Thomas quedó paralizado al sentir el movimiento, y como sí hubiera sentido a una horrible bestia aparto su mano de mi.
-¿¡Como es posible!? - pregunto horrorizado. Se levantó y fue hacia la entrada.
-Ahora soy la esposa de Robert, es su hijo- aclare.
Thomas sonrió pero aquella sonrisa era triste, una mascara de lo que en realidad sentía.
-Si tu aun...me amas, yo querré a tu hijo como si fuera mio, yo enfrentare a Robert si tu aun me aceptas.
Se acerco y tomó mis manos, rozando sus labios sobre mis dedos.
-Estar contigo me produce la mayor de las penas, pero el mas grande placer de mi vida por favor dejame estar...
Un gemido interrumpió a thomas, aquella mujer había despertado. Me miro nuevamente con mucha esperanza en sus ojos.
-Prometeme que lo pensaras- dijo en un susurro, soltó
