MICHAEL: ¡Vamos Lolita! ¿No creerás que un chico y una chica no pueden vivir juntos sin llegar a nada romántico, o sí?
LOLA: Yo te conozco muy bien, mi niño… Pero, está bien. Ya no diré nada… por ahora. Ve, pues, por tu prima, aquí tienes tu pase.
Tomé mi pase y creí que ya había salido de las sospechas de Lolita. Pero, quizás ella tenía algo de razón… ¿En verdad yo haría algo así por cualquier otra persona? ¿Lo hacía solo porque se trataba de una chica? O, más bien, ¿Lo hacía porque se trataba de una chica que me había hecho sentir algo especial tan solo con su presencia? En ese momento estaba muy confundido, y solo el tiempo podría aclararlo. Mientras tanto, en mi alma estaba convencido de que dependía de mí ayudar a esa criatura, y no iba a darme por vencido.
Por fin entré a la cama once y saludé. Shelly estaba terminando su desayuno y James no estaba. Entonces mi estómago recordó que yo no había desayunado nada aún e hizo el famoso gruñido de hambre.
MICHAEL: ¡Hey! ¡Ya volví! ¡Tengo buenas noticias! (Grrrrrr)
SHELLY: ¡Me alegro! Pero tú estómago no parece decir lo mismo…- riendo internamente- Mira, aún tengo este trozo de pan y algo de café, ¿los quieres?
MICHAEL: ¡No, no! Cuando salgamos de aquí, desayunaremos bien…-
En realidad solo me estaba haciendo el fuerte, yo ya me estaba muriendo de hambre.
Entonces Shelly tomó mis manos y puso el pan en mis palmas. Luego se llevó el vaso de café cerca de la boca y lo sopló un poco, suavemente. Después me ofreció su vaso también.
SHELLY: ¡Nada, nada! Vamos, ¡No te hará daño un poco de pan!-
La verdad, me gustó esa pequeña atención que ella tuvo conmigo, tanto, que no pude rechazarla. Tomé el café y el pan, me senté junto a la cama y mientras daba un bocado y bebía un trago, le explicaba a Shelly la buena noticia.
MICHAEL: Bueno, gracias por el pan y el café…(comiendo) ¡Te decía que tengo buenas noticias! Traigo aquí tus cosas y tus medicamentos y ya podrás ir a casa conmigo. La verdad, me alegro, porque en verdad necesito descansar. Si te parece bien, llegamos a casa, desayunamos, te muestro la que será tu habitación y después me dejas dormir un par de horas. Si te parece, para la hora de comida salimos a Emerald Port a comer algo y luego podemos ir a tu casa por tus cosas.
SHELLY: ¡De acuerdo! ¡Me emociona mucho todo esto…! - Inmediatamente tuvo un cambio de reacción muy impactante, de mucha excitación a una expresión casi vacía.
SHELLY: Hmmm… Hablando de eso… Te agradezco mucho el favor, pero creo que me sentiría mejor si mejor me dejas en mi casa… Ya veré cómo me las arreglo…
MICHAEL: ¿Qué dices? ¿A qué se debe ese cambio? Mira, no te sientas incómoda, yo tengo suficiente para los dos… Además lo hago de todo corazón.
SHELLY: ¿En verdad?- Me preguntó con una mirada tierna e ilusionada, pero nuevamente cambió su semblante a uno entristecido. -Hmmm… Es que yo… Creo que ya estoy acostumbrada a mi casa…
En ese momento entró James a la habitación, y escuchó nuevamente, parte de nuestra conversación.
JAMES: Ya se me notificó que "tu prima" está dada de alta, Michael. Si me preguntas a mí, deberías hacerle caso y dejarla mejor en su casa. ¿Para qué quieres forzarla a hacer algo con lo que no se siente cómoda?
MICHAEL: Shelly, ¿te estoy forzando a hacer algo que no quieres?
SHELLY: No es eso… Es solo que… -Volteando a ver los fulminantes ojos de James- Es solo que, en verdad extraño mi casa…
A mí me parecía todo muy raro. Pero imaginé que se trataba de un sentimiento de nostalgia, generado por que jamás había salido de esa casa ni convivido con más gente.
MICHAEL: Muy bien, Shelly. Te propongo algo. Vamos a desayunar a mi casa. Te explico lo de tus medicamentos y lo de… tu… terapia. Me dejas descansar un poco y mientras tanto trata de sentirte como en tu casa. Prometo que si no te acoplas o te sientes incómoda, te iré a dejar a tu casa en la tarde. De todos modos quisiera estar al tanto de ti, al menos hasta que concluyas tu terapia. Quisiera ayudarte con los gastos y con todo lo que necesites.
JAMES: ¿Terapia? ¿Qué clase de terapia?
MICHAEL: Bueno… James, Shelly… -tomando una mano de Shelly- Los doctores creen que es necesario que acudas a una terapia psicológica lo antes posible. Y también necesitas apoyo emocional, y yo quiero brindarte ambas cosas.
JAMES: ¡Terapia psicológica! ¿No estarás pensando en…?
James me leyó perfectamente la mente. Tan solo oír la palabra psicología, le hacía pensar en una sola persona que él conocía perfectamente.
MICHAEL: ¡Sí! De hecho James, me gustaría ver si tú pudieras ayudarme…
JAMES: ¿Qué? ¿Yo? ¡No bromees! ¡Ni loco!
MICHAEL: ¡Vamos James! Sabes lo difícil que es conseguir una cita con ella, ¡con lo ocupada que está! ¡Pero a ti nunca te negaría nada! A pesar de todo lo que le hiciste, aún sigue muy enamorada de ti… Además ya no sales con Kate y estás soltero… ¡Vamos, por favor!
JAMES: ¡Jamás! ¡Sería como rogarle!
Sucede que James salía con la más célebre autora de Golden Metrópoli, Sara Baume. Ella era una reconocida psicóloga, pero saltó a la fama cuando su libro "Cómo vencer la soledad, para dummies" se volvió un Best Seller en todo el mundo. Ha salido varias veces en la televisión y ha hecho muchas conferencias.
No se sabe la razón por la que James y ella terminaron. James dice que a ella se le subió la fama a la cabeza. Yo digo que seguramente James le fue infiel. Pero lo raro es que ella sigue escribiéndole de vez en cuando. A veces le ha dicho que si James se lo pide, ella haría un espacio para él, cuando quisiera, para ir por un café.
Parece que Sara le ha perdonado cualquier cosa que haya hecho James en el pasado y que sigue amándolo. Pero sólo ellos conocen su historia. Ellos se conocieron en la escuela de medicina. Y ella es bastante guapa, la verdad. Así que desconozco qué busca James haciéndose el engreído con ella. Quizás él no siente lo mismo por ella, no lo sé.
Mientras yo intentaba convencer a James de ayudarme, Shelly se puso su vieja sudadera negra y un par de jeans sin lavar. Parecía que ya llevaba años sin estrenar ropa, y que en verdad, Shelly, no había recibido suficiente atención en su vida. Pero eso ya tenía que cambiar. Yo estaba seguro de que, cuando Shelly conociera mi departamento, le gustaría mucho y no querría regresar a su casa.
Finalmente salimos de aquel hospital y nos dirigimos por el ascensor hacía el estacionamiento. Shelly casi no hablaba, se veía muy nerviosa. Yo tampoco hablaba mucho porque, la verdad, estaba muriendo de cansancio. Finalmente nos dirigimos hacia mi auto, y le abrí la puerta del copiloto a Shelly.
SHELLY: ¿En verdad este es tu auto? ¡Jamás había visto un flamante auto como este! ¡Creí que solo los millonarios podrían tener algo así!
MICHAEL: ¿En serio? Bueno, fue un obsequio de mis padres por mi graduación… - Le dije, mientras comencé a sacar mi auto del estacionamiento.
SHELLY: ¡Wow! ¡Tus padres deben ser millonarios!
MICHAEL: Jeje… Bueno, no es algo así como que sean millonarios, pero les va bastante bien en sus negocios. De hecho, ellos no deseaban que yo estudiara. Querían que me quedara a la cabeza de sus negocios, pero les dije que yo en verdad quería ayudar a las personas, por eso elegí ser enfermero.
SHELLY: ¡Vaya! Ya veo que en verdad eres generoso de corazón… pero, ¿por qué enfermero y no doctor, por ejemplo?
MICHAEL: Bueno, la carrera de doctor es muy larga, y yo ya quería estar en acción. Los sueldos no se comparan, pero la verdad no hago esto por dinero.
SHELLY: Tus padres te dieron todo, ¿no es así?... Has sido muy afortunado, porque nunca has tenido que trabajar por tu supervivencia…
MICHAEL: Bueno, quizás no he tenido que sufrir algo así, pero estoy agradecido por que mi vida sirva para trabajar por la supervivencia de los demás…
Mientras decía eso, ya íbamos llegando a la avenida Emerald Port. Era conocida por ser la zona residencial más lujosa de Golden Metrópoli. Mi apartamento estaba ahí. Muchas mansiones estaban alrededor, al igual que el enorme centro comercial. También estaba el auditorio, el museo y, muy cerca, el Parque Tiger Eye. Y desde la avenida, podía verse parte del puerto, y una hermosa vista al mar.
En la zona residencial, detrás de las casas, existía un pequeño paseo de arena que tocaba directamente con el agua del mar. Desde luego, el palacio del alcalde se encontraba muy cerca de ahí.
Al ver todos estos lujos en el camino, Shelly quedó verdaderamente impactada.
SHELLY: ¡Wow! ¿Qué es todo esto? ¡Parece sacado de las películas! Y, ¡Mira! ¡Lo cerca que se ve el mar! ¿La gente va a nadar ahí? Y, ¿Qué es ahí? ¿Un bosque? ¿¡Ya viste eso!? ¿Es un castillo? ¡No puedo creer que en verdad vayamos hacia tu casa!
En verdad me conmovió que Shelly jamás haya estado por estos rumbos. Los admiraba como un niño en navidad. Yo ya me había acostumbrado a ese mundo, y por eso no había notado la cantidad de cosas maravillosas que rodeaban mi casa. Yo quería que Shelly se sintiera como en un sueño, y quizás la belleza de Emerald Port podría ayudarme a conseguirlo.
MICHAEL: ¡Sí, Shelly! ¿Te gusta? Podríamos venir seguido, tu nueva casa está en esta zona. ¡Mira, ya casi llegamos!
Después de subir un camino lleno de plantas, finalmente llegamos al condominio donde estaba mi apartamento. Eran diez pisos por cada edificio y un total de cinco edificios. Todos con recepción, alberca, estacionamiento y cancha de tenis.
SHELLY: ¡No puedo creerlo! ¿En verdad vives aquí? ¡Esto parece un hotel de lujo!
Yo vivía en el Penthouse, porque yo disfruto mucho de las vistas altas, así que subimos el ascensor y finalmente llegamos.
MICHAEL: ¡Muy bien Shelly! ¡Bienvenida a tu nueva casa!