Capítulo dos

1659 Words
Fue una despedida un poco distinta a la que siempre se ve, ninguno de los dos jovenes se atrevió a decir "adios", si la ausencia dolor traería, nadie lo demostro, no había razones para entristecer al otro. Los pasos firmes y seguros de la dama resuenan por el pasillo, con una mano sostiene su bolsa y con la otra tira de la maleta, se acerca hasta la empleada, le tiende la maleta y despues sube al avión con una sonrisa deslizandose de sus labios, hacía unos años que no imaginaba su regreso y hacia unos meses en los que era lo único en lo que no podía dejar de pensar. La soledad la envuelve sitiendo que cada minuto es igual a un siglo, ¿Cuando fue la última vez que se sintio tan desamparada y desesperada?, ciertamente fue el día que lo perdió todo, harta de todo, busca calmar a su mente con un poco de musica, durante el viaje la sensación que en un principio estaba allí termina por desaparecer sin embargo, lo que era en un inicio regresa tan pronto como resuena una de sus canciones en especial, aunque sus canciones favoritas siguen siendo aquellas que pueden romperte en un segundo, esas que te recuerdan a como de lugar las cosas que tanto ahnelas olvidar, en esta ocasión no ansiaba quebrarse, porque de nada servia pensarlo. El tiempo transcurre lentamente al punto en que desearía que lo hiciera mucho más rápido, si lo fuera, ya habría llegado al sitio indicado, su plan ya podría haber iniciado y simplemente no estaría recordando esa pesadilla, debido al cansanció sus ojos se cierran, poco a poco su consciencia desaparece, no obstante algo lo arruina por completo. *Flashback* El fuego consume lo que tiene a su paso sin ningun retorno, el edificio en llamas se lo ha llevado todo, un día simplemente no fue capaz de verlos, aquellos que se quedaron encerrados sin poder salir de lo que tanto solían llamar hogar. Todo desaparece sin dejar rastro alguno, todo aquello por lo que nos hemos esforzado demasiado por conseguir, todo eso perdido en cuestion de segundos y mucho más de ello. —¿Porque me haces esto? ¿Acaso hice algo mal?—sus piernas flaquearon provocando su caída bruscamente sobre el pavimento una vez que logro salir del edificio, los bomberos a su alrededor apagarón todo y la gente la miro con "lastima". Sus personas amadas les han sido arrebatadas.—¡Dimelo! puedo cambiarlo. Pero no hubo respuesta alguna, en verdad no existia, con lo que quedaba de su ropa cubrió su rostro, se puso de pie y salió corriendo lo más rápido que sus piernas le permitierón, el callejón era lo más cercano y sin temor a el ingreso hasta lo profundo, se aparrago en la pared para solamente soltar sosollos. —Realmente lo he perdido todo—de rodillas se deja caer, entre lagrimas y gritos desgarradores suplica al cielo que sea un maldito sueño, ansiando despertar pronto de la pesadilla que la rodea, y nada cambio, jamas desperto, el suceso era real, su vida se destruyo, Dios no escucho las suplicas moribundas de la dama.—Todo tiene sentido, no existe Dios—con rabia cada una de sus lagrimas borro bruscamente. Su cuerpo temblaba de miedo y al mismo tiempo de una contenible rabia de la cual no sabia ni como desahacerse. Si tan solo ellos se hubieran salvado, si ella hubiera regresado un poco antes, si las cosas no hubieran sido de la manera que ocurrieron. ¿Ella podría haber echo algo para cambiar esta escena? Esa es la pregunta que se detona en su cabeza una tras otra vez, pero, ¿de que sirve pensar en este momento? si todo ha terminado. *Fin del flashback* De pronto una mano la sacude lentamente, al abrir los ojos se puede encontrar con una trabajadora del avión, la joven no parece muy adulta, cuanto mucho ha de tener unos 25 años, demasiado joven y con una vida muy por delante, su hermano tambien era joven, es una gran tristeza saber que jamas cumplira sus sueños. —Señorita, hemos llegado—informa con una sonrisa de manera educada, se inclina levemente y al incorporarse—ha sido un gusto haberla tenido viajando con nosotros, espero que haya disfrutado del viaje y que le haya resultado de igual manera comodo—su sonrisa es algo contagiosa, un poco ingenua o mentirosa para su gusto. Hipocritamente sonríe la dama de lado—La agradecido soy yo, por poder haber viajado en el y disfrutar de sus buenos servicios—menciona poniendose de pie.—por supuesto me asegurare de darle una calificación de 5 estrellas, además hablare muy bien de sus servicios. En un instante el rostro de la chica se convierte en un tomate, ya sea porque se he dado cuenta de lo que pedia a gritos con su falsa cortesía o es que es demasiado timida, lo que sea, sinceramente dejo de importarle hace bastante la sinceridad de las personas que no volverá a ver nunca más. La joven se da la media vuelta y baja del avión, el aeropuerto es inmenso, aunque al parecer es más pequeño que el del otro estado, al caminar la dama procura cuidar la elegancia de sus pasos, espera pacientemente el equipaje y una vez que lo tiene en sus manos se aproxima a la salida del lugar. No hace falta que llame a alguien para que venga a recogerla, porque una persona ya esta esperandola. "Padre hara lo que sea por mi seguridad, lo que sea porque no suceda lo aquella noche" —Caeli sonríe al pensarlo—"despues de todo es parte del contrato". No podemos esperar nada de nadie, si esperamos tan solo vamos a decepcionarnos, sería lamentable depositar fe en personas tan engañosas y egoístas. —Señorita, llego justo a tiempo para recogerla, el señor me pidió que la llevara a donde usted quisiera—su voz es amable y un poco seria, por supuesto en ningun momento cambia la manera en la que se refiere a mi—seré su chofer mientras ústed se encuentre por aquí. El sujeto no menciona su nombre, ¿razón?, es que el nombre ciertamente no es necesario, mucho menos es importante a menos que el jefe lo pregunte, de lo contrarió es simplemente una molestía. La dama asiente con la cabeza lentamente sin dejar de observar cada una de las acciones del empleado, luego de que pone las cosas en el maletero, abre la puerta y sube. Fue por un momento, tan solo un instante en que casí lo olvide, así es pertenecer a la alta sociedad, aquí debes pisotear a los demas para demostrar el poder que tienes, pero, yo soy diferente, no voy a pararme encima de los mios, pisare y dejare mi huella sobre otras personas. —"Nunca podría olvidar el lugar del que vengo" Antes de arrancar el auto, el hombre pregunta—¿A donde le gustaría que la llevará, señorita?—mientras enciende el motor. Caeli por un momento se pierde en sus pensamientos decidiendo el sitio, internamente se debate en si ir a visitar a su mejor amiga de ese año, pero ha pasado un buen tiempo desde que perdieron contacto, esa chica era la unica que hablaba de la igualdad a pesar de tener mucho más que otras personas. Segura de si misma responde—Quiero ir a Lao Blue—murmura con una pequeña sonrisa y un brillo peculiar en su mirada, los planes de la chica aun deben esperar en la oscuridad, solo un poco más en lo que se ponen los cimientos para su elaboración. En el trayecto a Lao Blue por el camino se pueden ver parejas tomadas de la mano y con una expresión tan tenue y llena de amor, al verlos Caeli no puede evitar sentir un poco de envidia, pero desear un amor tan tranquilo como el de ellos es algo que ya no puede permitirse. Es demasiado tarde para volver ahora, es imposible regresar el tiempo y cambiar lo sucedido, tan solo queda seguir adelante y cargar con los pecados. ... Al llegar a Lao Blue, Caeli bajo del auto sin perder la elegancia al momento de caminar se deslizo entre la gente abriendose paso hacia su enorme propiedad, para su enorme sorpresa el sitio era sumamente lujoso, más de lo que ella pudo imaginar, además el sitio no era uno al que cualquier persona pudiese ingresar. En la entrada se vio detenida por un guardia quien exigió saber su identidad, ella con la mirada en alto le miro de abajo a arriba escaneado al señor, su mano se dirigió a sus labios y soltó una risita mientras le miraba con curiosidad, tranquilamente respondió—Si tanto amas tu puesto me dejaras pasar—su voz estaba llena de autoridad—Deberías conocer tú lugar, aquí solamente eres un empleado y yo soy la dueña.—menciono extendiendo el pase que su padre le había proporcionado, al darse cuenta de su gran error el hombre no puedo hacer nada más que inclinarse y disculparse por las palabras, y la actitud con la que la trato. Su disculpa fue como la de cualquiera, se inclino ante ella de la misma manera en que el mundo entero lo hacia ante quien tenia poder asegurandole que no iba a volver a pasar, así mismo se hizo a un lado dandole acceso al bar. Caeli acepto la disculpa aunque no estaba tan feliz de verlo hacer esas cosas, porque esas acciones le traían recuerdos horribles antes de ser quien es en hoy en la actualidad—Espero que así sea, de lo contrario seras reemplazado, tenlo por seguro—palabras claras salieron de sus labios mientras se marchaba sin mirarlo. La dama entro pasando por desapercibida ya que aun no era el momento de ganarse toda la atención.
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