Las tres mujeres miraban ansiosamente al abogado, esperando su respuesta a la pregunta de Anisa.
El señor Baelish negó con la cabeza.
—No, no estoy diciendo que vaya a ser liberada, las pruebas son suficientes para llevar el caso a juicio, lo cual ya es perjudicial, pero necesitamos algo más sólido para condenarla, debemos vincularla directamente con los crímenes más graves: tráfico de drogas y de personas. ¿Qué pasó con las pruebas que mencionaste hace dos días?
La expresión de Anisa se endureció al recordar la sensación de frustración que había sentido cuando encontró la caja fuerte vacía.
—No sé cómo, pero Linda descubrió lo que planeaba y mandó retirar las pruebas de la caja fuerte antes de que pudiera llegar a ellas.
El abogado arqueó una ceja.
—¿Mandó retirarlas?
—Sí —Anisa as
