Black and White

05

ALEXANDER...

Observo desde la ventana de la habitación de hotel en que me estoy hospedando las luces de la ciudad de Nueva York. Me acomodo los puños de la camisa mientras pienso en que hoy la veré de nuevo después de diez largos años.

Cuando Salí de la mansión White hace diez años, Salí completamente destrozado, acababa de romperle el corazón al amor de mi vida, a la única mujer que ame y aún sigo amando, porque no deje de hacerlo ni un día durante la última década.  Cuando me fui de aquel lugar completamente humillado me juré a mí mismo volver, pero con las armas para pelear por Stormi.

Con mi madre nos mudamos a Atlanta y allí terminé la universidad, fueron muchos los gastos que implicaban aquel cambio por lo que durante mi estancia en la universidad abrí mi primer negocio. Un juego de póker entre mis compañeros. Poco a poco este fue creciendo y creciendo hasta que pude abrir mi primer casino. "BLACK AND WHITE", junto al casino también construí un hotel, y luego otro  en un estado diferente, así sucesivamente hasta acabar con cincuenta hoteles y treinta casinos alrededor del mundo, además de una empresa dedicada al transporte seguro, carros de valores y una agencia de seguridad, todas bajo el mismo nombre, poco a poco fui convirtiéndome en un empresario reconocido y mi cuenta de banco aumentaba a cada momento, llegando a convertirme en uno de los hombres más ricos del país, superando por poco al gran Jeremy White que desde hace un par de años su empresa está cayendo y es con esta con la cual planeo vengarme de lo que me hizo.

Cuando comencé a ganar dinero contraté un investigador privado para que buscara a Stormi y me mantuviera al tanto de su vida sin que ella se diera cuenta. En muchas ocasiones estuve tentado en aparecer en su vida, pero me detenía al saber que ella probablemente me odia, además de que decidí dejarla vivir su vida porque cuando volvamos a encontrarnos ya jamás permitiré que nada ni nadie nos separe.

-              Hijo – mi madre me saca de mis pensamientos mientras abre el saco de mi traje para que me lo ponga.

-              Gracias madre – le digo besando su mejilla. Ella fue mi apoyo todo este tiempo, ella fue quien me dio fuerzas cuando estuve a punto de tirar la toalla.

-              Esta noche regresaré a Atlanta – me dice y yo la observo confundido.

-              ¿no me esperaras?

-              Hijo sabes que esta ciudad no me gusta, además de que extraño mi casa – me dice tiernamente – Jordán estará conmigo, así que no te preocupes.

-              Como no voy a preocuparme madre si sabes que pronto voy a mudarme aquí – le digo preocupado

-              Lo sé, pero yo me quedare en Atlanta – me dice tiernamente – vete, se te hará tarde. Luego lo hablamos. – asiento levemente y salgo de la habitación.

Esta noche es la fiesta de cumpleaños de Kristen Moore, su esposo y conocido Dante Moore me ha invitado, aunque esa invitación tiene una segunda intención, el pobre hombre está por entrar en bancarrota y quiere que me case con su hija Megan con quien me tenido sexo en varias ocasiones, pero están muy equivocados, la mujer que será mi esposa es solo una y no hay ni la más mínima duda que dé será así.

Salgo del hotel y ya en la entrada me espera la limusina que me llevara a la mansión Moore, observo la ciudad mientras avanzamos en el tráfico, me siento ansioso de volver a verla, pero debo mantenerme tranquilo y comenzar a trazar mi plan para recuperarla. 

Al llegar a la mansión observo la fila de autos que hay en la entrada, cuando llegamos a la entrada mi chofer viene abrirme la puerta.

En la pasarela que instalaron en dirección al jardín donde se realiza la cena hay muchos fotógrafos que me nombran tratando de que pare para que puedan fotografiarme, pero eso es lo que menos me importa. Al llegar al final de la pasarela forrada de una elegante alfombra verde, veo una enorme carpa de color blanco con unas veinte mesas bajo esta, todo este decorado en color blanco y azul.

Observo a las personas que se juntan alrededor de la familia Moore, Megan al verme me sonríe de forma seductora.

-              Buenas noches – los saludo al llegar hasta ellos.

-              Señor Black es un gusto verlo – me dice Dante estrechándome la mano.

-              Querido gracias por venir esta noche – dice la señora Kristen dándome un beso en cada una de mis mejillas.

-              Hola señor Black – dice Megan con voz melosa y dejando un beso en la cúspide de mi boca.

Le entrego la bolsa en la que viene el regalo que le compre a la festejada y ella al ver de qué tienda es se le iluminan los ojos.  Comenzamos a hablar mientras otras personas se acercan a saludarlos, pero decido ignorarlos ya que no me interesa. De repente siento como la piel se me eriza y al instante su aroma inunda mis fosas nasales.

-              Buenas noches – escucho la voz de Jeremy seguido al dulce sonido de su voz, a mi espalda.

-              Buenas noches señor y señorita White – saluda la familia Moore al unísono.

-              Feliz cumpleaños Kristen – veo como el amor de mi vida pasa por mi lado y le da un beso en la mejilla. 

-              ¿Cómo has estado Jeremy? – saluda Dante estrechando la mano de Jeremy.

-              Muy bien y más ahora que mi pequeña ha vuelto – dice abrazando a Stormi, no se han dado cuenta de mi presencia.

-              Me alegro – dice Dante y posa sus ojos en mi – quiero presentarles a Alexander Black, fundador, dueño y CEO de Black and White. – me presenta y yo me doy la vuelta para enfrentarlos.

Los ojos de Jeremy se abren como platos por la sorpresa, pero él no es quien me importa, pongo atención a la espectacular castaña de ojos azules los cuales me observa con sorpresa y rencor.  Esta bellísima, las fotos no le hacen justicia, ya no es la hermosa niña de la que me enamore ahora es toda una mujer atractiva y sensual. Va vestida con un enterizo blanco sin escote, la parte de atrás cae en cascada lleno de perlas.

-              Mucho gusto señor Black – responde ella estrechando mi mano. Siento como una pequeña descarga eléctrica me atraviesa el cuerpo.

-              No más que el mío.