Hay algún problema con eso?
― No, no lo hay.
Por mi mejor así, su mirada me analiza mirando mi cuello desnudo y luego mi dedo anular donde se encuentra mi anillo de compromiso.
― Soy Audrey ― me presento tratando de cortar la rara tensión que se ha instando.
― Soy Adler.