Un Amor Imposible

2027 Words
3. Un Amor Imposible Shelly comenzó a explicarme, en aquella cama 11 del tercer piso, cómo fue que su padre y pretendiente se alejaron de ella, tan solo por su apariencia, pero yo no estaba de acuerdo. -Mira Shelly… No debes pensar de esa manera sobre ti misma. Tan solo eres una chica normal, y eres perfecta así como eres. Ellos debieron irse por otra razón, ¿Qué fue lo que dijeron exactamente?- Comenté, tratando de que tuviéramos la esperanza de que encontráramos a uno de ellos. -¿De verdad lo crees?- me preguntó escéptica -Cuando mi padre dejó a mi madre, le dijo que nadie podía saber que tenía una hija, y menos una hija como yo, porque eso afectaría toda su carrera y perdería su herencia. -Pero él no te conoció nunca. Seguro se refería a que tal vez tus padres no estaban casados, en esta ciudad son muy moralistas respecto a ese tema… -Bueno, nunca se casaron, pero mi mamá siempre estaba molesta conmigo. Me recalcaba todos los días que si no fuera por mí, ella podría haberse casado con él y ser rica. Tenerme fue lo peor que le pudo pasar, y ella no se merecía vivir en tanta pobreza. Ella era muy bella y merecía ser tratada como una reina. Con esta historia, me dí cuenta de que Shelly fue una niña no deseada, concebida por su mamá y ese hombre. Quizás su madre culpaba a Shelly por las frustraciones originadas por no haber cumplido su sueño de casarse con un hombre rico. Y tal vez también por eso enfermaba a menudo. Shelly se culpaba porque recibía todo ese sentimiento frustrado y rencor de su madre. -Mi padre estaba muy enamorado de mamá, eso decía ella. Él le prometía a menudo casarse con ella y presentarla al fin a su familia. Pero un día todo cambió. Recuerdo que yo era muy pequeña aún. Mamá regresaba muy enojada de la oficina y comenzó a llorar. Yo quería saber qué le pasaba. Ella solo me tomó en sus brazos y me dijo: No te preocupes Shelly, él no podrá deshacerse de nosotras. A partir de ese día, mamá no regresó a trabajar ni volvió a ver a papá. Comenzaron a enviarnos dinero y yo debía estudiar la escuela primaria y a la salida comprar comida. Mamá dejó de salir de casa y dejó de hablar con la gente. Parecía que se escondía en su dolor y comenzó a marchitarse. Y todo por mi culpa… Shelly llenó sus ojos con lágrimas y nostalgia, y aunque no rompía en llanto, se notaba que su corazón se partía en pedazos cada vez que ella recordaba. No podía evitar sentirse culpable con aquella lamentable carga, que no le correspondía, porque en todo esto, la más afectada ha sido ella. -¿Nunca le preguntaste a tu mamá, que fue lo que pasó ese día?- Cuestioné, intentando resolver el acertijo. -No. Era tanto su dolor que ya no quería saber más. Sólo llegué a preguntarle porque ya no salía. Me respondió que por nuestro propio bien, nadie debería verla. Que ella ya estaba muerta para el mundo. Yo no quise debatir eso. Pensé que seguramente la separación con papá le dolía tanto, que no quería que nadie lo notara. Después enfermaba por todo, por gripe, por el estómago, tenía muchas infecciones y tenía muchos dolores en todo el cuerpo. Yo debía llevarla a urgencias a menudo y siempre era por la noche. -¡Quizás algún día nos vimos! Yo llevo trabajando tres años en urgencias. -Bueno, la última vez que la traje a urgencias fue hace un año. Se había puesto pálida y estaba vomitando. Incluso vomitó en la camilla. Creo que ensució a los enfermeros. -¡Claro!- le dije -¡James y yo trabajamos esa noche! Y nos tocó llevar esa paciente. En verdad estaba pálida y con el pelo muy alborotado. Tenía una bata blanca con flores pequeñas y pantuflas. Recuerdo que a James le cayó todo el vómito, estaba tan molesto que… En ese momento me detuve. A punto estuve de decir que James había llamado "vieja bruja" a la madre de Shelly. James tiene un carácter muy arrogante y los que somos sus amigos, entendemos que esa es una reacción normal en él. Pero Shelly no entendería porque no lo conoce, y seguramente se ofendería. -Que ¿qué?- preguntó Shelly -¿Qué pasó con mi madre? -Nada, nada, es solo que James no lo tomó muy bien. Pronto lo conocerás, sé que no tardará mucho en llegar… -Bueno… Aquella noche, una doctora salió a informarme de la mala noticia. Habían encontrado tumores en el estómago de mamá. Y a pesar de los medicamentos, ya nada se pudo hacer. Mamá falleció hace una semana. La casa sin ella es más oscura que un cementerio. Aún no he abierto su habitación porque se siente un espeluznante espectro. Invité a… bueno, invité a Ángel Romántico 51 al funeral pero no asistió. Estuve yo sola, con el sacerdote y sus ayudantes. A veces se acercaban a hablarme, pero yo simplemente no escuchaba. Yo solo quería estar al lado de mi mamá, irme con ella. Sin ella, mi vida en este mundo ya no tiene sentido.. Ese triste suspiro me aclaró que Shelly dependía únicamente del cuidado y cariño de su madre. Se cerraba a conocer a otras personas porque quería ofrecer toda su dedicación a lavar, la que creía que era su culpa y acabó con la vida de su madre. Pero era muy probable que una mujer que no salía a tomar aire fresco y a recibir los rayos del sol, tarde o temprano enfermara de gravedad. -¿Ángel Romántico 51? ¿Era el nombre de tu enamorado de la red? -Él nunca estuvo enamorado de mí. A pesar de que decía que en mí había despertado un amor puro, sin saber la razón, y que yo sentía lo mismo por él; todo terminó cuando decidimos saber cómo éramos físicamente. -¿En verdad? ¡No puedo creerlo! ¿Qué te dijo? ¿Cómo era él? -Bueno, casi todo un año estuvimos conversando sin saber cómo éramos físicamente. Fue una propuesta de su parte. Había dicho que ya me amaba tanto, que me aceptaría tal cuál fuera. Y yo le creí. Me confesó que era un hombre mayor y que ya tenía familia. Pero que era soltero porque solo se había enamorado una vez, hasta conocerme. A mí no me importaba nada de eso. ¡Yo estaba flotando en las nubes! Cuando llegó el cáncer de mamá se lo conté todo, pensando que tal vez querría al fin conocerme y ayudarme. Me hubiera gustado que él fuera mi soporte para no caer. Dijo que me entendía, porque una persona a la que él quería mucho, también era paciente de cáncer, pero que se sentía impotente por no poder hacer nada. Así me sentí yo. Impotente por no salvar a mamá. -Parece que en verdad era empático contigo y le importabas mucho. Luego ¿Qué pasó? -Bueno, me preguntó que cómo se llamaba mi madre, y le dije: Vicky, ¡Vicky Thompson! Le encantará conocerte y saber que si ella tiene que partir, yo no estaré sola- le dije. Yo en verdad quería que mamá se fuera tranquila, ella ya estaba muy grave y ya no podía hablar. Pero con sus manos en mis mejillas, me decía: Pobre niña, ¿Qué va a ser de ti?-. "Ángel" no respondió hasta el día siguiente. Me sorprendió que tardara tanto, en ese momento pensé que tal vez estaba ocupado. - Parece un buen hombre. Quizás todo fue un mal entendido… -¡No! Al día siguiente me pidió mi fotografía. Me dijo: Sé que quedamos no conocernos ni saber quién éramos hasta el primer día de nuestra cita a ciegas, pero en verdad me urge conocerte, ¿puedes enviarme una foto tuya?- Intenté que mi fotografía saliera lo mejor posible, peiné mi cabello y le envié un beso. Pero, en cuanto se la envié, rompió conmigo. Sin darme cuenta, James estaba llegando, y algo había escuchado de la conversación que hizo un comentario absurdo. JAMES: ¡Bueno! ¡Con esa cara de levanta muertos, cualquiera rompería con ella! MICHAEL: ¡James! ¡Demonios! ¿Qué forma de saludar es esa? JAMES: Es que los ví tan metidos en su charla que no quise interrumpir, pero algo tan obvio tenía que ser dicho. ¿No me digas que estás tratando de ligarla? ¿De cuándo acá te gustan las feas? Me levanté impulsado por la rabia de la silla y tomé a James del cuello contra la pared. MICHAEL: ¡Oye! ¡Mide tus palabras hermano! ¡Es obvio que no tienes ningún sentido de lo importante! JAMES: ¡Vamos, vamos, hermano! Estás irritable porque no has dormido nada y te quedaste a hacer tiempo extra por mi culpa. ¡Lo entiendo! ¡Te recompensaré, lo prometo! ¡Vamos, suéltame! ¿Acaso quieres pelear tan temprano?- Lo solté porque sabía que estábamos incomodando a Shelly con nuestros juegos de niños, pero tenía que quedarle claro que no podía expresarse así de Shelly. Él aún no sabía cuánto le dolía a Shelly creer que su apariencia era la culpable de su vida carente de amor. MICHAEL: ¡Bien! Pero no vuelvas a expresarte así frente a ella ni sobre ella, ¿entendido? SHELLY: ¡No! ¡Michael! Te lo agradezco, pero yo lo entiendo. Es la verdad y no hay razón para ocultarlo. Deja que tu amigo me desprecié como todo el mundo. Entonces Shelly colocó las palmas de sus ojos en sus manos y comenzó a sollozar. Yo volteé mi fulminante mirada hacia James, diciéndole con los ojos "¿Ves lo que hiciste?" James respondió con un gesto de "yo ¿qué?" Y le hice la seña de que dijera algo, que le pidiera perdón. Luego me senté al lado de Shelly y le dí unas palmaditas en el hombro. JAMES: Escucha niña… Yo soy así. Me expreso así de todas las mujeres que no lucen como unas diosas, ¿entiendes?. No es personal… MICHAEL: ¡Sí Shelly! No es personal. Es solo que James es un poco, demasiado, patán. JAMES: ¡Oye! ¿Qué culpa tengo yo de que solo las mujeres más bellas me acechan como a una presa? Tengo gustos exquisitos, ¿ sabes? Shelly dejó de llorar y se quedó viendo a James, para comprobar si era tan guapo como él decía. Parece que James lo notó y hasta se sonrojó un poco. Y quiso cambiar de tema. JAMES: Además, cuando no estás llorando, no estás tan fea… Supongo… Creo que solo necesitas de bastante maquillaje y un cambio de look ¿No crees Michael? ¿Tu prima Lynda no es una de las mejores estilistas? MICHAEL: Sí, lo es. Pero yo opino que ella es perfecta así como está. James volteó los ojos como diciendo "qué cursi y ridículo", pero era la verdad. Yo jamás quisiera cambiar a nadie, y acepto a todos cómo son. Incluso acepto y estimo a James con todo y su patanería, y eso ya es mucho decir. SHELLY: Gracias por querer hacerme sentir mejor, pero yo ya no tengo remedio. Ni un mago podría hacer nada por mí. Además no tengo a nadie en el mundo a quién le importé, ni un trabajo o un hogar a dónde ir… MICHAEL: Y ese "Ángel", ¿ya no te escribe ni te habla? SHELLY: Esa única vez que le envié mi foto, me dijo: -Veo que eres muy parecida a tu madre, ¿verdad?- Yo le dije que éramos muy diferentes, que ella era alta y hermosa y yo, todo lo contrario. Después me dijo: -¡Lo siento mucho, pero lo nuestro es imposible! Por favor no preguntes por qué.- Después no volvió a responder jamás. Tenía esperanzas de que con el funeral de mi madre se le ablandara el corazón, pero no fue así. Tan solo, ya no quiso saber nada de mí.
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