Capítulo 2
Lisseth Fernanda
Tres años después, Raúl y yo hemos estado juntos a escondidas, con ayuda de Rebeca, que se ha portado increíble con nosotros. En estos momentos me encuentro en un hotel de Los Mochis con el amor de mi vida que se encuentra desnudo en la cama, anoche pasamos una noche maravillosa de pasión, casi no dormimos, nos amamos toda la noche y parte de la madrugada, ni cuenta nos dimos cuando nos quedamos dormidos, quedamos agotados luego de hacer el amor. Lo amo tanto, estoy perdidamente enamorada de este bello hombre que está a mi lado, está boca abajo, duerme tranquilamente, su respiración es lenta.
Suelto un ligero suspiro mientras lo observo dormir plácidamente.
Me acerco aún más a él, comienzo a llenarlo de besos, al sentirme me envuelve en sus brazos y nos besamos apasionadamente. Comienza a acariciarme, va metiendo su mano debajo de mi panty, solté un gemido en su boca, y eso hizo que se excitara más, aceleró sus movimientos hasta que hizo que me corriera. Nos quedamos viendo con picardía, se inclinó para reclamar mis labios, mientras nos besábamos con frenesí, se acomodó encima de mí y una vez más me hizo suya con mucho amor y pasión.
Luego de haber hecho el amor, nos tuvimos que parar de la cama, para alistarnos para el evento de mi hermano. Nos fuimos a duchar, volvimos a hacer el amor bajo el agua. Terminamos de bañarnos luego de amarnos con locura, salimos del baño, besándonos, nos amamos locamente, aprovechamos el tiempo que estamos juntos para amarnos.
Llegamos a la cama, caímos en ella, Raúl acariciaba con las yemas de sus dedos mis piernas mientras besaba mis labios, se me escapó un gemido en su boca.
—Ahh, mi amor —dije entre gemidos —, tenemos que alistarnos, papá no tarda en llamarte —Le recuerdo.
—Bonita, es que me vuelves loco, no puedo estar contigo sin tocarte, acariciarte —Me dice mientras me besa —. Te amo princesa.
—También te amo mi guapo, te amo —Dicho esto, me envuelve entre sus brazos y nos llenamos de amor, hacemos el amor apasionadamente. Me hizo ver estrellitas, soltamos un grito gutural al llegar juntos al clímax.
Se queda un rato encima de mí, para recuperar la respiración, lo abrace con suavidad, acaricie su espalda con las yemas de mis dedos. Me dio un pequeño beso en el cuello, luego paso por mi mejilla y mi boca, la besa suavemente, sobando mis labios.
Salió despacio de mí, se acomodó a mi lado acurrucándome en sus brazos, besa tiernamente mi frente.
Cruzamos nuestras miradas, acerca su mano a mi rostro, acaricia con sus nudillos la mejilla, luego pasa la mano a mi mentón y me da un sutil beso en los labios.
—No quisiera separarme de ti mi bonita —Me dice voz audible.
—Yo tampoco guapo —Comento con dolor, al saber que tardaremos en volver a estar juntos de nuevo.
Se me salen las lágrimas, como me gustaría gritarle a todo el mundo mi amor por él, poder vivir nuestro amor sin tener que estarnos escondiendo.
Raúl, al ver mi cara, me mira con tristeza, me limpia las lágrimas con delicadeza.
—No llores princesa, sabes que me duele, verte llorar.
—No es gusto nada de esto —Suelto en llanto.
Mis lágrimas corren como cascadas por mis mejillas.
Raúl me abraza con fuerza sin hacerme daño, me desahogo en sus brazos, lloro desoladamente.
Me siento frustrada al no poder estar con el amor de mi vida, pues ya que mi padre no permite esta relación.
—Ya mi bonita, tranquilízate, por favor, no llores más —Súplica con suavidad.
Respiro profundo, tratando de calmarme, pero no puedo dejar de sollozar. Raúl soba mi espalda tiernamente.
Mi novio me pasa, un vaso con agua, la bebo despacio, en lo que estoy bebiendo le suena el celular, vemos quien es y nos miramos.
Toma el teléfono, desliza la pantalla para contestar y lo pone en altavoz.
—Hola, padrino, buenos días —Saluda tranquilamente.
—Hola, buenos días.
Lo saludó con seriedad.
Ya mi papá no lo trata como antes, es muy frío con él y es lo que más me duele, ya que siempre le hablaba bien, como a un hijo.
—Te hablo para saber si vas a venir a desayunar al departamento, Rebeca me pidió que le llamará —Le dice con sequedad.
—No padrino, no se preocupen, desayunaré aquí en el hotel —dijo amablemente.
—Bien —Cuelga la llamada y me quedo helada por como se portó con él.
Mi padre lo trata muy mal, ya no es amable con Raúl, es demasiado seco con él.
Volteo para verlo y unas cuantas lagrimitas salen resbalando por mis mejillas.
Las limpia con sus dedos y me da un pequeño beso.
—Ya no más lágrimas, por favor bonita —Suplica de nuevo.
Dejo salir un suspiro.
—Es que… No me gusta como es contigo, tan frío, cortante, no te lo mereces —Me rodea con sus brazos, besa nuevamente mi frente.
—A mí también me duele, porque es como un padre para mí —Musita.
Después de eso, Raúl me pide que nos alistemos para ir a desayunar al restaurante del hotel, me levanto, encamino al closet, busco ropa interior, me la pongo, luego agarro un jersey color verde y un pantalón de mezclilla.
Comienzo a alistarme, me aplico crema para peinar, me lo cepille con cuidado, al finalizar con mi cabello, me maquille ligeramente.
Raúl no dejaba de verme, podía verlo por el rabillo del ojo, y comenzaba a reírme.
Estaba frente al espejo, cuando veo a mi novio acercarse a mí, rodea sus brazos a mi cintura.
—Eres muy hermosa, mi bonita, te amo demasiado —Me acurruco en sus brazos.
Me volteo para quedar frente a él.
—Yo también te amo, desde siempre —Beso suavemente sus labios.
—Escapémonos mi amor —Suelta de pronto.
Lo miro incrédula, con el ceño fruncido.
—¿Qué? —Inquiero con una risita.
—Si bonita, vámonos lejos de todo y de todos, vivamos nuestro amor.
Nos quedamos mirando unos minutos.
Con él soy capaz de irme al fin del mudo.
—Si mi guapo, vámonos lejos, disfrutemos nuestro amor —Digo con emoción.
Me acerca más a él y reclama mis labios con un ardiente beso.
Nos separamos por falta de aire.
Finalmente, termino de alistarme, tomo mi bolso de mano, Raúl me toma de la mano, salimos de la habitación y nos vamos al restaurante.
Al llegar nos acomodamos en una mesa, se acerca el mesero, nos da los buenos días amablemente, nos toma la orden y se retira.
Raúl agarra mis manos con delicadeza, nos sonreímos con amor.
Minutos después llega nuestro desayuno, le agradecemos al mesero con una gentil sonrisa.
Nos ponemos a desayunar, estos hotcakes están buenísimos, Raúl me da de su platillo, sus chilaquiles rojos están muy ricos, corto un pedazo de hotcakes y le doy a probar en la boca igual como él lo hizo conmigo.
Nos la pasamos riendo y platicando cómodamente, olvidándonos un rato de todo.
Terminamos de desayunar, pide la cuenta, tardan un poco en traerla, en cuanto la traen, paga y nos retiramos.
Caminamos a su carro, me abre la puerta, subo despacio, la cierra y camina rápidamente, se sube, lo enciende y nos vamos a pasear un rato.
Escuchábamos música de amor todo el camino.
Llegamos a la playa, buscamos un lugar solitario, al encontrarlo estaciona el auto, se baja, rodea el carro rápidamente, me abre, extiende su mano, la tomo feliz, luego de bajarme cierra la puerta.
Estuvimos caminando por la playa tomados de la mano, nos sentíamos tan bien aquí, nos traía bellos recuerdos.
Pasó un señor con un bello ramo de flores, Raúl no dudo en comprarlas, me la dio y la tome alegre.
—Bonita ven, ponte ahí —Hice lo que me pidió.
Me tomó varias fotos, estaba dándole la espalda al mar. Nos tomamos varias fotos juntos, me siento inmensamente feliz con él.
No quisiera que este momento acabara, me encantaría pausar este día para siempre, estar solo él y yo.
Aquí estuvimos todo el día. Al llegar la tarde, almorzamos unos ricos mariscos.
Las horas pasaron volando que ni cuenta nos dimos.
Escuchamos sonar su celular, al ver quien era, me puse algo tensa, me dio un beso para calmarme.
Respondió al tercer tono poniéndolo en altavoz.
—¿En dónde demonios estás? —Le grita al otro lado del teléfono —, te he estado llamando y no respondes —Le dice exaltado.
—Padrino, discúlpame, me vine a dar una vuelta a la playa —dijo apenado.
—¡Te quiero aquí en media hora, si no atente a las consecuencias! —Lo amenazó y colgó.
Nos levantamos deprisa, nos sacudimos la arena, y corrimos al carro, me abrió y subí con rapidez, después de cerrar la puerta, rodeó rápidamente, y nos marchamos. Aceleró la velocidad, no faltaba mucho para la media hora, me sentía nerviosa, no quería que mi padre le hiciera algo o que lo corriera.
Llegamos al hotel, nos bajamos con rapidez, nos tomamos de la mano y corrimos al ascensor, aplastamos el botón, gracias a Dios no se tarda en abrirse las puertas, entramos, y Raúl presiona el botón de nuestro piso, tardan un momento en abrirse, cuando por fin se abren salimos, y corremos hacia a la habitación.
Entramos, le ayudo a alistar su traje, mientras se da una ducha.
Al salir, se comenzó a alistar a la carrera.
Cuando finalmente esta cambiado le digo en tono sensual.
—Te ves guapísimo con ese traje n***o.
Me mira seductoramente y le sonrío coquetamente.
Se acerca a mí de manera seductora, y estando muy cercas de mí me dice.
—Me encantas, me vuelves loco, mi bonita.
Me besa apasionadamente, luego de un apasionado beso se separa.
—Te amo bonita.
—También te amo, y ya mejor vete, no quiero que tengas problemas con el señor Santibáñez —Le digo molesta.
—Okey bonita, nos vemos al rato —Después de decir eso, volvimos a juntar nuestros labios.
Se separa de mi lado, camina hacia la puerta, antes de que se vaya le aviento un beso volado.
Me dedica una tierna sonrisa y se va.
Suelto un leve suspiro, me dirijo al closet, lo abro y saco mi vestido largo, brilloso, corte princesa, escote de corazón, color lavanda. Lo coloco con cuidado sobre la cama.
Me meto al baño, y me doy una rica ducha. Tardo unos minutos en salir, cuando salgo camino de nuevo al closet, saco ropa interior, me la coloco, y me encamino a la cama para tomar mi vestido, me lo pongo con cuidado. Camino hacia el closet, al abrirlo, tomo mis zapatillas plateadas, me siento en la cama y me las pongo.
Me pongo de pie, me dirijo nuevamente al baño, y comienzo a arreglar mi cabello. Al estar completamente seco, enchufo la laceadora y espero unos minutos a que se caliente para podermelo alaciar. Cuando al fin termino, la apagó y la desconecto.
Tomo mechón de cabello, lo paso por de bajo del cabello y lo amarro con una liguita, me la aprieto un poco.
Me maquillé, en los ojos me puse sombras de color plateado. Al finalizar de maquillarme me pongo mis pendientes y pulseras en materiales finos.
Me doy un último vistazo en el espejo, al ver que todo está perfectamente bien, salgo de la habitación, me dirijo al ascensor, espero unos minutos para que se abran las puertas después de haber presionado el botón. Al abrirse las puertas entro, al estar adentro me pongo a pensar en todo lo que he pasado con Raúl, me duele estar a escondidas, también pienso en Becky no me gustaría que tuviera problemas con mi padre, por nuestra culpa, por apoyarnos para que estemos juntos.
Dejo salir un leve suspiro, las puertas de elevador se abren nuevamente, y salgo al del hotel. Saco mi celular para pedir un Uber, mientras espero mi carro, le mando un mensaje a mi hombre diciéndole que estoy afuera del hotel esperando el Uber, que en unos minutos estaré en la empresa, él me responde al instante diciéndome que estaba bien y que por allá todo iba excelente, también me comentó que en unos momentos Héctor iba a cortar el listón, le respondí que apuraría al chofer, pues ya que deseaba estar ahí en ese momento. Raúl y yo nos despedimos con caritas de amor y un “te amo”
Al ver el auto, subí con cuidado y le pedí que le acelerara algo rápido porque ocupaba llegar de urgencia, el chico asintió y comenzó a conducir. Llegamos a industrias Santibáñez, le pago la cantidad correspondiente, y bajo con sutileza.
Camino despacio hacia la entrada de la empresa, miro a todos reunidos, los extrañaba tanto, hacían tanta falta.
—Hola, hermanos —Los saludo con una gran sonrisa.
Ellos se quedan mirándome, están en shock, los miro con alegría, cuando salen del shock exclaman con felicidad.
—¡Lissiiieeeee! —Nos abrazamos con gozo. Los extrañé mucho, me hicieron falta.
Veo a Raúl acercarse a nosotros y con la mirada nos decíamos lo mucho que nos amamos, me da un dulce bello en la mejilla, al sentir ese tacto en mi piel toda mi piel se erizó, le dedico disimuladamente una pícara sonrisa.
Mis hermanos me presentaron a Leandro Arismendi, nos saludamos gentilmente luego de decirme que es amigo de mi hermana Lisa, al dirigir mi mirada con ella me dedica una leve sonrisa que le devuelvo con cariño, puedo notar tristeza en sus ojos y sé muy bien por qué esta así, más bien por quien esta así.
Caminamos a donde se encuentran mis padres, Becky y Manuel, al verme me abrazaron cariñosamente, les correspondí el abrazo de igual forma.
—Hija, ¿por qué no avisaste que venías? —Me preguntó mi papá esbozándome una alegre sonrisa.
—Quería darles una sorpresa papi —Aclaro sonriéndole.
—Y vaya que nos la diste, te he extrañado mucho princesa —dice abrazándome de nuevo.
Raúl y yo nos miramos con tristeza al no poder gritar nuestro amor.
Estuve feliz de estar con la gente que amo, de pronto siento vibrar mi celular, lo tomo y veo un w******p de mi guapo novio.
Mi guapo:
Te ves preciosa mi bonita ❤️❤️❤️❤️
Lissie:
Tú también te ves guapísimo mi amor, te amo ❤️❤️❤️❤️
Mi guapo:
Yo más bonita, que ganas de agarrarte a besos
Lissie:
¿Quién te lo impide? Jajaja
Mi guapo:
No me retes cariño
Nos dedicamos disimuladas miraditas de amor, me dirijo al tocador, espero unos minutos y siento que me empuja, me sube al lavamanos y reclama con ansias mis labios, nos besamos apasionadamente, nuestras lenguas se acariciaban con ímpetu, paso su mano por debajo de mi vestido, y fue acariciando mi pierna hasta llegar a mi panty, metió uno de dos dedos por debajo de mi ropa interior, acarició mi labio vaginal.
—Ahhh Mmm —Gemía en su boca.
—Estás muy mojadita mi amor —Ronroneó excitado.
Nos miramos llenos de deseo, baje mi mirada y me di cuenta de su erección, mordí mi labio inferior con ganas de que este dentro de mí.
Paso mis manos a su pantalón, desabrocho el cinturón junto con su pantalón con desesperación, me toma del mentón y me besa ardientemente, se baja los pantalones junto con el bóxer, hace a un lado mis bragas y me penetra duro, ahoga mis gemidos con besos. Rodeo mis piernas a su cintura y mis manos las enredo a su cuello, se me escapa un ligero gemido.
—Ahhh Ahhh mi amor te amo.
—Te amo bonita.
Nos besábamos con tanta pasión, estábamos vueltos locos de deseo uno del otro, las embestidas de Raúl eran fuertes, sentía que me rompería en dos, pero no me importaba, lo estaba disfrutando al máximo, estoy a punto de llegar al clímax, al sentir mi orgasmo y siento que él también está por venirse y le pido que me dé más duro lo hace llegamos juntos diciéndonos mutuamente te amo.
Al terminar mi amado me ayuda a bajar, me acomodo la ropa, me arreglo mi cabello, él me observa y me da un beso en el cuello diciéndome te amo demasiado.
—Yo más mi guapo —Beso sus labios con suavidad.