El corazón de Luisa latía con fuerza. Amor. Él había dicho que estaba enamorado de ella, aquello provocó que corazón se elevara, pero no tardó mucho en sentir cómo el miedo le cortaba las alas. Las lágrimas ardían en sus ojos mientras negaba con la cabeza. —No puedes decir cosas así, Alden. —¿Por qué no puedo decirlo si es la verdad? —preguntó Alden—. Sé que suena una locura, y no nos conocemos desde hace tanto, pero me he enamorado de ti, Luisa. —¿Igual que amabas a Vanessa? —Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera contenerlas. Alden la miró, luego suspiró. —Todo fue diferente con Vanessa, creí que la amaba, no lo sé, cuando me engañó y se fue con otro hombre, pensé que me dolería, pero no fue así, fue entonces cuando me di cuenta de que probablemente no la amaba como