Capítulo 3
Damián se estaba bañando, cuando se le vino a la mente, ella, Kristel, agitó ligeramente la cabeza para quitarse absurdo pensamiento de encima. Salió de la ducha, se enredó la toalla en la cintura, al pararse frente al espejo, tomó la pasta dental y el cepillo de dientes, le colocó suficiente pasta, se lavó los dientes, al terminar se secó la boca con una pequeña toalla. Salió y se empezó a alistar.
Al estar listo, salió de la recámara, se topó con su hermanita, a la cual adora, ella es más pequeña que él por tres años, se llevan muy bien, son los mejores amigos.
—Hola hermanito, ¿cómo estás? ¿Qué tal dormiste? —Le preguntó ella mientras lo abrazaba por la cintura.
—Bien hermanita, ¿y tú? —Inquirió poniendo su brazo por encima de su hombro.
—Bien, bien —Respondió ella con una leve sonrisa.
Bajan los dos abrazados, al llegar al comedor, se encontraron con sus papás, Montserrat y Daniel, que se encontraban desayunando con tranquilidad.
Al verlos los saludaron
—Buenos días, padres.
—Buenos días —Contestaron con una cariñosa sonrisa.
Damián y Eli tomaron asiento en el comedor, minutos después llegó Clara con el desayuno de ambos hermanos, le agradecieron con un lindo gesto.
Desayunaron tranquilos, disfrutando de su desayuno. Al terminar de desayunar, Damián se levantó y subió las escaleras, al llegar a su habitación, se dirigió al baño a enjuagarse la boca. Al finalizar, salió del baño y de la habitación, bajó las escaleras, y se despidió de sus papás.
Salió de casa y se encaminó a su carro, después de subirse y colocarse el cinturón de seguridad, se puso en marcha.
Mientras tanto, Kristel, se encontraba algo nerviosa al saber que el chico que le gustaba pasaría por ella. Al acabar su desayuno, subió corriendo las escaleras para ir al baño de su recámara a limpiar sus dientes.
Ella estaba esperando afuera de su casa con los nervios de punta a Damián. Respirando profundo para calmar sus nervios. Al verlo llegar a él, sintió todo su cuerpo temblar.
Sonrió nerviosa, y él correspondió con una sonrisa fresca, parecía tranquilo que ella se sintió un poco tonta de su timidez.
Caminó hacia el auto de él, abrió la puerta y subió
—Hola, buen día —Musitó ella con timidez.
—Buen día, Kristel —respondió él con un pequeño gesto en sus labios.
Se van al colegio, lo único que se escucha era la música que está sonando en el carro, es una canción romántica de Grupo firme, Pídeme.
Pídeme la luna para ir por ella
O tal vez prefieras la rosa más bella
Pide lo que quieras, pero no me pidas
Que yo me olvide de ti.
Estaban en total silencio, escuchando la canción. En eso le llegó una llamada a Kristel, tomó su celular y contestó.
—Hola primo, buenos días —Saludó alegre.
—Hola mija, buenos días —La saludó gentilmente — . Te hablo para pedirte, ¿si puedes pasar por las niñas al colegio, y cuidarlas? Vamos a salir de viaje, de hecho tu prima está alistando las maletas —Se rio el primo de Kris.
Ella también suelta una pequeña risa.
—Claro primo, cuenta con eso, no te preocupes, váyanse tranquilos, disfruten de sus vacaciones —Les deseo con alegría.
Su primo le agradeció, y se despidieron. Kristel guardó su móvil en la mochila.
Volteó a ver a Damián y le dijo.
—Ojalá no me vuelva a salir otro perro en la salida —Se rio bajito.
Damián también se rio.
—Esperemos que no —soltaron una carcajada.
—Ya sé, ya que tengo que pasar por mis sobrinitas a su colegio, por eso me marcó mi primo, para pedirme el favor, su esposa y él se van de vacaciones.
—Ohh que bien —dijo Damián.
Después de esa pequeña conversación, ya no volvieron a cruzar palabra. De vez en cuando, Damián la veía por el rabillo del ojo, Kristel venía mirando por la ventana, una de esas veces al darse cuenta de que él la miraba, le sonrió levemente.
Sentía sus mejillas calientes, estaba segura de que estaban sonrojadas.
Llegaron al instituto, al bajarse se encontraron con los amigos y con la mejor amiga de ella.
Volteó a verlo y le agradeció por haberla traído, Damián asintió con la cabeza dedicándole una leve sonrisa.
Kristel se adentró al colegio con su amiga Celeste, y esta la empezó a acosar con preguntas.
—Amiga, ¿qué fue eso?
Kris la miró como si no entendiera la pregunta de su amiga.
—¿Qué pasó de qué? —Preguntó ella fingiendo no entender.
Su amiga la paró y puso ambas manos sobre los hombros de Kristel.
—No te hagas —suelta con seriedad.
Kris la miraba fijamente, pero sabía que no podía mentirle a su mejor amiga, ya que la conocía muy bien.
—Está bien, te diré, a ti no se te escapa nada, ¿verdad? —dijo Kristel, poniendo los ojos en blanco fingiendo fastidio.
—No querida, te conozco bastante bien, somos mejores amigas, nos conocemos desde bebés —Le recordó.
Kristel se comenzó a reír, y Celeste la miraba con la ceja levantada, esperando una respuesta de lo que le preguntó.
Kris, al ver la cara de seriedad de su mejor amiga, paró de reírse.
—Al dejarme en mi casa se ofreció a traerme, ya que no tenía mi carro —Le contó con una gran sonrisa en el rostro.
Celeste estaba que no se lo creía, abrió los ojos como platos.
—¿Y qué pasó cuando venían para acá? ¿De qué charlaron? —Inquirió ella con mucha curiosidad.
—La verdad, casi nada, solo le dije que ojalá no me vuelva a salir otro perro, porque tengo que pasar por mis sobrinitas al colegio.
Celeste rodó los ojos con irritación.
—¿Eso fue todo? —Cuestionó.
—Si —Afirmó con la cabeza.
Celeste volvió a poner sus ojos en blanco, con decepción de que su mejor amiga, casi su hermana, no le haya dado alguna señal a Damián de que le gusta.
Kristel solo se reía por la actitud de su amiga.
Entraron al salón de clases y se acomodaron en su lugar.
Estuvieron charlando de cosas triviales, mientras llegaba su profesora de literatura.
En otro punto del salón, Osvaldo comenzó a interrogar a su amigo.
—¿O sea qué te ofreciste a traerla? —Le preguntó con burla.
Damián lo vio con molestia por su actitud.
—Que sí, ¿cuántas veces te lo tengo que repetir? —Espetó de manera fastidiosa.
—Jajaja, ya bro tampoco te pongas así, relájate, no es para que te molestes —dijo riéndose —. Mejor dime, ¿de qué platicaron?
Osvaldo ya se comenzaba a tranquilizar de la risa.
—De nada, casi no cruzamos palabras, es una chica muy tímida —Comentó Damián.
—Y muy bella —Añadió él —. Como no va a ser tímida, si la pones nerviosa —Declaró soltando de nuevo la risa.
Damián soltó un ligero suspiro y lo veía de forma seria.
—¿Vas a seguir? —Cuestionó molesto.
—Bueno, ya está bien, no digo nada —Levantó las manos en son de paz.
Damián, luego de echarle una mirada seria, puso los ojos en blanco.
Las primeras clases pasaron con rapidez y para las 09:30 los alumnos salieron a tomar un breve descanso.
Damián y Kristel se encontraban en la cafetería esperando su turno para que los atendieran, estaban tan cerca que ella se sentía intimidada, se veían, y ella le sonreía tímidamente, mientras él le daba una sonrisa gentil, la cual para Kristel era
sexy y le provocaba más nervios.
Minutos después finalmente fueron atendidos, pidieron un baguette de pollo y jugo de naranja al mismo tiempo. La señora asintió con una ligera sonrisa luego que le pagaron.
Les entregaron su desayuno, al momento de tomar sus platos, sus manos rozaron ligeramente, se quedaron viendo sus manos por un momento, Damián sintió una corriente eléctrica en su cuerpo, al sentir eso y la quitó de inmediato.
Los amigos de él y la mejor amiga de ella, miraban atentos la escena mientras se reían.
Kristel al llegar con su amiga, esta la miraba con una sonrisita picarona, ella al ver la cara de su amiga decidió ignorarla.
Comenzó a comer su rico baguette de pollo, y su amiga no le quitaba la mirada de encima, seguía con esa sonrisita. Kristel al voltear a verla, dejó salir un suspiro y la miró con seriedad.
—¿Ahora qué?
—No, nada, todo bien hermana —Le dijo sonriendo.
Kristel volvió a poner sus ojos en blanco.
En medio del almuerzo le sonó el celular a Kris, sin pensarlo demasiado decidió contestar al darse cuenta de quién es.
— Hola Omar —Lo saludó al instante
— Kris, ¿qué onda contigo? ¿Cómo estás — Sin importar si responde o no continúa —, ayer Cele nos platicó que casi te atacaba un perrote al salir del colegio, pero antes que te pudiera alcanzar el chico que te gusta te salvó —Sus últimas palabras la dejaron en blanco. Dirigió su mirada a Celeste al instante.
— Sí, estoy bien, no te preocupes. Tengo que colgar —Le informó para luego fulminar con su mirada a su amiga.
—Celeste García —La llamó con seriedad en su voz.
Ella levanta la cabeza cruzándola con la de su amiga.
—¿Sí? —Inquiere.
—¿Qué le dijiste a Omar? —La interroga de mala manera.
Celeste frunce el entrecejo, fingiendo.
—¿Qué? ¿Yo? Solo le dije lo del perro —Comunicó fingiendo amnesia.
—Celeste —Espetó Kris con la poca paciencia que le estaba quedando.
Kristel miraba a su mejor amiga con cara de querer asesinarla.
—Creo que me están llamando, ahora vuelvo —dijo huyendo de la situación.
—Cel, Celeste no huyas cobarde, ven para acá, Celeste —Gritó Kristel.
Damián y sus amigos estaban cerca de la mesa de Kristel, que escucharon su grito y cuando maldijo.
—Maldita cobarde, me las pagarás Celeste.
Luego de decir eso, bufó enojada.
Los amigos de Damián se vieron entre ellos riéndose luego de escuchar a Kristel, en cambio él se mantuvo serio.