No tengo a nadie a quién contarle mi dilema con Nick así que me lo guardo para mí misma y cuando me acuerdo de responder al mensaje de Kevin, yo misma le pregunto si quiere quedar para tomar un café o lo que sea. Quedamos en el centro comercial y eso es algo que sí puedo contarle a Laura.
—¡Ah! —chilla a través del manos libres—. No me pegas mucho con ese chico, parece demasiado bueno para ti pero ¡oye! que si a ti te gusta...
—No es que me guste... Me cae bien y eso, ya veremos qué pasa.
Sigo hablando con ella hasta que llego al Starbucks en el que hemos quedado. Kevin va vestido con un jersey de lana azul y unos pantalones blancos, va bien vestido para que yo llegue con mis simples vaqueros y la sudadera. Me regala una sonrisa enorme y ya me ha pedido un café helado que es mi favorito. Creo que se lo mencioné de pasada.
—¿Qué tal?
—Bien. ¿Y tú?
Nos vimos el viernes y no hay mucho que contar pero sea como sea intento que la conversación no muera con temas bastante irrelevantes.
—¿Has ido ya a alguna fiesta universitaria? —le pregunto porque no tiene ninguna pinta de haberlo hecho.
—No soy mucho de fiestas.
—A mi me gustan algunas. Iré el viernes que viene a una que dan en el campus, deberías pasarte.
Kevin asiente, parece pensárselo. Después de un rato le acompaño a comprar un par de cosas que necesita para la residencia y le termino llevando al campus porque no tiene ni coche ni permiso de conducir. Al volver a casa veo el coche de Nick aparcado y me lo encuentro fumando en su balcón, así que cuando entro en mi cuarto él me ve de primeras. Ha sido un auténtico c*****o antes y no tengo ganas de hablar con él.
—¿Has salido con el pringado? —su burla se escucha aunque tenga el balcón cerrado.
—No es un pringado, Nick. ¿Y qué te importa?
Corro las cortinas del balcón para que no me vea mientras me cambio, creo que se ríe pero no me importa.
—No ha venido ni a buscarte ni te ha traído, ¿qué hay de la caballerosidad? Te dejaré reflexionando de lo que te conviene, Erin. Buenas noches y sueña conmigo.
Es un >. Su narcisismo le hace compararse con todos, se cree mejor que el resto y eso le encanta. Ojalá tuviera yo un balón medicinal para tirárselo todas las mañanas.
Me planto mis pantunflas y bajo al salón dónde mi madre ve una película con Julie. Me dejo caer en el sillón.
—¿Y esa cara? —me pregunta.
—Nick es un idiota.
—Nick es súper bueno y súper guay —le defiende Julie—. Me ha traído chocolate.
—Eso no quita que sea un idiota.
—Erin —me repende mi madre.
—¿Qué? Lo es.
A la mañana siguiente mi despertador suena a las nueve, me he dado tregua y a Nick le doy aún más esperándolo hasta las once de la mañana para correr juntos, pero no aparece. > Es la primera vez que falta a correr juntos, otras veces por mucho que saliera de fiesta siempre se presentaba aunque fuera algo más tarde y las veces que yo salía de fiesta él también me esperaba. Hoy no es así y hago el camino completamente sola, es cuando me doy cuenta de lo aburrido que es si no está Nick.
No lo veo en todo el domingo, pero el lunes por la mañana me espera para llevarme al campus. Azoto la puerta de su estúpido coche.
—Cómo se nota que no es tuyo —murmura.
—¿Dónde estuviste ayer? Te esperé para salir a correr juntos.
Resopla y se pasa la mano por la cara como si escucharme fuera una tortura.
—Por ahí, salí y se me fue el tiempo.
¿Está enfadado de verdad por lo de Kevin? Está demasiado brusco desde el sábado.
—¿Estás enfadado?
Me mira en un STOP, sus ojos oscuros atraviesan los míos me dejan sin aire. Ojalá hubiera sido capáz de mantener los sentimientos apartados.
—No —responde—. Tú sí lo estás.
—Que nos llevemos como lo hacemos no quiere decir que te odie ni nada, pero claro que estoy enfadada. Te estuve esperando dos horas, Nick, me sentí estúpida.
Es de las pocas veces que veo que lo siente de verdad. Estira la mano y me acaricia el muslo en un gesto lamentado.
—Lo siento, se me fue la cabeza en la fiesta. Te lo compensaré...
—Más te vale. El camino fue muy aburrido sin ti.
Y cuando sonríe lo hace de verdad y me gusta mucho sacarle una sonrisa así.
—Sabes que estoy solo toda la tarde.
—No voy a saltar por el balcón, eres el único loco que hace eso.
—No he dicho eso. Te recojo a la salida y vamos juntos.
Durante toda la tarde Nick hace el intento de compensarme el cardio del domingo y la verdad es que si va a faltar más domingos no me importa que lo cambie por esto. Lo hacemos por toda su casa y no sólo el lunes, sino gran parte de la semana. Y durante el sexo del miércoles, cuando Nick se tira en el sofá desnudo y agitado, caigo encima suya y me envuelve con sus brazos para descansar. Tampoco deberíamos estar con estos abracitos después del sexo pero no soy capaz de decir nada, sé que para él no significan nada.
—j***r, estoy reventado.
Su confesión me hace reír.
—Si salieras del banquillo en el fútbol estarías en mejor forma física.
Me pellizca el culo. Nick es arrogante hasta como para poder soportar que bromee con esto. Me empuja para quitarme de encima suya y recoge sus calzoncillos del suelo.
—¿Quieres una cerveza? —me ofrece cuando ya va de camino a la cocina. Puede que le mire el culo.
—Umm... Vale.
Su teléfono vibra mientras él no está, lo encuentro tirado por el suelo entre nuestra ropa.
Sasha: "¿Vas a venir a terminar lo de esta mañana?"
Y ha adjuntado una foto suya en ropa interior aunque se le ven los pezones. ¿Esa mañana? ¿Esta mañana ha estado con ella? Dios, ¿por qué me sorprende? ¡Es Nick! Esto es lo que acordamos. ¿Si él puede estar con tantas por qué me he limitado yo sólo a él?
Recojo mi ropa y me visto aunque creo que llevo los calcetines del revés.
—¿Sabes qué? Déjalo, voy a casa a comprobar que Julie y Jenn sigan vivas.
—¿Qué? —Ya sale de la cocina con las dos latas—. Venga, sólo una.
—Otro día mejor. Te lo prometo.
Tampoco le importa tanto lo que haga, se tira a su sofá y se abre una de las latas.