Danna Garrido Cinco años después... —Mami, estaré bien —susurra tomando mi cara entre sus pequeñas y delicadas manos y rozando nuestras narices en un intento por convencerme. —Te lo prometo, me portaré bien, además son solo cinco días y quiero ir —hace un mohín con la boca mientras sus ojos celestes se ponen vidriosos de inmediato. —Lo se mí amor. Sé que siempre te portas bien —acomodo sus largos mechones castaños detrás de su hombro. —Lo que no quiero es que te suceda algo malo mientras que tu papá y yo estamos lejos. Acuérdate que estaremos en Alemania una semana y tengo miedo de que surja algún inconveniente y nosotros no estemos aquí para ayudarte. ¿Entiendes, amor? —le pregunto acariciando levemente su mejilla con el pulgar. No soporto ver su cara de desilusión al decirle aquello.