Annie/ ¿Padrinos o protectores

2262 Words
Estaba acostada en el césped cerca de la entrada principal que daba al bosque, no me daba miedo en absoluto. Mi madre decía que me parecía mucho a mi tío Adrien pero aunque ella y mi padre nunca me hubieran enseñado una foto de él yo solía imaginarlo, mi padre decía que él era quien lo hacía entrar en razón siempre, y me hubiese gustado conocerlo pero hubieron sacrificios para obtener la paz de la que gozamos ahora, aunque yo sabía que no sería por mucho.  –¿Que haces Annie? Sabes que a nuestra madre no le gusta que te acerques mucho al bosque sola. – era Loa quien me regañaba. – Ni siquiera vas a mirarme. – me riño como solo ella sabía hacerlo, su tono disgustado me hizo abrir los ojos y mirarla, a veces me exasperaba llevándose toda mi paz. – ¿Qué quieres Loa? – pregunté fastidiada. – Hoy elegirán nuestros protectores. – respondió ella. – No se para que quieren darnos un protector si cada uno de nosotros sabe manejar muy bien sus poderes y defenderse, somos los más fuertes de la Academia. – dije fastidiada. – Mamá dice que serán como nuestros padrinos. – dijo Loa sonriendo para luego sentarse a mi lado. – ¿Padrinos? – pregunté confundida, era la primera vez que oía sobre eso. – Tú nunca lees, por eso no sabes. – rodó los ojos. – eres una mezcla del tío Adrien y papá Adam. – dijo ella, está vez quien rodó los ojos fuí yo, siempre me decían lo mismo pero Loa no tenía derecho de decirlo porque ella no conoció a nuestro tío. – Según nuestra madre y los libros que he leído, los humanos bautizan a sus hijos después de unos meses de nacidos. – Loa no había terminado de hablar cuando ya me encontraba confundida. ¿Que era un bautizo? – ya se que no sabes muchas cosas de las que hablo, pero por favor deja que termine de hablar y no pienses en ello, sólo escúchame. – sonreí y asentí, Loa no podía controlar el leer mis pensamientos. – en el bautizo le dan un nombre a su hijo y dos padrinos que serían como sus segundos padres, si llegasen a faltar sus padres quienes se encargarían de los pequeños; serían sus padrinos. – arqueé una ceja, no tenía sentido para mí, éramos híbridos y nuestra madre también, así que nos protegeríamos siempre entre nosotros. Loa suspiro rendida. – Es que es absurdo Loa. – ella me miró. – siempre nos hemos protegido entre nosotros, nuestra familia se protege entre sí. – dije cansada de la mirada de Loa, ella con solo mirarme solía decirlo todo. Siempre. – Serán escogidas las criaturas más fuertes de cada especie, nosotros nos encargaremos de escoger nuestros protectores. Nuestra madre dice que incluso vendrán Ángeles y demonios, ¿Puedes creerlo? – dijo emocionada, la mire y fingí un bostezo. Loa palmeó mi mano y la bajo. – no seas tonta Annie, hablo en serio. – mi hermanita se había enojado.  Loa se levanto dispuesta a marcharse pero al ver que se acercaban Deán y Roy se detuvo. Los mire por un segundo y escuché a Loa contarles la misma historia, deje de escuchar y me tumbe nuevamente en el césped hasta que oí pasos que venían hacia mí. – ¿Oíste lo que dijo Loa? – pregunto Deán. – Sí. ¿Y? – dije sin abrir los ojos. – ¿Y?... – pregunto de vuelta. – pasa que es en una hora y debes cambiar tu atuendo por un vestido. – me levanté al instante.  – ¿Qué tiene mi atuendo? – pregunté confundida.– me gustan los jeans. – sonreí. – No puedes usar eso, debes ponerte un vestido Annie. – rodó los ojos como si eso fuera evidente. – Loa venía a decírtelo pero no has querido escucharla. – dijo serio. Roy siempre se mantenía al margen de nuestras discusiones como hermanos porque cada vez que me defendía Loa y Deán lo acusaban de estar enamorado de mí. Loa siempre era la divertida y yo la aburrida, sólo me apuntaba a sus disparates cuando Roy me obligaba a ir, yo era una aventurera, pero siempre a mi modo. – Usaré lo que yo quiera. – dije a la defensiva.  Deán resopló enfadado, y me tomo fuerte de la mano. – Vas a ir a cambiarte ya mismo por que así lo ha ordenado nuestra madre, niña terca. – dijo casi arrastrándome al castillo, las carcajadas de Loa se escuchaban detrás de mí quien venía acompañada por Roy que aún no decía una palabra. – La lastimas. – por fin escuché la voz de Roy. Deán se detuvo y se giró a verlo. – Sabes lo que somos, y sabes que justo ahora no le estoy haciendo ni cosquillas. – dijo él. Sonreí, Deán tenía razón pero Roy se preocupaba demasiado por mí. – Dejalo Roy, mi hermanito menor siempre quiere dárselas de mandón. – le dije. – No soy tu hermano menor. – dijo Deán girándose nuevamente y siguiendo su ruta al castillo conmigo a rastras. – Te recuerdo que nací primero. – me burle, eso siempre lo hacía enojar. – Seguimos teniendo la misma edad y unos segundos no te hacen mayor que yo. – voltee a ver a mi hermana y a Roy que tapaban sus bocas para evitar que Deán notase que se reían.  Siempre era lo mismo, Deán se enfadaba más porque le dijese que era menor a que le golpease la cara y eso me divertía demasiado, y a los demás también. – Si me hace mayor. – dije divertida. Deán se detuvo bruscamente y me miró fijamente, estaba enojado. – ¡Que no! ¡Maldicion! – soltó enfadado. – ¿Cuando vas a entender? – arqueé una ceja. – somos mellizos, ¡Demonios Annie! Deja de hacer que pierda la cabeza. – está vez todos reímos en unísono y Deán volvió a dirigirse al castillo. Sin decir una palabra me soltó de su agarre en la puerta del castillo y le sonreí. –  ¿Y tu cuándo dejarás de enfadarte por eso? – pregunté divertida. – voy a cambiarme si es lo que mi madre quiere. – bese su mejilla y me fui directo a mi habitación seguida por Loa. – Es verdad, siempre pierdes cuando ella menciona eso. – escuché decir a Roy. – ¡Claro que no! No pierdo. – dijo mi hermano. – solo me canso de que ella no entienda. – ví a Roy sonreír y negar con la cabeza. Me encantaba su sonrisa. – vamos, nosotros también debemos usar traje. – dijo mi hermano. – Tienes razón. En una hora todos estarán en el salón principal. ¿Crees que tía Blue use un vestido azul nuevamente? – pregunto curioso. – Es lógico, es su color favorito. – dijo mi mellizo, yo también habría dicho lo mismo. Dejé de escuchar cuando Loa tiro de mi brazo hasta llevarme a su habitación. – Estos son nuestros vestidos, nuestra madre me los trajo a medio día. – me informó. Eran vestidos hermosos, un vestido azul celeste muy hermoso, ese era mi color favorito y era absurdo que me gustase el mismo que a mi madre pero así era, lo tome de inmediato. Loa sonrió. – sabía que elegirías ese, el mio siempre será el rojo. – dijo ella tomando el bello y hermoso vestido rojo de mangas largas, al parecer su vestido le taparía los pies al igual que el mio, yo no era de usar vestidos pero mi madre sabía cómo convencerme. – ¿Tendremos que usar algo más? – pregunté. – Todo está aquí pero necesitamos ayuda de la servidumbre para ponernos el corsé. – dijo Loa, tomo la campana que reposaba en una mesita y la hizo sonar, en dos minutos una joven se encontraba en la habitación. – Dígame mi señorita, ¿En qué le puedo ayudar? – pregunto la chica. – Mi hermana y yo necesitamos ponernos el corsé, necesito que llames a alguien más para que nos ayude a vestir estas prendas para la gala que se hará hoy. – la chica asintió y pidió permiso para marcharse a buscar a otra empleada. Un rato después ya estábamos listas, metidas en nuestros vestidos y como decía mi hermana "como las princesas que éramos". Loa siempre decía: somos guerreras disfrazadas de princesas y me encantaba que lo dijera. Llegamos al salón donde se llevaría a cabo el evento, Roy y Deán estaban vestidos elegante junto con nuestra familia. Me sorprendí demasiado al ver que nuestra madre llevaba un hermoso vestido blanco un tanto brillante que le cubría los pies y de su espalda colgaba una capa blanca con una capucha, algo había escuchado sobre esa capa pero no estaba segura. – Nuestra madre es el mago elemental supremo y por eso porta la capa blanca. – susurro Loa. – los demás llevan capas rojas. – señaló con cautela a un grupo de personas donde también se encontraban Owen, Hanna y los demás chicos que conocimos en nuestra niñez. Era verdad, todos ellos llevaban una armadura y en su espalda colgaba una capa roja pero Carter nuestro tío, llevaba una capa gris ¿Por qué? – ya que nuestro tío es una categoría diferente de mago lleva la capa gris, sabes que también es un híbrido, así que por su capa se puede distinguir que no solamente es un mago sino que también posee más dones y su descendencia no solamente es de mago. – explico. - Hola mis niñas. - saludo nuestra madre. Hicimos una reverencia y ella la respondió, al ser ella nuestra reina aunque fuésemos sus hijas debíamos rendirle pleitesía. - Loa se que puedes diferenciar cada especie. - Loa asintió. - pero como es debido debo presentarles a cada especie y cada líder, tu hermana por otro lado no sabe muy bien de ello porque lo único que ama es la naturaleza. - amaba a mi madre, nunca se atrevía a juzgarme por ser yo "la oveja negra". - Annie. - me llamó, la mire prestando mucha atención. - está vez te pido más atención cariño. - asentí. - ¿Pueden ver que en cada grupo hay una persona que sobresale y siempre está delante de los demás? - pregunto, me detuve a corroborar que fuese así, en efecto, en cada grupo había una persona a delante. Me dispuse a asentir. - es el líder de su especie, el más fuerte y el que posee más habilidades. - informó. - Madre. - la llamó Loa, mi madre la miro interrogante. - me habían dicho que vendrían angeles y demonios. - dijo mi hermana con tono de decepción al no notar a dichas especies en la sala. - Así es hija, pero ellos siempre son los últimos en llegar. - informó, en el rostro de Loa se formó una sonrisa. - los Ángeles y los demonios no suelen venir a la superficie, los Ángeles son puros y los demonios son oscuros, aunque cada uno de nosotros ya tenga un ángel y un demonio asignado. - no pude evitar hacer un gesto de confusión. Mi madre sonrió. - nuestro angel corrobora que hagamos lo bueno pero nunca lo vemos, por otro lado nuestro demonio siempre quiere que vayamos a lo malo. Cada uno busca llevarnos a su lugar, si somos buenos o malos elegiremos nuestro futuro, pero yo siempre lo veo como una balanza, no podemos ser solamente buenos o solamente malos, debe haber un balance. - los ojos de Loa se iluminaron, ella admiraba a nuestra madre más que todos nosotros. - ¿Ya se lo has contado a Roy y a Deán? - pregunté. - Tu padre se está encargando de eso. - señaló, voltee a ver y los chicos junto con mi padre se dirigían a las diferentes especies, cada especie hacia una reverencia la cual mi padre aceptaba con una sonrisa. - después de que tu hermano y Roy conozcan a cada especie seguirán ustedes, ellos estarán pensando quienes serán sus protectores, pero no podrán escoger hasta que los angeles y demonios lleguen a la superficie. - al decir esto miró hacia arriba, un destello de luz se creaba en el cielo. Mi madre sonrió. - ahí están los angeles. - Loa y yo miramos hacia arriba y pudimos confirmar, angeles: hombres y mujeres bajaban del cielo, sus alas eran tan grandes, sus atuendos eran muy blancos, tanto que hasta parecían brillar, no eran batas como se veían en libros, sus vestimentas eran las de guerreros, simplemente hermosas. Llevaban armaduras plateadas, parecían venir preparados para una guerra. - y ahí tenemos a los demonios. -dijo señalando el suelo. Demonios empezaron a emerger de la tierra, un enorme hoyo se abrió en medio de la sala y pude notar a dicha especie, pero no eran como los pintaban tampoco, estaba decepcionada de los libros de Loa. Eran como nosotros, parecían humanos, pero también poseían alas que en lugar de blancas eran negras. - un demonio no se convierte a menos que esté en su terreno o que lo hagas enojar mucho, lo único que verás extraordinario serán sus alas. - informó nuestra madre. Los angeles ya estaban posicionados en un lugar, mi padre se encargaba de darles la bienvenida mientras que los demonios fueron bienvenidos por mi madre quien los acomodo a nuestra derecha, Loa no dejaba de ver a ambas especies con impresión y no la culpaba, también estaba maravillada.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD