LA HISTORIA

1973 Words
2. La historia -Yo no tengo ningún pariente o amigo en la ciudad.- Comenzó a narrar con desaliento.-Crecí tan solo con mi mamá, y, unos cuántos años, con los abuelos. Cuando yo tenía trece años, ella comenzó a enfermar de muchas cosas. Siempre estaba en cama y quejándose de muchos dolores y malestares. Yo tuve que dejar la secundaria y comenzar a cuidarla. Mi padre nos enviaba dinero con algún trabajador diferente cada día. Yo no trabajaba ni estudiaba, por eso crecí sin amigos. -Pero, ¿acaso ustedes ya no tienen otros familiares en la ciudad?- Pregunté yo, pensando que era lo más natural. -Mis abuelos eran muy viejos y nunca tuvieron otros hijos. Ellos se llevaban muy bien con algunos vecinos, pero cuando mamá y yo nos mudamos a Golden Metrópoli, dejamos de contactar con esas personas. Al poco tiempo escuchamos que habían muerto en un accidente. -¿Por qué se mudaron a Golden Metrópoli? -Mamá consiguió un trabajo en la oficina del hombre que aún era mi padre. Mamá estaba muy enamorada de él y dejó todo por creer en él. Él compró esa casa para nosotras, y era el jefe de mi mamá, pero siempre se avergonzaba de mí. Él nunca quiso conocerme ni reconocerme como su hija. Tuve que usar el apellido de mi madre, y hasta la fecha, odio a ese hombre desconocido para mí. -Así que tienes un padre… ¿Cómo se llama? -Se podría decir que no lo tengo, él nunca reveló su identidad real. Incluso cuando mi madre trabajó con él, la amenazó, diciendo que no mencionara su nombre a ninguna persona, incluso yo tenía prohibido saberlo. Fue así que nunca vi su rostro ni conocí su nombre. -¡Vaya! No imagino que alguna persona pueda llegar a hacer algo así. ¡Acaso no tiene corazón! Debió tener razones muy poderosas para ocultar a su propia familia. -Fue porque yo era muy fea y siempre lo he sido… -¿Pero de qué hablas?- Pregunté, sin comprender a lo que se refería. -Mi madre siempre me lo dijo, que yo no me parecía en nada a ella ni a mi padre. Que mi padre era todo un galán, elegante y refinado. Y que yo no saqué nada de la belleza que ella tenía. -¡Eso era muy cruel! ¿En verdad no te parecías a ella? -Solo nos parecíamos en el color del cabello. Mi madre era muy alta, con la piel blanca como la nieve, con unos enormes ojos color esmeralda. Y mírame a mí, soy muy baja, con una piel del color de la nieve enmohecida y percudida por la suciedad del ambiente. Mis ojos decidieron ser cafés y no verdes como los suyos. -Tal vez tu padre tenía los mismos ojos, piel y estatura… nunca supiste cómo era. -Tal vez, pero ¡lo dudo! Mamá siempre se expresaba de él como si fuera un Dios. -¿Y tus abuelos? ¿No se parecían a ti? -No. Resulta que mamá era adoptada. Mis abuelos le dieron un hogar cuando el sacerdote de una iglesia se los pidió. Una mujer, quién fue mi verdadera abuela, la abandonó en brazos del padre y le rogó que le buscase una familia amorosa. Y esos fueron mis abuelos para ella. Así que mis abuelos eran muy rubios, porque nosotras venimos de un lejano país pequeño de Europa, que se encuentra casi a un lado de Rusia. -Quizás deberíamos tratar de buscar a tu padre y decirle que estás aquí…- Sugerí yo, sin sentido. -¡Imposible! Si yo misma no tengo idea de quién es, y mi mamá se llevó el secreto a la tumba, ¡Nadie en el mundo lo puede saber! -Tal vez sí, esos trabajadores que te llevan el dinero. Podríamos preguntar quién envía el dinero e investigar. Quizás tienes una familia a la que no has conocido. Mi sugerencia era buena, pero yo había deducido aquello, suponiendo que como todo padre, él aún estaría interesado en proveer a su hija. Sin embargo, me había equivocado. -Bueno… Mi padre dejó de enviarme dinero hace un año. Parece que se enteró del cáncer de mi mamá y ya no quiso ayudarnos. Sus trabajadores no volvieron a tocar nuestra puerta. ¡Eso fue muy cruel de parte de mi padre! ¡Dejarnos desahuciadas justo cuando mi madre más lo necesitaba! Afortunadamente yo había administrado bien el dinero que nos enviaba y había ahorrado lo suficiente. El gobierno nos brindó la atención médica y los medicamentos, pero tuve que utilizar el dinero que sobraba en el entierro de mamá. Fue el funeral más solitario que el mundo haya visto… -¡Lo lamento mucho!- Dije con el corazón roto, conservando mi silencio por un momento. Quería encontrar una solución, pero en verdad parecía que ella estaba sola por todo el tiempo que tuvo que hacerse cargo de su madre. Hasta que recordé que me había dado la razón de haber tenido una pareja anteriormente… -Me imagino que tus abuelos tampoco viven… ¿No podrías regresar a casa de ellos? Quizás ahí esté aún esperándote alguien… Escucha, aunque sean ex novios, el cariño estuvo presente. Ese cariño nunca se va. Puede ser que si le explicas todo lo que te pasó, intente ver por ti mientras buscas un nuevo trabajo. En ese momento regresaron las lágrimas a sus ojos. -Me hubiera encantado convivir más con mis abuelos. Pero mamá y yo nos mudamos a Golden Metrópoli cuando yo solo tenía cinco años. Mamá quería que yo estudiara en una escuela primaria privada, y creyó que presionando a mi padre, él podría pagarla. Pero el dinero que nos enviaba era muy limitado. Solo fui a una primaria pública. Tan solo un año después, mis abuelitos fallecieron en un incendio, se quemó toda su casa. Por eso nunca los volví a ver. Cuando era niña, pensaba que ellos me cuidaban desde el cielo, pero ahora no lo creo, ¿Cómo es que me han abandonado de está manera?- Y comenzó a llorar nuevamente. -¡No digas eso! Ellos te amaron el tiempo que te tuvieron entre sus brazos. Al igual que tu madre que solo quería lo mejor para ti. Quizás las cosas no han salido bien, pero conserva ese amor que has dado. -Le dije. -Sé que no es buen momento para preguntarte esto, pero, ¿Dónde está tu novio? -Gracias.- Contestó de manera sombría. -Sé podría decir que nunca fue mi novio en realidad. Solo una chica ilusa como yo, creería que alguien podría enamorarse de mí, con este ridículo aspecto.- Continúo, auto juzgándose irracionalmente. -Aquello no era amor, como él decía. Solo jugaba con mis sentimientos y se burlaba de mí. Pero, ¿Qué podía esperar yo, de una relación por internet?- Aseveró con crudeza. Entonces se levantó mi sospecha de que tal vez se trataba de un estafador y que nunca lo encontraríamos. -¿Un amor de internet? ¿Significa que nunca lo conociste en persona?- Pregunté intrigado por saber la historia. -Exacto. Verás… Cuando cumplí 25 años, y con mi madre enferma, sin trabajar ninguna de las dos, comprendí que la vida se me estaba pasando y yo aún no conocía a nadie. Estando encerrada no conocería a ningún hombre. Así que decidí crear una cuenta en una aplicación para citas. Como yo sabía que con mi apariencia sería muy difícil que algún hombre se fijara en mí, no coloqué ninguna foto y solo describí un poco de mí.- Comenzó a narrar con los ojos iluminados… -Coloqué la imagen de una bella rosa roja, sostenida por las manos de una mujer con las uñas pintadas de rojo. Parecía muy sensual y elegante, y quería que los hombres pensaran eso de mí. Cuando en realidad soy un desastre y nunca he tenido la oportunidad de arreglar mis uñas ni sé cómo hacerlo. También escribí que nunca había conocido el amor verdadero, y estaba dispuesta a descubrirlo. Sin embargo, parecía que no funcionaba. Esperé y Esperé, días y noches pasaban y nadie me daba match. Pero un día, como por un milagro divino, un hombre sin foto, por fin se había fijado en mi perfil.- Shelly me llenó el corazón de ternura, porque ella sólo esperaba ser amada por quién era ella, y amar al otro por quién era él. No era una chica superficial como la mayoría de las personas hoy en día. -Él siempre fue muy dulce y tierno desde el principio. Comenzó haciéndome ver que él también deseaba conocer una mujer a quien no le importara su apariencia o su dinero. Me dijo que la única vez que se había enamorado, él había sufrido porque se dió cuenta de que a ella solo le importaba el dinero y que incluso lo chantajeaba para que él le diera dinero de por vida. Por fin, creí que había encontrado al hombre de mis sueños. A mí no me importaría cómo fuera él o cuánto dinero tendría. Yo estaba dispuesta a trabajar por nuestro amor y salir adelante juntos. Yo nunca hubiera intentado cambiarlo, jamás. Él sería perfecto para mí tal cuál fuera, aún con sus defectos y errores.- Concluyó ella. En mi mente y en mi corazón, yo sabía que el amor de Shelly era tan sincero, que yo también anhelaba encontrar un amor así, un amor genuino que solo me aceptara como soy, sin intenciones de obtener beneficios de mí. Una mujer que quisiera darlo todo por nuestra relación y hacerla funcionar juntos. Una mujer que me viera como al hombre perfecto, sólo por ser yo y nada más. Hasta ahora, yo había conocido a muchas mujeres que se enamoraban de mí por mi apariencia, pero nunca me escuchaban, nunca se interesaban en mi vida, en mi historia, ni en mis defectos. Para ellas sólo era perfecto por mi físico, pero nunca se interesaban en amar mis imperfecciones. Me sentí un poco celoso de que Shelly hubiera encontrado a alguien que era como yo siempre había soñado ser y encontrar. -¡Vaya Shelly! ¡Parece que sí conociste el amor verdadero! No me imagino cómo un amor así podría terminar… -Es verdad- dijo. -Al principio nunca imaginé que un amor tan maravilloso tuviera final. La manera en que él se expresaba conmigo durante varios meses, me hizo sentir verdaderamente amada. Incluso más amada que lo que mi mamá me expresaba, debido a que por sus enfermedades, ella no podía expresarme muchas palabras de amor a menudo. Pero, nunca olvidaré que mamá me decía a menudo: tú te mereces lo mejor de este mundo y que no se te olvide. El día que encuentres a un hombre que haga todo por ti, nunca lo abandones. Aférrate a él con uñas y dientes. -¡Wow! Parece que eso le pasó a tu mamá también. Entonces no comprendo por qué tu padre y tu novio se alejaron. Tú y tu mamá han sido mujeres que aman con toda su alma y eso es sumamente valioso. Es tan difícil de ver cómo lo es ver un cometa en el cielo.- Dije, creyendo que mis palabras la harían sentirse mejor consigo misma y haciéndole saber que yo también soy un hombre que valora a las personas por su alma y corazón. -Ya sabes…- Me dijo, bajando la mirada. -Fue mi culpa. Tanto papá como mi extraño enamorado en la aplicación, se fueron por toda mi fealdad… -Eso no lo puedo creer.- Le dije. -¿Cómo lo sabes?- Entonces me miró muy apenada, cubriéndose la boca y mitad de la cara. Con las mejillas sumamente sonrojadas, estaba dispuesta a aseverar su teoría, a pesar de la vergüenza que sentía al declararlo. Estaba convencida de que los hombres se alejaban de ella por qué la encontraban fea, y estaba dispuesta a demostrarmelo científicamente.
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