PRIMER DIA

1735 Words
- Hola cariño – me saluda la señora Selene cuando entro a la oficina que comparte con su esposo. Me acerco a ella dejando que bese mi mejilla a lo que yo le correspondo con una sincera sonrisa, me vuelvo a ver a su imponente esposo que nos observa recostado en el escritorio por lo que me alejo de la señora Sinclair yendo hasta él que me abraza. - Bienvenida cariño – habla con el mismo cariño que siempre lo han hecho, en ese momento la puerta se abre y por esta entra Oliver observándonos - ¿Cómo has estado? - Lidiando con idiotas – comento haciendo que su hijo ruede los ojos a lo que sus padres ríen divertidos. - Qué bueno que estas aquí cielo – habla Selene a su hijo que camina sentándose en una de los sofás que hay dentro. – sé que sabes quién- esta hermosa mujercita – se vuelve a verme a lo que yo sonrio mientras caminamos hasta donde él se encuentra – pero quiero que se conozcan formalmente ya que ella será tu asistente durante el verano. - Eris Farell – extiendo mi mano hacia él dándole una sonrisa inocente a lo que él enarca una ceja. - Oliver Sinclair – toma mi mano y cuando lo hace siento como esta empieza a hormiguearme, por lo que trato de apartarla, pero no me lo permite dándome una mirada traviesa. – encantado de conocerte… - Supongo – respondo encogiéndome de hombros. - Vayamos a ver el lugar donde van a trabajar – habla el señor Sinclair observándonos divertido al tiempo que mi padre entra junto a Mia, la asistente de Selene. Salimos de la enorme oficina que comparte el matrimonio Sinclair, rápidamente atravesamos pasillo hasta llegar a una puerta en color n***o que al abrirla noto que se trata de una escalera por la cual bajamos hasta llegar al piso de los directivos. Mi padre nos guía hasta la puerta que se encuentra al final del pasillo, junto a esta hay una puerta un poco más pequeña y en medio de las dos un escritorio. Noto una placa en la pared junto a la puerta grande en la cual pone O. Sinclair, en la siguiente hay una placa similar y al ver lo que pone en esta siento que la respiración abandona mi cuerpo. E. Farell. - Hijo – empieza Amaris mientras atravesamos la puerta grande viendo que se trata de una oficina no muy grande, pero tampoco muy pequeña – ya que no quisiste ocupar tu oficina… - Saben mis razones – habla Oliver caminando hasta el enorme ventanal, frunzo el ceño observando a mi padre que me lanza una mirada de “luego te digo” Vuelvo la atención al hombre de pie junto a la ventana y las palabras de mi padre en la mañana vienen a mi mente “Oliver, esta perdido” el corazón se me estruja al verlo y saber lo mal que debe estarlo pasando. No puedo decir que entiendo lo que está sucediendo porque yo siempre he estado sola, desde que tengo uso viví en un internado, el tiempo que tenia de vacaciones lo pase en campamentos cuando estaba más niña, al cumplir los quince mi padre empezó a pagar lujosos viajes, su ausencia fue compensada con una tarjeta sin límite, cuando estaba pequeña me entristecía, pero a medida que crecía lo entendí que los Sinclair eran lo que realmente le importaba a mi padre y trate de hacerle la vida más fácil. Nunca di problemas, siempre fui buena estudiante, aprendí equitación, seis idiomas diferentes, a tocar el piano de cola y el piano forte, nunca recriminé su ausencia, nunca exigí tiempo o atención. Por el contrario, para Oliver, sus hermanos y primos la soledad es algo que jamás han experimentado. Por lo que se siempre han sido los ocho, se criaron juntos, planearon una vida juntos. Los hermanos Sinclair fueron a la misma universidad, eligieron las mismas carreras, los cuatro juntos o por separado tienen un futuro brillante. La muerte de Mayner fue un golpe para todo lo que alguna vez conocieron. - Linda… – la voz de Selene me saca de mis pensamientos haciendo que me vuelva a verla. - Lo siento, ¿Qué decías? – veo que junto a mi padre hay otra chica que observa sonrojada a Oliver, lo que me hace enarcar una ceja. - Ella es Kamil – señala a la chica – ella será la secretaria de los dos – asiento con la cabeza. - Los dejamos para que se pongan de acuerdo – habla Amaris a lo que yo asiento de muevo – ¿quieres que te enseñe tu oficina? - Estaré bien – respondo observando a mi padre. - Todo lo que necesitan está en el sistema – habla viniendo hasta mi con al menos cuatro carpetas de cuero n***o en las manos. - Aquí está el primer proyecto del que se harán cargo – tomo lo que mi padre me extiende. - Gracias por esta oportunidad – digo a los señores Sinclair que sonríen afables. Los acompaño a la salida caminando hasta mi oficina, sonrio fascinada con la espectacular vista frente a mí. Suspiro caminando hasta el escritorio rodeándolo mientras recorro con el dedo índice el borde de este hasta llegar a la silla en cuero blanco donde me siento. Me giro viendo la ciudad frente a mí y sonrio siendo consciente de que este es el primer día del resto de mi vida. - Disculpe señorita Farell – escucho la voz de la secretaria por lo que me giro viéndola en la puerta – el señor Sinclair quiere verla en su oficina. – asiento con la cabeza poniéndome de pie tomando la Tablet y el portátil que mi padre me dio en el desayuno. Camino de regreso a la oficina donde al entrar veo que Oliver levanta la mirada observándome, paso saliva ignorando la forma en la que la piel se me eriza a medida que avanzó hasta quedar frente al escritorio. - Siéntate – ordena en un tono de voz que hace que mi pulso se acelere. Cálmate, maldita sea. Me reprendo internamente. - ¿por dónde quieres que iniciemos? – pregunto dejando todo sobre el escritorio ignorando la forma en la que sus ojos no se apartan de mí. - Descubriendo de que se trata la propuesta – asiento con la cabeza justo cuando Kamil entra entregándome las carpetas que me entregaron antes junto a unas copias - sabes leer, ¿verdad? – levanto la mirada incrédula a lo que acaba de decir. ¿debe ser una broma? – ¿en kínder ya le enseñan a los bebes a leer? - Imbécil – murmuro a lo que él enarca una ceja observándome. - ¿Qué dijiste? – pregunta retándome con la mirada. - Que eres un imbécil – respondo dándole una media sonrisa sarcástica - ¿tienes algún problema con mi edad? - No quiero sentir que estoy en un kínder – responde a lo que ruedo los ojos tomando las copias. - ¿podemos empezar a trabajar? – pregunto levantando las copias – porque parece que la que estuviera con niño soy yo. Asiente con la cabeza tomando las carpetas abriéndolas en lo que yo empiezo a leer, a medida que lo hago voy haciendo algunas anotaciones en con lápiz en los puntos que considero más importantes. La empresa que presento la propuesta es una empresa pequeña, sin embargo, un trato con el conglomerado Sinclair es lo que la catapultara a las grandes ligas en el mundo empresarial. No es que los Sinclair necesiten esta asociación, por que no lo necesitan, pero esto en realidad no se trata de dinero sino de poder, ya que de cerrarse el trato no solo ganaran dinero, ganaran la lealtad de la cabeza de dicha empresa. - Programa una reunión para mañana mismo con el gerente – tomo nota en el IPad – quiero escuchar de ellos mismo la propuesta, además de que podremos modificar algunos aspectos que considero relevantes y que deben ser mejorados. – me extiende una hoja con algunas anotaciones como borrador – le escribo a Kamil pidiendo que me consiga algo. - Luego de la reunión podríamos visitar la empresa para verificar que todos los procesos estén al día y en orden – propongo a lo que el asiente con la cabeza. - Estrellita dorada – comenta a lo que ruedo los ojos – no tengo en este momento, pero te la debo. - Debemos hacer un recorrido para que todos los directivos sepan que al igual que tus padres estarás a cargo – ignoro su comentario poniéndome de pie a lo que él frunce el ceño. - ¿A dónde vas? – pregunta serio mirándome a los ojos. - Hemos estado aquí casi toda la mañana – respondo tomando mi celular – tengo sed, hambre y quiero ir al baño ¿feliz? - Las dos primeras cosas las puede solucionar la chica que está afuera – enarco una ceja curiosa ante el tono con ligera molestia que está usando – el segundo – me señala la puerta a un costado lo que me hace rodar los ojos, en ese momento entra Kamil observándonos. - Seño…señorita… - tartamudea mientras se sonroja al ver a Oliver – lo que me pidió – me acerco recibiéndolo. - Retírate – ordeno, pero Oliver la detiene - Pide algo de comer para los dos… - empieza a decir lo que me hace respirar profundamente. - Es mi hora de comer – me vuelvo hacia él – por lo que voy a salir a comer… - se pone de pie golpeando el escritorio haciendo vibrar todo lo que hay en este. - ¡soy tu jodido jefe! – gruñe molesto lo que hace reír internamente, por lo que me acerco a él extendiéndole una paleta la cual observa incrédulo. - Pórtate bien y te daré otra – hablo como si le estuviera hablando a un niño dejando el caramelo frente a él que respira de forma acelerada furioso. Sin más tomo mis cosas saliendo de la oficina dejándolo de pie sin reacción alguna lo que me hace reír mientras entro en la mía dejando todo sobre el escritorio, mi celular vibra con un mensaje de mi padre avisándome que me espera en la entrada para que vayamos a comer.
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