IV. La rubia

1203 Words
  Lysandro O´Donel   Me sentía realmente aburrido y exhausto, ver a mi sumisa de hace dos años ya me parecía aburridor. Y no era que me estuviese cansando del b**m, de hecho, no conocía otra forma de tener sexo, pero la monotonía me aburría. Y aún más, cuando sabía que mi sumisa se estaba enamorando de mí. Pero, no se lo tomen a mal, no era como mis hermanos que huían del amor, me consideraba una persona romántica, pasional y seductora…, Pero ahora solo quería disfrutar del sexo sin ataduras, hasta que llegue la chica que me va a volver mi mundo patas a arriba. Si es que eso pasa. Steffany se encontraba arrodillada con una venda en los ojos, su collar de sumisa cuelga por su cuello mientras sus piernas tiemblan a causa de los orgasmos que ha tenido. Pero era más mi aburrimiento que mis ganas de follármela. —Levántate—le ordeno y ella rápidamente lo hace. Steffany era una chica pequeña, de tez pálida, ojos negros, cabello n***o azabache, ella es realmente hermosa, a cualquier hombre volvería loco con su belleza, pero ese ya no era mi caso. —Vístete, y mi chofer te llevará a tu casa. —Está bien amo —me responde—, ¿Cuándo nos volveremos a ver? —Creo que ya es momento de pasar página Steffany, no me lo tomes a mal, pero creo que ya estamos saciados el uno del otro—Intento explicarle. —¿Me estás terminando? —exclama mirándome con una expresión de tristeza—, Creí que… lo nuestro era diferente, vivo aquí contigo, hacíamos cosas como si fuéramos pareja. ¿Tienes a otra perra? —Solo cállate y obedece, te haré llegar dinero para que continúes con tu vida. —Está bien…—Ella sin más, empieza a encaminarse fuera de la habitación.   ••• Ya no había ningún rastro de Steffany en mi casa, nunca era fácil esto de decirle adiós a una sumisa, pero era lo mejor, creo que se había empezado a hacer ilusiones mientras yo me aburria de ella. Esa misma noche decido ir a Majster, mi club destinado para el b**m, y también mi primer proyecto como arquitecto, donde me gane la aprobación de mi tío. —Buenas noches, señor O´Donel —Me saluda David, el que cuidaba la entrada del bar. —Buenas noches, ¿Cómo está el club? —Bastante lleno. —Que bueno, bueno voy a entrar. Cuando entro, algunas personas me saludan, mientras otras están concentradas en la función de la noche o con sus sumisos o sumisas. —¿Lo de siempre? —me pregunta Sarah, mi mano derecha en el club, era ella una domina, de hecho, era la esposa de mi bartender. —Si, por favor. Unos segundos después, Sarah me ofrece un vaso con Whisky añejo con hielos y una servilleta, en ese momento mi vista se fija en la barra, donde una preciosa cabellera rubia llama mi atención. —¿La que esta sentada en la barra es Cely? —le pregunto a Sarah, refiriéndome a la única persona que conozco con el cabello rubio del club. —Nop, es una chica nueva. —¿Nueva? —pregunto frunciendo el ceño, aquí normalmente no aceptábamos a chicas nuevas por el hecho del ruido que había ocasionado cincuenta sombras de Grey, muchas chicas venían a bares de b**m buscando a un Christian Grey, y no todos los amos son como él. No todos son guapos de muchísimo dinero, ni tan pacientes, así que muchas salían corriendo de la escena envuelta en llanto, aburridas o simplemente se daban cuenta de la realidad y se iban sin más. Así que, para evitar eso, ya no aceptábamos a gente nueva, solo con invitación… creo que de alguna forma llamo la atención de David. Justo en ese momento veo como se acerca a la barra de pole, la cual no es muy utilizada, se quita el vestido, mostrando su hermoso cuerpo voluptuoso, sus senos grandes y hermosos, en ese momento empieza una canción y ella empieza a bailar en la barra de Pole llamando la atención de todos los presentes, hasta mi atención logro despertar con sus movimientos, hasta sin casi siento como me falta la respiración. Desabrocho mi corbata y me muevo un poco en mi silla sintiendo como mi respiración se empezaba a poner más rápida y me estaba empezando a excitar. —¿Quieres que te masturbe? —me dice al oído Sarah. —¿Estás loca? —¡Solo digo! —murmura alzando sus manos en señal de rendición—, Al parecer, a pesar de que intentes evitar que, entre nuevas personas, la nueva te tiene vuelto loco. —Es solo porque ya no tengo sumisa, mi mente anda feliz, no es nada más —intento excusarme a pesar de que Sarah se cruza de brazos con una expresión que no dice: no te creo ni una mierda. —Ajá, en fin. Cuando el baile termina, llevo una mano a mi cabello llevándolo hacía atrás ¿Quién eres? ¿Por qué llegaste a este lugar? Su collar rápidamente me responde algunas cosas, tiene el collar verde, lo principal para estar en el club era aprenderse el color y los tipos de collares, en especial los brazaletes. —Pensé que ibas en serio con Steffany, ¿paso algo con ella? —me pregunta Sarah sentándose a mi lado—, O es lo de siempre. —Si, lo de siempre… —Deseo que en algún momento te llegue una buena mujer, o ¿es que acaso no te gustaría? —Claro que sí, pero no creo que sea justo intentarlo con alguien que me aburre, no te lo tomes a mal. —No… te entiendo, lo mismo me pasaba antes de que llegara mi esposo, no te sientas mal ni raro por sentir esas cosas, es como tú dices, no es justo andar con alguien que no te hace sentir siempre como el primer día —comento Sarah dándole un trago a mi bebida, a lo cual yo simplemente ruedo los ojos—, Vi las fotos del matrimonio de tu hermano, deberías invitar a tu cuñada aquí, es muy bella. —Estás loca Sarah, ¿vas a hacer una escena con alguien? —¡Si! Mira —me muestra su mano donde tiene un brazalete blanco con puntos negros—, ¿Por qué no vas a y nos divertimos un rato? —me pregunta en un tono lascivo. —Tu esposo me mira con ganas de matarme —le digo y ella rápidamente aleja su mano de mi regazo. —Perdónalo, a veces se le olvida que el sexo es muy diferente a hacer el amor —ella suelta un bufido y mira hacia un lado. —Si… como digas.  En ese momento mi vista se vuelve a fijar en la rubia, la cual tiene una expresión incómoda cuando alguien se encontraba hablando con ella, como si mi cuerpo se controlara solo, me encontraba caminado en su dirección. Ahora si me volví loco. Pero tal vez, estaba en peligro...        
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