♧ 3. Con el ♧

5000 Words
| Audrey Lleterman | Observo a mis padres alejarse en su auto mientras estoy al lado de Dereck, mi abrigo beigue me caliente del frío de la noche, son las diez y media, no se que puedan hacer unos futuros esposos juntos a estas horas de la noche pero Dereck Meyer parece saberlo, me abre la puerta de su auto regalandome una profunda mirada, muerdo mi mejilla interna entrando al auto, el cierra, espero dentro observando al chofer, me sonríe por medio del espejo, es un hombre unos 50 años aproximadamente, correspondo la sonrisa amablemente, sube la pequeña ventanilla negra que nos divide justo cuando entra Dereck. Respiro profundo entre abriendo los labios pienso en lo que voy a decir. ― ¿A dónde iremos? ― mi pregunta llama sus atención. Observa la hora de su celular y luego me observa a mi. ― No lo sé, dimelo tu ¿Mi casa o un lugar en especial? ― ¿Qué lugar estaría abierto a casi las once de la noche? Sonríe ladino. ― Muchos lugares, por ejemplo clubs, pero queremos algo más tranquilo para nosotros. ― ¿Algo tranquilo para conocernos? ― sus ojos brillan en gracia e ironía asintiendo con la cabeza ― Puede que su casa sea la mejor opción. ― Mi casa será. ― ¿Está muy lejos? ― Esta fuera la ciudad. ― ¿Me piensas matar? ― la paranoia me invade. Puedo ver en sus labios un reflejo de su sonrisa. ― No, no es una opción de momento. ― ¿Entonces lo estás considerando? ― Me gusta me comiences a tutear. Me sonrojo desviando la mirada a la ventana. ― ¿Cómo salió tu chequeo con la ginecóloga? Trago grueso sintiendo mi cuello rojo. ― Salí bien. Demasiado bien. ― Me alegro ¿Qué tal el método anticonceptivo? ― ¿Planea tengamos relaciones sexuales? ― pregunto incrédula. Su sonrisa lo dice todo, no sólo porque esa comparada con las otras sí es una sonrisa sino por el brillo en esos ojos verdes. ― Usted no piensa serme infiel ¿No? Y dudo que usted desee le sea infiel ¿Me equivoco? Lo miro cohibida, siento que acá hay mas de lo que escucho. ― Ella me hablo de los métodos anticonceptivos y cual sería mejor para mi pero no estoy segura de esto, no se si deseo una relación s****l con usted... ― me quedo callada cuando veo estoy haciendo todo lo contrario a lo que mi madre dijo. ― ¿Porque no está segura de tener una relación s****l con su futuro esposo señorita? ― pregunta interesado poniendo una de sus manos en mi pierna desnuda por el escote del vestido ― ¿Puedes verme Audrey? Trago grueso quitando mi mirada del frente para verlo a el. ― ¿Cómo será nuestro matrimonio? Su cuerpo está a milimetros del mío, el toque de su mano en mi pierna es cálido, piel con piel, se siente bien y conocido. ― Lo hablaremos después de la boda, son muchas cosas a tratar. ― ¿A qué se refiere con eso? ¿Por qué me eligió a mi como su futura esposa? Su mano aprieta mi muslo. ― Audrey fuiste tu la que nos eligió a nosotros. Frunzo el ceño al oírlo poniendo mi mano sobre la suya. ― ¿A nosotros? ― pregunto confusa. El abre y cierra los labios mirándome con profundidad me estremezco. ― Tu y yo, nosotros. ― No, eso no es lo que... ― Si. ● ○ ● ○ ● Salgo del auto con su ayuda por las zapatillas de tacones altos, me sorprendo al no ver una mansión sino una casa acogedora, grande pero no como una mansión, esta es de dos niveles con un gran patio, tiene una construcción moderna las paredes son de cristales transparentes, sólo lo sólido que los sostiene es diferente textura, la mayoría de las luces del segundo nivel están apagadas y la mayoría de las luces del primer están encendidas, observo que alrededor de la parte donde se puede caminar esta empedrado, tiene unas fuentes y bosque. ― Se puede ver todo, el interior de la casa ― expreso hipnotizada cuando lo siento detrás de mi. Me gusta, el interior es minimalista. Trago al sentir su tacto en mi cintura. ― Eso lo interesante y curioso, se puede hacer muchas cosas en el interior y fuera de ahí lo podemos ver... ― dejo caer un poco mi cabeza hacia el lado opuesto de donde se encuentra. Su voz acaricia mis oídos como su aliento mi cuello. ― Me gusta su casa. ― Próximamente todo lo mío será tuyo, todo lo nuestro. ― No te conozco... ― ¿Quieres entrar? ― Si. Mis tacones es el único eco en la soledad de la casa junto a su lado, al ingresar siento una calidad enorme. ― Es calido ― observo la sala a la que hemos ingresado. ― ¿Te gusta? ― Me fascina Sr. Meyer. ― Dereck, para ti soy Dereck, Audrey ― expresa con seriedad y tensión en sus hombros. Muerdo mi mejilla interna. ― Me fascina Dereck ― respiro el ligero aroma a jazmines en el aire girandome hacia el. ― Te fascinara más la casa en Alemania entonces. ― ¿Alemania? ¿Viviremos en Alemania? ¿Juntos? ― ¿No te gusta la idea? Me llama la atención vivir en Alemania pero esto no es nada parecido a mis planes, ni siquiera se acerca a lo que tengo planeado en mi cabeza. ― ¿No viviremos por separado? Su ceño se frunce mirándome con curiosidad, creo se está burlando de mi en su interior. ― Dije que hablaremos de eso después de la boda. ― ¿Porque te quieres casar conmigo? ― pregunto quitándome mi abrigo. Observa cada uno de mis movimientos dejándome sin oxígeno. ― Necesito una esposa ― responde simple. ― ¿Porque? ― Necesito una esposa como tu, eres difícil de ignorar. ― No entiendo. Soy más fácil de ignorar de lo que cree, todos somos fáciles de ignorar en algún momento en especial cuando no quieres ser el centro de atención. Somos tan fáciles de ignorar como de llamar la atención, según la que prefieras mejor. ― La prensa... los reporteros, todos ellos están detrás de ti ¿No te has dado cuenta? Tus padres te atesoran por eso, tu eres su buena reputación. La mayoría de su reputación esta sobre los hombros de Decer y tu. Lo sé, Decer el joven magnate y yo la joven generosa, ambos de "vida perfecta". ― ¿Me quiere para ser su reputación? ― No, no sólo para eso. ― ¿Porque no Lexa? Es una linda imagen para el matrimonio... ― no perfecto pero ― para el matrimonio modelo. Hombre y mujer guapa esculpidos por los mismos dioses que deleitan a la humanidad uniendo sus genes. Eso es el y eso es ella, yo me considero una belleza más sutil. Hace una mueca. ― Quiero una esposa para mi y mis... para mi, no para compartir con otros. Tenso la mandíbula y no se porque lo hago, se a lo que se refiere. ― ¿Y sino soy la imagen que usted busca? ― Sino lo fueras no estarías acá Audrey y no quiero ofenderte pero no rebajes mi gusto a tu hermana o alguien de tu familia, no pienso cambiar de futura esposa, serás tu y punto ¿No te gusta la idea? ― No, no me gusta la idea de casarme. Y menos con alguien que no conozco. ― Lo lamento por ti porque no cambiaré de opinión, lo hubieras pensando antes de aceptar. ― Es usted todo un caballero ― respondo sarcástica. ― Aunque no lo creas. ― Aja. ● ○ ● ○ ● ― ¿Cuántos años tienes? ― pregunto observando una foto familiar donde sale él de pequeño con otros dos niños y dos niñas. ― 30 ― Cinco años menos de los que esperaba. ― ¿Disculpa? ― Lo lamento pero esa expresión de seriedad en tu rostro solo te suman 5 años más, menos cuando sonríes, te mirabas bien haciendolo. Se miraba más que bien. ― Supongo que gracias por tu honestidad. ― De nada ¿Quiénes son ellos? ― pregunto aun viendo la foto. Deja su copa de vino acercándose a mi se posa a mis espalda poniendo cada una de sus manos a mis costados, me estremezco. Su altura permite se incline sobre mi hombro posando ahí su mentón, incosientemente me muevo siendo sostenida por su mano en mi cintura me inmoviliza. ― Son mis hermanos y hermanas, el más pequeño de mis hermanos tiene 26, el del medio 28 y yo 30, somos muy unidos al igual que lo son mis hermanas, tienen la misma edad, son mellizas, tiene 24. ― Se ven lindos juntos ¿Cuántos años tenías aquí? ― tenía 9, el más pequeño tenía cuatro y el menor 6, siempre me gustaba estar solo pero esos dos son como garrapatas, iban hacia donde sea que yo iba, se mantenían buscándome, me llevo cuatro años con el más pequeño y... ― Dos con el segundo. ― Exacto, literalmente en ningún momento los podía perder, al cumplir catorce me rendi, cuando tenía veinte tenía que traerlos para cualquier fiesta que fuera, son un dolor de cabeza hasta el día de hoy pero seguimos siendo unidos. ― Se oyen muy difíciles y tiernos de pequeños ¿No te es lindo que sean así contigo? Significa te quieren. ― No lo son si obtienen lo que desean y supongo que es aceptable, somos todo para el otro. ― Entonces siguen siendo unidos. ― Si, también compartimos todo, trabajamos juntos y más. ― Yo no soy tan unida a mis hermanos... Nosotros estamos separados, cada quien por su lado. ― Bien por nosotros. Me rio sin razón. ― ¿Así? ¿Porque? ― pregunto con un pequeño bostezo. ― No los extrañaras cuando nos vallamos a Alemania. Observo la imagen en mis manos. ― No, seguramente no los extrañaré, son muy lindos todos ustedes. ― Gracias ¿Deseas dormir? ― pregunta besando mi hombro desnudo. Mi cuerpo se tensa contra el suyo, su tacto se siente bien y vibrante. ― Si, por favor ¿Dónde puedo dormir? Sonríe contra la piel de mi hombro, esto se siente tan íntimo. ― Tengo dos opciones para ti, la habitación de huespedes que está aquí abajo, algo fría o la mía, esta en el segundo nivel, es calida, yo puedo dormir en una de las habitaciones de mis hermanos. Analizó su propuesta. ― ¿En ambas dormiria sola? ― A menos que quieras compañía. ― No, así estoy bien ¿Puede ser tu habitación? Una parte de mi dice «tonta» por querer dormir sola, lo conocí hace unas horas. ― Será la mía entonces. Envuelve su mano en la mía, giro sobre mis talones alzando el rostro. ― Gracias. Caminamos hacia su habitación, el recorrido es tranquilo con una rara tensión sobre mis hombros. Observo sobre mi hombro sintiéndome observada, no hay nada, puede sea que todo este algo oscuro. Paramos en una puerta de café claro con una manija de color cobre, abre la puerta de su habitación lentamente permitiendome ingresar prende la luz, observo la desolada habitación, el gran vidrio transparente del lado del frente que da hacia el lado de los árboles, una gran cama con edredón n***o en medio de la habitación, tiene dos mesas de noche a cada lado, una gran tv pegada a la pared frente a la cama a cada lado de la tv hay una puerta, supongo que una es su armario y otra el baño, cierra la puerta detrás de mi caminando a la puerta del lado izquierdo la cual es diferente a la derecha, con eso me basta para saber que es el armario, saca algunas cosas regresando a mi. ― Esta es mi camisa para que duermas con algo más cómoda, Si te molesta dormir solo con esto ahí tienes un panst, el baño es ese ― señala la puerta a mi lado ― Si necesitas algo estaré en la habitación de puerta marrón. ― Gracias Dereck. ― Un placer Audrey, Buena noche ― responde caminando a la puerta. ― Feliz noche Dereck. Suspiro al ver que sale de la habitación, por primera vez comprendo a lo que se refería Lexa y mi madre, me dejó caer en la cama cerrando los ojos puedo ver el suyo. Unos hermosos ojos verdes oscuros como las hojas del árbol, una seductora pero a la vez fría mirada, de facciones muy masculinas, mis dedos hormigean al recordar la pequeña barba de unos dos días, el tono de su voz, como se surcan sus labios a pesar de evitar las sonrisas. Ese hombre es todo lo que está bien... un cuerpo musculoso, alto, de hombros anchos, con músculos por todo el cuerpo, lo pude ver en como su ropa se pegaba a el cuando se pone tenso o flexiona. Creo mi futuro esposo es muy guapo... demasiado ¿Cómo puedo echar andar mis planes sin distraerme por el? Golpeó la cama con molestia levantándome camino al baño, me daré un baño antes de dormir. Dejo mi ropa en el suelo de del baño entrando a la ducha, la lluvia artificial moja mi cuerpo desestrezando mis músculos me relaja, respiro profundo, froto mi cuerpo con la esponja para el cuerpo utilizando de sus jabones, siento su olor me empapa. Hago en mi cabello con pequeños masajes. 《 Flashback 》 10 años atrás Observo con completa atención a los niños que están al otro lado del gran campo que hay de por medio entre nosotros, Níha se sienta a mi lado comiendo uno de sus amados chocolates mientras observa hacia donde yo observo y luego a la libre en mi regazo. ― Uno de ellos te lleva ocho años ― expresa Níha mirándome como si estuviera loca. ― Lo sé y por eso lo e clasificado como amor platónico ― respondo bajando mi mirada a la hoja en mi importante libreta. No es un diario es como una asistente donde contiene todo lo importante de mi vida, lo que debo o no debo hacer. ― ¿Y a los otros dos? ― pregunta ofreciéndome uno de sus chocolates. ― Al menor como mi primer amor y al del medio como amor a primera vista, el tercero es mi amor imposible, mi amor platónico ― respondo dibujando garabatos en otra hoja sin importancia. En mi libreta la hoja es color palo rosa donde tiene una foto de cada uno de ellos, no es de su rostro, es de espalda o de lado y casi no sale su rostro, estoy conforme, fue difícil tomar la foto. ― ¿En serio te gustan los tres, Drey? ― pregunta Níha como si me hubiera crecido otra cabeza. ― Si, los tres son muy lindos. ― Y mayores que tu ― me recuerda. Ruedo los ojos. El menor tiene 16 creo... yo tengo 12 ya se que sólo es un amor imposible. ― Ellos son como mis cantantes favoritos, amados, adorados, pero imposibles de tener ― aclaró. No estoy diciendo que me voy a casar con ellos. ― ¿Porque te gustan? ― pregunta Níha comiéndose otro chocolate. ― ¿Porque no me gustarian? El mayor me ayudó a levantarme cuando mamá me boto, me consolo para que ya no llorara y me llevo a la enfermería. No me se sus nombres. Su consuelo fue gracioso, me dio palmaditas mientras hablaba que tenía una hermana que se caía seguido y que es normal caerse. ― Es lo que cualquiera haría Drey, reacciona ― me golpea con la manga de su sudadera la parte trasera de la cabeza. ― Tu no lo entiendes ― me quejo. ― ¿Y el segundo? Sonrio, uh el segundo. ― No dejó que Nick me diera el balonazo y me defendió a pesar de no conocerme. ― Porque es un caballero ― responder obvia molestandome ruedo los ojos. ― Probablemente así es pero sólo son amores platónicos, tu estas enamorada de Harry Stiles y eso no significa te vaya hacer caso o se enamore de ti ― me quejo.. Me tira una basurita mirándome mal. ― Para que sepas en mi sueño ya me a pedido matrimonio ― tira de su cabello hacia atrás como toda una diva ― ¿Y el más pequeño de esos tres? El más lógico ― lo último lo dice bajo para que no la escuché. Fallando claramente. ― Porque me acompañó todo el tiempo afuera a esperar porque me vinieran atraer, es amable, caballeroso y muy tierno... ― Es un alivio que tienes un amor platónico normal ― dramatiza ― ¿Porque lo ves tanto? ― Les quiero regalar algo por ser buenos conmigo cuando no me conocen y así tal vez me digan su nombre ― comento mi idea. ― Uno te lleva ocho años Drey. Ruedo los ojos levantándome de mi lugar sacudo mi falda antes de caminar lejos de Níha que no se rinde y decide seguirme, al final acepta mi idea y compro un batido de vainilla para el menor, solo quiero saber su nombre, es muy lindo. El no estudia acá así que debo aprovechar mi oportunidad, el segundo tampoco pero sino es ahora nunca será. Para mi suerte lo encuentro en la salida del Instituto, Níha me espera atrás mientras yo camino hacia el con mi batido, esta con su celular, distraído, me coloco frente a él analizando su belleza, sus ojos verdes entre celestes son los que más curiosa me han puesto. Me aclaro la garganta llamando su atención baja su celular entre cerrando los ojos su ceño se frunce. ― Hola Soy Drey, la chica que acompañaste mientras esperaba a mi madre ― porque no quería venir por mi, parece recordar suavizando su expresión ― Te traje un batido como agradecimiento ― le tiendo el batido el cual el acepta con una sonrisa amable. ― Gracias Drey, no debiste pero lo agradezco... ― Es de vainilla ― interrumpo sin darme cuenta poniéndome roja de la vergüenza. Tonta Audrey. Me sonríe divertido. ― Eres muy linda y tierna, gracias me llamo... ― ¡Hi! ― Una chica de cabello castaño, tes canela y muy hermosa se le tira encima abrazandolo, parece de su edad ― Mi amor te extrañe mucho, lamento la tardanza ― lo besa logrando desvíe la vista. La vergüenza me consume mientras hay una guerra entre mis dedos. «Eres muy linda» «y tierna» Tierna... ― Tranquila Sam, mi hermana aun no sale ― la tranquiliza dandole un beso en la mejilla. Gracias. ― ¿Entonces? ¿Está hermosa quien es? ― pregunta amable mirándome. Una Fan de tu novio. ― Uh nadie en especial solo venía a agradecerle por acompañarme en el tiempo que esperaba vinieran por mi, ya me voy... lindo día a los dos ― me adelanto a responder alejandome con un nudo en el pecho. «Se ven lindos juntos» ― Nos vemos Drey ― Es lo último que le oigo decir antes de que yo me desaparezca de la vista de ellos por completo. Níha me extiende los brazos al verme, la abrazo con una expresión triste. ― No me dijo su nombre ― expreso decepcionada. ― ¿Le diste el tuyo mi bebé? ― pregunta suave. Tenso la mandíbula, soy una tonta. ― Le dije que me llamaba Drey... estaba nerviosa, olvide mi nombre ― confieso avergonzada... Níha no tarda en reírse. ― Eres una completa distraída Audrey ― se burla de mi. Níha es muy ligera y espontánea, siempre sonriente con su cabello dorado perfectamente liso moviendo de el como la Diva que es. ― Níha soy un desastre ― bufo ― misión perdida. ― ¿Y los otros dos? ― pregunta justo cuando toca la campana. Regresamos por donde venía observando como el chico lleva de la mano a una chica como yo y su novia la cual toma mi batido.... Auch. ― No quiero ir descubriendo si esos dos también tienen novia y quedar en vergüenza, desde ahora serán amores platónicos perdidos, son grandes Níha, los veo más como celebridades y yo su fan. ― Patético ― murmura una amiga de Níha uniendosenos ― ¿De quién hablan? ― De nadie ― respondemos Níha y yo al unísono. 《 Fin de Flashback 》 Actualidad Me observo en el espejo mientras analizó las posibilidades de quedarme acá encerrada, son más de las nueve de la mañana, llevo dos horas sin saber que hacer y tengo hambre, mi noche fue... difícil pero tranquila, sin ningún problema o paranoia. Observo mi cuerpo sin saber si es buena idea, mis pechos se notan en la camisa, mi vestido no necesitaba de sujetador y subirme el panst hasta los pechos no es una opción. «No llega» Sino con gusto lo haría ¿Y si reviso en su closet para cubrirme un poco? No, no puedo, eso sería maleducado de mi parte, decido revisar superficialmente la habitación en busca de sellador, seguro me arderan los pechos como el infierno cuando quite el adhesivo pero valdrá la pena... «Deberías usarlo como seducción» ruedo los ojos evitando esos pensamientos, no, no lo voy a seducir, yo no quiero esto y no seré como mi familia que es capaz de todo por el dinero, hasta lo más ruin y bajo. Me sobre salto cuando tocan la puerta. ― Audrey ― la voz de Dereck se oye atreves de la puerta. ¿Ya se despertó? la parte ingenua de mi quería creer seguía dormido. ― ¿Si? ― pregunto cautelosa. ― Estas despierta ― confirma para él ― ¿Puedo pasar? ― Si... ― el pomo de la puerta se mueve ― ¡No! Bueno quiero decir si pero en realidad no es que... ― ¿Sucede algo? Soy una miedosa haciendo lo contrario de lo que dice mamá. ― No tengo ropa... ― respiro profundo. ― ¿Cómo que no tienes ropa? ― pregunta con extrañes. ― Me refiero a que si tengo ahora puesta pero no para estar ― aclaró. ― Lo vemos después, puedes estar tranquila, me encargaré de eso ¿Bajas a desayunar? ¿Deseas algo en especial? Muerdo mi mejilla interna sin saber que responder, yo quiero ropa para ya. ― Mmmm Si, cualquier cosa está bien, me encanta de todo, Gracias Dereck. ― Te espero abajo. Me mira una última vez en el espejo antes de hacerme una cola mal hecha, cepillarme y medio arreglarme, me veo ridícula usando mis tacones con esta ropa pero no tengo otros zapatos. Salgo de la habitación caminando por donde caminamos anoche, observo las paredes casi desnudas, son unos que otros adornos, estoy segura que mis pasos se oyen por la casa en especial al bajar los peldaños, llegó al comedor buscando a Dereck pero no hay nada por lo que voy a su encuentro a la cocina, lo encuentro de espaldas dejándome sin aire. Esta en un simple panst dejando su torso desnudo. Oh Dios. ― Bu-buenos días Dereck ― mi voz se corta al inicio y sale temblorosa. Me presta atención tan rápido como oye mi voz. ― Buenos dias Audrey ¿Cómo amaneciste? ― pregunta señalando un taburete para que me siente. Sus ojos me repasan, un pequeño reflejo de sonrisa intenta apoderarse en sus labios. Su voz me provoca escalofríos, no es fría, no es neutra pero tampoco es calida o amigable, es como cordial entre sería. ― Con un modelo de Calvin Klein en la cocina ― hablo inaudible para mi. ― ¿Eh? ― Nada, amanecí bien Dereck ¿Y tu? ¿Qué tal amaneciste? ¿No tienes frío? ― pregunto cuando se da la vuelta hacia la estufa. Lo repasó con la mirada sin poder evitarlo, unos hombros anchos, musculosos, grande, espalda recta con la línea en medio permanente, sus pants sosteniendome de su cadera y un culo... fenomenal, sus brazos relacionados en cada movimiento me roba el oxígeno y Dios ¿Qué con su cabello? ¿Hasta esa parte de el tenía que ser perfecto? Todo un Dios griego, varonil, musculoso y atractivo. ¿Este hombre será mi esposo? Si ayer entendía la molestia de Lexa porque no la eligiera hoy aceptó tiene razón de sentirse así. ― Amanecí muy bien Audrey y No, no tengo frío ¿Tú lo tienes? ― No, era simple curiosidad ¿Tu cocinas? ― pregunto mirando la isla. Hay unos cuantos platillos deliciosos para el desayuno. ― Lo esencial, si tiene frío puedo darte una sudadera. ― No... Si, la sudadera me parce perfecto ― respondo de inmediato recordando mis pechos. ― Ahora regreso. Suspiro cuando abandona la cocina, me siento tan asfixiada y Abrumada sabiendo quien será en mi vida, mi esposo, será mi esposo y no sólo eso, me estoy pensando lo que hablamos ayer en el auto, un ruido me sobre salta y juro veo a alguien pasar fuera de la casa, por el cristal se ve, me levanto buscando si hay alguien cerca pero ha no veo nada, estoy segura que vi una sombra pero no hay nada. ― Te traje una sudadera cálida y una ligera ¿Cuál prefieres? ― la voz de Dereck me trae de regreso a la realidad. Giro hacia el con una pequeña sonrisa. ― La ligera por favor. Camino hacia el tomando la sudadera que el me extiende, alzó los brazos para ponerme la sudadera, sus ojos se centran en mi manos y luego en mi rostro. ― Esto es algo que vi ayer pero decidí dejarlo para hoy ¿Por que no cargas el anillo de compromiso contigo? ― interroga caminando hacia la isla de la cocina. Terminó de arreglarme sintiéndome más cómoda, camino hacia mi taburete. ― Por que es muy... ― caro ― lujoso para llevarlo en la mano ¿Has pensando que si me asaltan ese asaltante se puede comprar una isla privada con el y regalarme a mi un boleto al infierno? ― pregunto. Aún no entiendo porque un anillo tan... caro, no es extravagante en realidad es muy sutil y fino, cualquiera que sepa de joyas sabría su valor con solo verlo... ― Imposible esa teoría y no me interesa, lo cargadas contigo, me encargaré de contratar guardaespaldas para ti, si es un peligro te asalten ― responde girandose hacia mi. Alzó una ceja incrédula.. ― No necesito cargar el anillo ni guardaespaldas, era un ejemplo lo que dije ― comento contraída por su dureza. ― Yo necesito que tu cargues ese anillo y muy tarde con el ejemplo, tendrás la seguridad necesaria para que estés a salvo. ― ¿Disculpa? ¿Tan importante es para ti? Sólo es un anillo Dereck ― Respondo molesta incorporándome para no sentirme tan baja. ― Un anillo importante Audrey ― Espeta rodeando la Isla para llegar a mi. ― ¿Importante? ¿Así? Si es tan importante ¿Porque no lo entregaste tu mismo para ponerlo en mi mano? ― la alzó mostrando mi dedo desnudo sin anillo que compruebe mi futuro matrimonio ― No comprueba nada más que somos un contrato el uno para el otro ― expreso con una falsa sonrisa. Tensa la mandíbula tomándome de la cintura con dureza me sobre salto llevando mis manos a sus muñecas, una de sus manos me toma de la mandíbula con firmeza sin hacerme daño pero siendo preciso y dominante. Mi corazón se dispara. ― Si comprueba algo Audrey ― aprieta su agarre dejándome sin oxígeno. ― ¿Así? ¿Qué? ― lo retó. No me voy a dejar intimidar, suficiente con mi familia. ― Dass du unsere Audrey bist, meine und meine Brüder ― expresa con perversión sintiéndose superior. Tenso la mandíbula asintiendo un escalofrío por toda mi columna vertebral, se me erizan cada parte del cuerpo poniéndome mal lo miro molesta. Oírlo hablar alemán es... Es algo de de otro mundo. ― No se alemán ― expreso con molestia. No se que dijo. Me maldigo por no saber alemán. ― Mejor por mi, Desayuna y cuando llegues a tu casa vas poner ese anillo y me mandaras una foto de él en tu linda mano ¿Queda claro? ― pregunta dejando un beso en la coronilla de mis labios, me roba un suspiro. No. Me suelto de el molesta sentandome en el taburete, el ignora mi pataleta pasandome un plato con ensalada de fruta y otras cosas, mi piel hormiguea por el contacto de sus labios, mi piel está sensible, se sienta a comer frente a mi. Llevo la fruta a mis labios sin dejará de verlo, come tranquilo, conforme con mi atención en el. No parece un monstruo como esperaba, me sigue pareciendo tan ruin como mis padres pero admito es atractivo. ― Deja de verme así Audrey ― advierte amenazante. Entre cierro los ojos en su dirección. ― ¿Así de que forma? Mastica su comida dándose su tiempo para responder. ― Como si me quisieras matar y fuera el peor ser que has conocido en tu vida. Alzó una ceja con una falsa sonrisa. ― No me voy arruinar la vida por ti y segundo compites para ese lugar al lado de mis padres ― respondo con sinceridad. Tensa la mandíbula mirándome de una forma aterrorizante. ― No me compares con tus padres ― Ordena con dureza. ― ¿Porque no? No eres muy diferente a ellos. Su cuerpo se tensa mientras respira profundo. ― Y tu tampoco si aceptas esto ― suelta logrando también me tense. Tomo el cubierto con tanta fuerza que mis nudillos se vuelven blancos, tenso mi mandíbula sintiendo una punzada aguda en mi pecho. ― Algunos no tenemos opciones señor Meyer pero déjeme decirle que su dinero no es uno de mis intereses, con su permiso, eh terminado con mi desayuno, Gracias. Me levanto de mi lugar sin darle tiempo a responder me alejo de la cocina dolida.
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