Shelly jamás había visto un cuerpo desnudo que no hubiera sido el suyo propio, mucho menos el cuerpo de un hombre tan angelical y perfecto como éste. Con la mente fija en aquella figura, salió lentamente hacía el pasillo. Ni siquiera el esplendoroso paisaje que se vislumbraba desde aquellos ventanales, podía hacer que Shelly desviara su atención de aquél monumental impacto. -Nunca había visto el cuerpo de un hombre… No, no puede ser… ¡Esto está mal!... ¿O no?... Quizás para la gente normal es completamente natural dormir sin ropa… Pero yo… No sé porqué me siento tan avergonzada… No sé exactamente qué siento… Es como si el estómago me diera vueltas… ¿Qué debo hacer?... No despertó ni porque llamé a su puerta… Debe en realidad estar cansado… Pero, no puedo estar en paz, sabiendo que está… t