Disfrutándonos el uno al otro

2066 Words
Capítulo 3 Lisseth Fernanda Raúl salió con cuidado del baño y espere un momento para poder salir. En cuanto salgo me topo con mi padre y Raúl en el pasillo, nos miramos y mi papá trae una mirada seria. —Ve con Rebe —Demanda autoritario. Resoplo con enfado, y me encaminé a donde se encuentra mi madrastra, al llegar con ella se da cuenta de que algo me sucede, me toma con gentileza de la mano y me aleja de todos. —¿Qué sucede mi niña? ¿Por qué esa carita apagada? Me retira una lágrima que corre en mi rostro y me abraza con amor. —Tranquila chiquita, aquí estoy para ti mi amor —Me desahogo con ella, saco toda la frustración que siento dentro. Rebeca, me limpia mis lágrimas con apego. —No es justo lo que papá nos hace —Refunfuño llorando. Raúl Villalpando Estaba afuera del baño con mi padrino, que me veía con enojo, me entristece mucho su forma de tratarme, cuando antes eramos, padre y amigos a la vez, ya todo eso acabó para siempre, si tan solo me dejará estar con Lissie, demostrarle que realmente la amo, pero no, eso no pasará y eso me duele demasiado. —Quiero que te alejes de Lisseth, no te quiero cerca de ella, es la última vez que te lo voy a decir, a la próxima que te vea cerca te vas de la empresa y de nuestras vidas —Lo veo con dolor y desilusión, jamás pensé que mi padrino me viera con odio, solo por amar a su hija, pero en parte también es mi culpa si hubiera sido diferente, y no haberme tomado mi vida a la ligera, sin importarme nada, tal vez todo fuera distinto. Se va y me quedo parado en el pasillo, me recargo en la pared y suelto un frustrante suspiro. —Cómo desearía que todo fuera diferente, que mi padrino aceptará que este con Lissie, la mujer que amo —Cierro los ojos para calmarme un poco. —Hermano —Volteo cuando escucho la voz de Arturo, este me mira con compasión —. ¿Qué tienes? —Nada —Niego con la cabeza soltando un nuevo suspiro. —Es por Lissie, ¿verdad? —Asiento despacio. Arturo me conoce muy bien, somos mejores amigos, lo único que no sabe es que Lissie y yo tenemos una relación en secreto, nos queremos que nadie sepa, más que Rebeca, ya que fue su idea. —Se me hace injusto no poder estar con ella, mi padrino me ve con coraje, ya no es el mismo conmigo como antes, y eso me duele, extraño aquellas pláticas que teníamos, cuando íbamos a jugar golf. Si tan sólo me diera la oportunidad de demostrarle que lo que siento por Lissie es verdadero, se diera cuenta es verdad, que he cambiado, ya no soy el mujeriego de antes, quiero ser feliz con la mujer que amo. Arturo me ve con tristeza, y me pone su mano sobre mi hombro para que sienta que tengo su apoyo y que no estoy solo con mi dolor. Lisseth Fernanda Rebeca me consuela, me da palabras de aliento, luego de unos momentos sollozando, me acompaña al baño para que me retoque el maquillaje, respiro profundo varias veces. Cuando estamos por salir entra mi madre que me golpeó el brazo con la puerta, no pude evitar soltar un quejido de dolor mientras me sobaba. —Mi niña perdón —Me mira preocupada, tomó mi brazo para revisarlo y maldijo al verlo rojo. —Estoy bien, mami, no pasa nada —Le dedico la mejor de mis sonrisas, para que no note mi ánimo, pero creo que no me creyó. —¿Segura qué estás bien cariño? —Me toma del mentón con la punta de sus dedos para ver mis ojos. —Claro, mami tranquila, no te preocupes —digo con serenidad, dedicándole una sonrisa. Se me queda viendo con el ceño fruncido, no muy convencida de mi respuesta. Me acerco a ella y la abrazo, cruzo mirada con Becky, que me mira con ternura trasmitiéndome que nada me va a perturbar y que mantenga la calma. Me separo de a poco de mi madre, le doy un beso en la mejilla y le insisto que me encuentro bien, le digo que estoy feliz de estar aquí con ellos. Nos dedicamos una bella sonrisa, y acaricia con delicadeza mi mejilla y me dice lo mucho que me ama y que me extrañó bastante. Salimos las tres del baño y mi hermanita Lisa nos comunicó que Héctor ya iba a cortar el listón, sonreímos y nos dirigimos a la salida. Puedo notar a mis hermanos tristes, cruzaban miradas entre ellos, luego mi hermanito tomó las tijeras, suelta un pequeño suspiro y corta el listón, todos aplaudimos felices por el logro de mi hermano que tanto quiero, lo abrazamos con cariño. —Te quiero mucho hermanito —Le digo cariñosamente. —Yo más hermanita, te adoro —Nos damos un beso en la mejilla. Nos quedamos platicando, le digo que lo sé todo, que Becky me contó por lo que están pasando, Héctor se queda serio, desvía la mirada hacia otro punto de vista, me duele mucho verlos así de mal por amor. Dirige su mirada hacia mí, me besa la cabeza y entramos abrazados a la empresa. Todos estábamos contentos disfrutando de la noche, pero de repente las miradas se dirigieron a la entrada, al voltear no podía creer lo que estaba viendo, Martín y Michelle estaban aquí, visualice a mis hermanos, ellos estaban totalmente atónicos, no podían creer lo que veían sus ojos. Michelle se ve hermosísima con ese precioso vestido largo rojo, corte sirena, escote de corazón con pedrería, le queda ajustado a su cuerpo, se le ve un cuerpazo. Su cabello lo trae suelto peinado con ondas, aretes dorados, está muy bien maquillada, tiene un color rojo en los labios, se ve muy hermosa. Se suelta del brazo de su hermano, camina con tal elegancia, toma una copa de champagne, luego toma el micrófono y comienza a hablar. —Hola, muy buenas noches a todos —Le dirige una coqueta mirada a mi hermano. No puedo evitar soltar una risita por debajo. —Esta noche es muy especial para alguien que es muy importante para mí —lo mira con amor —, salud por tu triunfo, sabía que llegarías muy lejos —Bebe de su copa sin quitarle la mirada a Héctor, puedo notar que está tenso, no se lo esperaba. Michelle le pide perdón a mi hermano por todo lo que lo hizo sufrir, por las palabras hirientes que le dijo, luego de que le confesó que siempre lo ha amado, se acercó a ella, le retiro de las manos la copa y el micrófono, estuvo a punto de decirle algo cuando la calló con un apasionado beso. Voltee a ver a mi novio, estábamos felices por ellos. Todos los presentes los interrumpieron con aplausos, había alegría, se separaron poco a poco, se dedicaron una linda sonrisa. Martín se acercó a mi hermana, la tomo de las manos con suavidad y le pidió perdón por haberla lastimado, ella comenzó a llorar, y vi que miró a nuestra madre, esta le dedicó una cariñosa sonrisa, diciéndole que estará bien. Lisa no podía hablar del llanto, respiró hondo y le dijo. —Si te perdono mi amor, te perdono —Algo dentro de mí, sintió que no lo estaba haciendo con sinceridad, con gusto como lo hizo mi hermano, veía mucha tristeza en sus ojos. Martín la acercó a él y la besó con ternura. Luego de que aplaudiéramos, yo lo hice sin ganas, solo por aplaudir, sentí la mirada de Raúl, y los dos sentíamos que el perdón de mi hermana no era sincero. Él sacó de su bolsillo del pantalón una pequeña cajita, tomó el anillo de ella, se lo colocó diciéndole que lo había tomado de su habitación. —Te amo —Le dijo dulcemente. —También te amo —Se volvieron a besar. Estaba feliz por mis hermanos, pero había algo en Lisita que no me convencía del todo, la conozco muy bien y sé que no fue sincera con Martín, estoy casi segura de que lo hizo solo porque estamos rodeados de cámaras y personas importantes, porque si no, no lo hubiera perdonado. Salí un momento, el clima estaba agradable, me encanta el aire fresco que corre por mi cara, cierro los ojos disfrutándolo, de pronto siento unas manos rodeando mi cintura, al voltear lo veo a él, me pongo algo nerviosa, pues aquí está, papá y nos puede ver. —Tranquila, bonita, mi padrino está ocupado con los inversionistas —Me dice al notar mi preocupación. —Pero alguien nos puede ver y puede ir a oídos de mi padre —digo asustada. Me besa con pasión sin importarle nada ni nadie, y quien soy yo para rechazarlo, si lo amo tanto y me encantan sus besos. Al finalizar el evento me voy a casa de mi madre, Nikki y yo nos ponemos a conversar sobre lo que pasó con mis hermanos, ella me contó lo que Lisa le dijo y como les dije hace un momento, lo perdonó para no dejarlo mal delante de todos. *** Al día siguiente, muy temprano, me levanto, y me pongo ropa de Lis, al terminar de cambiarme salgo cerrando con cuidado la puerta de la habitación. Al estar afuera espero unos minutos, hasta que veo su carro, sonrió feliz y me subo rápidamente para poder irnos. —Mi bonita, te extrañé anoche, me hiciste mucha falta —Luego de decirme eso, junta sus labios en los míos y me besa con mucho amor. El beso va subiendo de nivel, es un beso apasionado, mi cuerpo reacciona al instante, estoy deseosa por él, porque me haga suya de nuevo. —Ahh, mi amor, mi Raúl —Suelto gemidos en su boca. —Te deseo, deseo tomarte y hacerte el amor, princesa. —Házmelo —Nos miramos con lujuria mientras nos sonreíamos. Raúl y yo venimos tomados de la mano, mientras él conduce, de vez en cuando nos veíamos y sonreímos con dulzura. Llegamos a nuestro destino, al estar afuera de nuestra habitación del hotel, Raúl abrió de inmediato la puerta y la cerró de una patada, no pude evitar reírme, pronto esa risa se apagó con un beso ansioso de él. Caemos en la cama y Raúl, me va acariciando mi cuerpo, cada roce de sus dedos hace que mi cuerpo se estremezca, lo amo tanto, lo amo desde que tenía catorce años, me enamoré a primera vista de él cuando regresó de Phoenix para trabajar en la empresa. —Te amo, bonita, te amo tanto —Reclama mis labios para besarlos con pasión e ímpetu, nuestras lenguas con ansias. Raúl comienza por desabotonar mis jeans para después bajar el cierre y así poder acariciar mi intimidad, acaricia mi clítoris con suaves círculos, me siento muy mojada, que puedo escuchar el sonido que provoca el movimiento de sus dedos en mi interior. —Ahhh —Me retuerzo en el colchón disfrutando de sus caricias que tanto me encantan. Al estar desnuda de la cintura para abajo, me comienza a hacer sexo oral, y es inevitable no gemir de placer, abro más las piernas para darle acceso a mi intimidad. —Estás muy mojada, me encanta —Me vuelve a besar y succionar mi sexo, mis gemidos son aún más fuertes. Mientras me hace sexo oral, con uno de sus dedos me empieza a acariciar mi labio vaginal, eso me enloquece. —Vente, mi amor, córrete, quiero sentirte nena —Acelera sus movimientos y en un momento a otro siento que voy a explotar y me dejo venir, arquee mi espalda disfrutando de mi orgasmo. Raúl limpiaba con su lengua el líquido que corría por una de mis piernas, veía atenta como lo hacía, él al darse cuenta se acercó a mí y me rodeó en sus brazos para reclamar por un ardiente beso que respondí con gusto. —Sabes delicioso, cariño. Nos sonreímos con amor y nos volvimos a besar, de pronto sentí que me penetro de golpe, que solté un grito de placer, sus movimientos son despacio, estamos disfrutándonos el uno al otro, besando nuestros cuerpos.
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