Un trato con un demonio es un paso directo al infierno según la Iglesia, y eso no detuvo a Faith de hacer uno en su momento más vulnerable.
Desde ese día, Faith juró que vengaría el nombre de su familia y su propio honor manchado en sangre y tragedia.
Ya no existe esa joven inocente.
Ahora es una mujer en busca de venganza a todo aquel partícipe de aquella noche en el que murieron sus padres y se la llevaron a ella.
Romane sabía que caer por Christian Fane estaba mal. Era un hombre de Dios, un cardenal importante en Corentine, además de pertenecer a una de las familias nobles más importantes del país a diferencia de ella.
Se rumorea que la familia Sonnet es inescrupulosa, conocida por sus artimañas y conexiones en Corentine y una de las familias más odiadas por su sangre forastera y común en la nobleza. Sin embargo eso cambia cuando el patriarca de los Sonnet se apodera del trono de Lir III y su caza comienza.
Ivelle no quiso olvidar lo que pasó hace cuatro años, fue lo mejor que le había pasado.
Rowan fue el fuego que la quemó hace cuatro años en Rostock y sí estuvo encantada de tocar cada parte de él, así como la tocara a ella. Solo que no esperó verlo cuando su vida se encuentra a patas arriba y él se volvió su jefe.
Cada toque suyo es prohibido.
Intentó no tocarlo, pero él la seduce con sus besos robados. Quiere su alma, su corazón, pero Ivelle no está dispuesta a dárselo, no cuando está destrozada.
Los recuerdos son algo que Alasdair aprecia porque lo hicieron cómo es, y cumplir la promesa que le hizo a Ireland cuando eran niños.
Este viaje por sus recuerdos mostrará la niñez de Alasdair y cómo se decide pelear por ser el líder de su familia.
|Complementario con DIOSES Y MONSTRUOS|
Ireland siempre supo que era diferente. Ve cosas que nadie más puede y son la razón de sus temores. Para ella es una maldición.
Cuando cumple 18 años su vida será atentada por los mismos monstruos que la acechan cada día, sin saber que en realidad es la ambrosía de los dioses.
Freya juró en no volver a Nueva Orleans. Pero a veces jurar no es suficiente.
No ha tocado la ciudad desde su humillación pública hace cuatro años, pero por una ley escrita por una de sus antepasadas debe volver.
Un peligro acecha Nueva Orleans del que se debe hacer cargo ella, a pesar de que no le debe nada a esa gente que le dio la espalda.
Sin embargo, teme que la historia se esté repitiendo nuevamente y sea ella la muerta.