Estaba más que ansiosa, hoy me casaría con mi compañero y aunque aún no se había presentado el compañero de mi parte de licántropo, sabía que lo iba a rechazar, como había hecho Leroy con Jess, como se lo dije a mi compañero, estamos destinados a estar juntos, aún sin ser así.
Mi vestido era hermoso, de verdad maravilloso, no era el típico vestido blanco, era un color crema, un beige, nada extravagante, el vestido había sido hecho especialmente para mí, las mejores diseñadoras en nuestro mundo lo habían hecho justo a mí medida, el hermoso vestido marcaba mis curvas, habíamos esperado casi dos años, los dos ya habíamos cumplido dieciocho en edad humana, así que estábamos preparados para esta boda.
Mi padre me tomo del brazo orgulloso al llevarme al altar.
— Mi hermosa niña, estás precios
