Capítulo tres

1475 Words
Encontrar la oficina no fue algo muy dificil para la joven dueña, seguramente quien manejaba el sitio se encontraba en el interior de ella, con suma precaución se dirigio hacia el lugar y sin previo aviso la dama abrio la puerta, Caeli no lo penso demasiado, simplemente hizo lo que tenia que hacer como dueña del bar. En el interior de la oficina un hombre al verla se expreso en tono alto y molesto—¿Quien demonios eres? ¿Y que estas haciendo aquí?—el rostro del sujeto estaba rojo de la ira, más le ardia la sangre con tan solo ver la manera en que ella le miraba, en su vida alguien le habia mirado con tanto desprecio, el individuo no estaba dispuesto a tolerar que ninguna sola mujer le mirara por debajo del hombro. Nunca nadie debía mirarle de esa manera, mucho menos una dama que no sabe absolutamente nada del mundo de los negocios. Caeli enfrente de él se esforzaba por reprimir su impulso de reirse en su cara, sin duda alguna ella deseaba menospreciarlo de la misma manera en que él seguramente se habrá burlado con otras muchas más personas, sin embargo, la joven logro mantener su seriedad—Deberías cuidar de tus palabras—murmuro friamente y agrego—estas hablando con la propietaria de este lugar, dudo que quieras perder tú empleo por un solo ERROR. El hombre no creyo en sus palabras para nada, el dueño del sitio no tenia una hija, si ese sujeto la tuviera él habría sido el primero en enterarse, sin miedo alguno la confronto—No quieras engañarme muchacha, el señor no tiene hijos—la señalo con el dedo mordazmente resaltando practicamente que era una mentirosa, la dama le fulmino con la mirada mientras deslizaba aquello que le habia dado su padre antes de subirse al avión, esto fue capaz de mostrar la veracidad de sus palabras, sin duda alguna la dama enfrente del hombre era hija de él. —No sabia que el jefe tuviera una hija—murmuro apenado al darse cuenta de que la chica no mentia, el pase en sus manos eran prueba de su autenticidad, el señor no sería capaz de darle eso a cualquier persona, luego prosiguio enseguida a indicarle que tomara asiento y su tono de voz cambio inmediatamente—¿A que debo esta honorable visita?—pregunto tomando asiento igualmente. La gente siempre hace lo mismo cuando la posicion de la otra persona cambia, agachando la mirada a los superiores, ¿de verdad los humanos cambiamos? ¿desde cuando es tan importante? supongo que desde que el mundo existio esta situación apareció sin que nadie se diera cuenta. Dandole valor a una persona por lo que tiene. No se debe a nada—aclaro inmediatamente la joven sentandose enfrente a él y sin pensarlo menciono—voy a trabajar aquí—no fue una pregunta, fue una afirmación, al escuchar las palabras que salieron de la boca de la chica el hombre no pudo evitar temblar internamente puesto que no le convenia que esa joven en especial trabajara en el Lao Blue, sin embargo era muy consciente de que no tenia una excusa para negarle ser parte del negocio. —Señorita, no creo que sea necesario que usted misma tenga que trabajar—comento el sujeto mientras hacia el intento de permanecer lo más traquilo que fuese posible, pese a su pobre intento, Caeli fue capaz de darse cuenta, el tiempo que habia permanecido junto a ese hombre le habia enseñado a leer a las personas y más cuando se trata de alguien que se muere por esconder sus sucios trapos. Mirandolo fijamente contesto—Soy la dueña y no le estoy pidiendo permiso para hacerlo, más bien le estoy informando—el semblante del viejo hombre cayo hasta lo más bajo, apreto los dientes y endurecio su semblante pero contuvo a su boca para no decirle ninguna palabra ofensiva a la mujer, el caracter de la dama no era algo que este tipo pudiera manejar. Al darse cuenta de que no habia manera de negarse, no tuvo más opción que aceptar—Lo entiendo señorita Caeli—era mejor aceptarlo por las buenas que levantar alguna sospecha—Le dire a Yuri que te traiga una mascara, todos nuestros invitados aquí portan uno, de esta manera le damos un toque de misterio y tambien así de esta manera le damos al cliente discreción, lo cual es lo que mayoria de nuestros clientes prefiere. —¿Alguna vez usted a trabajado? o ¿ha manejado algún otro negocio?—pregunto el hombre sacando un hoja, la dama simplemente le observo, no iba a negar pero tampoco afirmar, al no obtener una respuesta siguio hablando—Yuri te enseñara lo esencial sin embargo, debes ser consciente de que al estar trabajando debes ser muy discreta con lo que miras y escuchas, si hay alguna filtración respecto a la información manejada, el Lao Blue puede meterse en problemas legales. Caeli no necesitaba esta explicación, era algo muy común en los negocios el saber guardar secretos empresariales que se trataban en su interior, las normas y politicas prohiben el comercio ilegal de informacion impresarial. La dama se puso de pie y mantuvo esta postura durante un buen rato mientras admiraba las pinturas en la oficina, luego de algunos minutos por la puerta entro una joven con una sonrisa. —Bienvenida—saludo la chica olvidandose de cualquier formalismo, alegremente le tendio la mascara, con tan solo ver la manera en que Yuri se comportaba era más que claro que ella desconocia su identidad y el que no lo supiera, era lo mejor.—Sere tú compañera, me llamo Yuridia pero puedes decirme "Yuri" si así lo prefieres, todos los compañeros se refieren a mi de ese modo. ¿Cuál es tu nombre?—pregunto enseguida cuando se dio cuenta que ni siquiera le habia preguntado, Caeli sonrió mientras tomaba la mascara de sus manos—Caeli, es un placer Yuri—murmuro. El ver el rostro entusiasta de la joven le trajo a la mente recuerdos de viejos tiempos, ese tiempo en el nada era más importante que ser felices, hacer lo que le importaba y disfrutar de la vida de la mejor manera. ¿En algún momento podre volver a lo que una vez fui? No, es imposible, porque la pureza que albergaba mi alma se ha visto corrompida. Observo detenidamente la mascara, esta era color plata con un toque de color rojizo y el liston de color n***o lo convettia en la misma perfección, totalmente ideal para ella. —Esta combina con tus preciosos ojos—comento Yuridia halagandola sin dejar de mirarla—El jefe la escogido personalmente para ti, tambien dijo "Diferente a las demas, belleza única y frialdad"—recito la jovencita con los ojos iluminados como si estuviera viendo algo maravilloso. Por otro lado Caeli se limito a responder de la forma mas reservada y simple—Muchas gracias. ... Luego de salir de la oficina ambas se dirigieron hacia la barra, Yuri felizmente le enseño el lugar ademas de mostrarle las cosas que debia realizar y la forma en la que debía tratar a los clientes, a Caeli no le costo para nada entender y aprender debido a la buena explicación de la chica y a que antes habia trabajado para apoyar a su madre, por lo que no era muy diferente a lo que hacia en el viejo cafe de la esquina. —Mira, los tienes hinoptizados—musito con una voz alegre Yuridia—no han sido capaz de dejar de mirarte desde que hemos entrado—agrego la chica. La belleza extraodinaria de Caeli atrapo la mirada de varios sujetos en la sala de juegos, en las bebidas, sin duda su esplendor la hacia resaltar entre todas las demas, varias meseras sentian envidia de este hecho y por supuesto Caeli internamente estaba disfrutando de ser el centro de atención en el bar, porque cualquier atención es fascinante y emocionante. Sonrió ante las palabras de Yuri para despues decir—Y lo que viene sera mejor, simplemente esperalo Yuri—aunque la joven no entendio a que se referia Caeli se limito a sonreirle a su nueva compañera. —Es muy sencillo el trabajo y la paga no es mala, de hecho si te va bien puedes sacar propinas de los caballeros—informo la joven llevando una charola, la dama la sigue en todo momento para no perderse nada.—tan solo sonrié y se amable, es bastante simple, pero debes tener cuidado con los tipos que quieran pasarse de listos—advirtio Yuri—porque si hay algunos que no son nada agradables y de vez en cuando hay que enseñarles alguna lección.
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