No sé ni por donde empezar, aún sigo estancada en el día que sucedió todo. Justo ayer cuando pensaba que las cosas empezarían a mejorar, que aunque el separarnos fuera un trago muy amargo, podíamos vivir tranquilamente. Levanto la cabeza de la camilla al escuchar el sonido de la puerta, giro la cabeza para encontrarme con Karina entrando. Me paro para recibirla y ella me envuelve inmediatamente entre sus brazos al estar cerca. —Va a estar bien, es un gato con siete vidas —me dice entre cortada. Me alejo de ella y me siento nuevamente del lado izquierdo de la camilla, y ella se para a la derecha. —Hasta hoy me dejaron pasar —murmuro sin voz. —. Si Jhon sabía que esto podía pasar ¿por qué andaba solo? Jhon nunca anda desarmado, tenía que rogarle cuando salíamos con los niños. —No te lo