Finalmente llegó el gran día. Mis amigos me acompañaron al aeropuerto de la ciudad de México y yo estaba lista con mi maleta. Los fríos no eran tan intensos en mi ciudad, por lo que elegí llevar mi abrigo en el brazo. Tenía puestos mis tenis para descansar, pantalones de mezclilla, una blusa blanca de cuello alto y blaizer n***o. Con mi cabello n***o, largo y suelto, y mis gafas de sol sujetando mi cabello, sentía que me veía muy cool para mi vuelo.
Llegó el momento de saber si se trataba de un premio verdadero o una estafa. Presenté mis boletos en la recepción correspondiente, y fueron recibidos con éxito. Aún tenía una hora para entrar a mi vuelo, así que fui a tomar un café con mis amigos. Dejé mi equipaje en el lugar adecuado, y luego fuimos al área de comida.
—¡Gracias por el café y por acompañarme, chicos! ¿Ya vieron que no se trataba de una estafa como todos creían?
—¡Todavía no! ¡Hasta que ya te tengan en territorio ajeno e indefensa, sin dinero, sin conocer a nadie! —replicó Alexander.
—¡Estaré bien! No soy la primera chica que viaja sola… Además, siempre me estaré comunicando con ustedes. —confirmé tranquila.
—¿Y a qué hora tienes que estar allá adentro? —preguntó Debbie.
—Me dijeron que 20 minutos antes… pero quiero estar 30 minutos antes… o sea que ya mero me voy… ¡deséenme suerte chicos!
Nos despedimos muchas veces, el que mucho se despide, pocas ganas tiene de irse… Pero, en verdad sentía que algo me decía que los extrañaría mucho… Pero entre tanta despedida, el tiempo se me fue de las manos y por poco se me pasa el tiempo…
—Bella, no es que te presione, pero ya solo faltan 20 minutos… —advirtió Debbie.
—¡No puede ser! ¿Tan rápido? Bueno, ¡Adiós! ¡Adiós! —Y me alejé de ellos, despidiéndome con la mano.
Entonces tomé mi bolso de mano y me fui corriendo al área de seguridad. Afortunadamente había muy pocas personas pasando a tiempo, y con lo que me tomó hallar mi salida, llegué 10 minutos antes de mi salida, pero ya estaba la gente formada.
Casi de inmediato comenzaron a vocear que las personas de primera clase de la salida correspondiente a la mía, debíamos formarnos en una fila especial, y solo éramos 10 personas. Me parecía increíble a comparación de todas las personas que estaban formadas para la clase comercial.
Mientras estaba ahí, siendo la última en la fila, me di cuenta de que todas las personas de mi fila iban elegantemente vestidas. Traían trajes con tejidos finos, portafolios de piel, y una señora tenía incluso una estola de pelaje… Sus relojes eran de la mejor marca conocida, y las damas iban pulcramente peinadas y maquilladas, portando radiantes joyas de oro y diamantes… En cambio yo, ni siquiera me había maquillado o peinado… Sintiéndome cool con mi outfit casual…
Pensé que tal vez mi abrigo n***o podría ponerme más al nivel, pero…
—¿Y mi abrigo? ¡Oh no! ¿Dónde está? ¿Dónde lo podré haber dejado? ¿Se habrá quedado en seguridad? Ya no puedo ir a preguntar, ya vamos a ingresar… ¡Rayos! ¡Ya lo perdí!... ¡Ojalá no haga tanto frío allá!
Empezamos a entrar uno por uno, revisaron nuestros bolsos y portafolios y nos hicieron algunas preguntas de inmigración, como cuál era el hotel donde nos quedaríamos y el motivo de nuestro viaje. Por supuesto, cuando les dije que se trataba de un premio, me felicitaron y después nos pasaron por un largo pasillo que nos conducía directamente a la puerta del avión.
Dentro del avión, los asientos tenían suficiente espacio para estirar las piernas, pantalla individual para ver películas o escuchar música. Aunque sí podrías tener un vecino de al lado, tuve la fortuna de que nadie se sentara conmigo. Me sirvieron comida con postre y un vaso de vino. No estuvo mal para cerca de cuatro horas de vuelo.
Finalmente llegamos al destino. Seguimos todo el proceso rutinario de cualquier vuelo en el extranjero y al llegar a la sala de llegadas, alguien tenía un letrero con mi nombre y el logotipo de la organización de los sorteos. Eran dos personas, una mujer del staff y un chofer.
Parecían personas confiables. Ambos tenían un uniforme, y no sentí que fueran estafadores o secuestradores. Sin embargo, avisé de inmediato a todos por medio de un mensaje que ya había llegado al destino y activé mi ubicación para que me siguieran.
Después me presenté con estas personas.
—¡Hey! Yo soy Bella, la persona que ustedes están esperando…
—Bienvenida señorita Bella. Queremos felicitarla por ser la ganadora de este premio. Yo estaré al tanto de usted, y puede llamarme cuando usted guste para cualquier problema o duda que tenga. Ahora la llevaremos a su hotel… —dijo la señorita del staff.
Me entregó una tarjeta con su nombre y su teléfono, a la cuál le tomé foto con mi celular y se la mandé a mi grupo en What’sUp!, nuestra app de mensajes.
—Bienvenida señorita Bella y felicidades. Yo seré su chofer y la llevaré a todos los puntos programados en su itinerario. —dijo amablemente el chofer, inclinándose al saludar.
—¡Muchas gracias a ustedes por darme esta maravillosa experiencia! —respondí muy emocionada.
— Es muy amable. Si está lista, podemos subir a la limousine. Y ya sabe, está incluido cualquier alimento o bebida que desee tomar en la limousine, concierto, fiesta u hotel. —agregó la señorita del staff.
Así, me subí con ellos a la enorme y lujosa limousine… Era tan elegante, con los vidrios oscuros y acabados interiores en piel y alfombrado. ¡Nunca me había subido en algo así! No puede evitar tomar unas botanas, una bolsita de chocolates para Debbie y aceptar una copa. La asistente del staff era muy amable, y parecía que deseaba tener a gusto. Por eso me ofrecía esos alimentos y bebidas, poner la música de mi elección, y además me explicaba cada una de mis actividades.
—¿Puedo tomar otra bolsita de chocolates? Quisiera comerla más tarde… —pregunté con timidez.
—¡Por supuesto! Todo esto es para ti… ¿Y tienes alguna duda de tus actividades?
—Hmmm… Sí… Por lo que veo, hoy y mañana puedo hacer lo que sea, ¿verdad?... Es decir, salir a caminar… conocer…
—Por supuesto, puedes hacer lo que gustes. Y si deseas usar tus cupones para el spa, también podrías hacerlo…
—Es muy amable… ¿Cuántas veces puedo ir al spa sin costo?
—Tiene tres veces en el spa y dos veces en servicio completo en el salón de belleza. —confirmó, entregándome los cupones.
—Ok… Definitivamente una vez será para prepararme para el concierto navideño —confesé.
—Como usted guste, señorita. Y no olvide que tiene una entrevista dos horas antes de comenzar el concierto, le recomiendo que en ese momento ya esté lista, porque de ahí se irá al concierto —advirtió la señorita del staff.
—De acuerdo… ¡Ya lo tengo!
Después de algunas indicaciones rápidas, de conocer mis actividades y de imaginar cómo administraría mi tiempo, finalmente llegamos al hotel. Justo enfrente, estaba el impresionante Central Park, el mismo que aparecía en muchas películas. Ese lugar sería mi primera visita, después de disfrutar mi hermosa habitación.
La asistente del staff me acompañó a la recepción del hotel. Me dieron mi tarjeta y cargaron mi maleta hasta mi habitación. Pero yo comenzaba a sentir mucho frío… Pero ya estaba en una habitación de lujo, y podía poner la calefacción, pero me preocupaba qué iba a hacer después para salir… Tendría que usar dos o tres sacos juntos, jeje.
Me despedí de la asistente del staff y de inmediato me arrojé en mi cama enorme y suave. La vista desde mi habitación era gris, pero impresionante. De inmediato, me serví una copa de vino, tomé del servibar una dotación de quesos y realicé una video llamada con mis amigos…
—¡Hola! Al fin estoy aquí en mi hotel, y todo parece en orden. Ya me dieron mi itinerario de actividades y parece que tendré mucho tiempo libre para ir a conocer… Ustedes deben ayudarme a buscar algunos puntos populares a visitar cerca de aquí. Por cierto… perdí mi abrigo… no sé cómo haré para el frío… —narré a mis amigos.
—Sí Bella, de hecho, lo olvidaste en tu silla cuando fuimos a tomar el café. Yo lo tengo ahora… —contó Debbie.
— ¿En verdad? Bueno, al menos, no lo perdí… —dije, un poco más aliviada.
—Y ¿ya sabes quién es el supuesto invitado sorpresa? —cuestionó Alexander.
—Nop… por eso es sorpresa… Pero quien sea, sé que la pasaré bien… La mujer del staff que me recibió hoy era muy atenta y amable… Y, Debbie… ya tengo tus chocolates… —dije, sin prestarle importancia al tema del invitado.
— ¡Yo quiero unos también! —gritó Alexander.
—Sí, ya tomé dos bolsitas… jeje… Veré qué más les llevo… Bueno, por el momento me despido… Quiero ir a conocer el Central Park, pero no quiero ir tan tarde porque hace muchísimo frío… —agregué, tratando finalizar la conversación.
Me despedí de ellos y a continuación realicé una llamada a mis padres, quien aún desconfiaban por nada… Pero les expliqué que estaba bien y que todo iba bien conmigo... a excepción de mi abrigo… Obviamente, mi mamá me replicó el hecho de no haber cargado medicina para la gripa conmigo.
Después de hablar con mis padres, me puse una de las batas de baño que había en mi habitación y me metí en el jacuzzi… Disfruté muchísimo de mi primer baño en ese lugar. Al salir, sequé mi cabello, me maquillé y realicé una selección de prendas que me ayudara a verme bien, pero mantenerme lo suficientemente abrigada. Al fin, estaba lista para mi primera visita en Nueva York.