Capítulo 15 – un hijo con la hermanastra de mi ex prometida.

2013 Words
Valeria estaba completamente nerviosa, cada parte de su cuerpo temblaba de los nervios, aquello era algo que le sucedía a menudo con cierto tipo de escenas, aquellas en las que tenía que hacer algo fuera de zona de confort. A pesar de eso, Valeria estaba convencida de que en ese momento debía pensar en ella y en nadie más. Para aquel momento, ella ya habia trabajado demasiado por aquel puesto en Hollywood y no estaba dispuesta a perderlo por alguien que después de todo, no se interesaba en ella en lo absoluto. Rápidamente Valeria salió al set de grabación en cuanto hicieron su llamado, allí ya estaba su coestrella, una chica que hacia el rol de una joven adulta descubriendo su sexualidad. Valeria era su compañera de habitación en la universidad o por lo menos, ese era el argumento de la película. —Ahora, tienes que entrar ahora, Valeria. Valeria titubeó antes de dar un paso adelante, la verdad era que, sin importar lo poco que Maximus se interesaba en ella, la mujer no podía dejar de escuchar sus palabras en su mente, como si se tratara de una película de terror, incluso, cuando cerraba los ojos, podía ver su rostro exigiéndole que no fuera a dañar su reputación. —¿Qué diría Maximus si se diera cuenta que ella estaba a punto de grabar una escena de sexo junto a otra mujer? — se cuestionó. Valeria se mordió el labio y entonces recordó la noche anterior, en donde Maximus estaba coqueteando con otra mujer como si él no fuera un hombre comprometido, enseguida la mujer se llenó de una completa rabia hacia él, ¿Por qué él si podía hacer lo que se le daba la gana y ella aparentemente no? ¿Qué los hacia diferentes? Se cuestionó. Entre más pensaba en la noche anterior, más se llenaba de ira y sobre todo, de adrenalina. Antes de pensarlo por mucho más tiempo, Valeria se quitó la bata que cubría el atuendo miniatura que estaba usando y entonces salió al escenario. Cuando la vieron, los hombres en el set por poco botan la baba. Valeria lucia jodidamente bien, cada una de sus curvas quedaba al descubierto con aquella lencería provocativa que llevaba puesta. —¡Acción! — gritó el director de la película. De inmediato, las mujeres se dispusieron a dar por comenzado la escena, en la que una se acercaba a la otra insinuándose y mostrando un libro de algebra. Valeria dijo cada uno de sus diálogos y respiró profundo tratando de no dejar ver ante cámara lo nerviosa que se sentía. Cuando su coestrella la besó por primera vez, Valeria se quedó sorprendida por el corrientazo que sintió dentro de su cuerpo, le habia gustado, aunque fuera extraño de reconocer, aquel beso encendió algo dentro de ella. Según el guion, Valeria jugaría un papel de sumisa en toda aquella situación, entonces, se dejaría llevar por su coestrella, sin embargo, fue todo lo contrario. Valeria agarró a la chica del rostro y la atrajo hacia su cuerpo, recostándose en la cama en donde ella fue quien tomó la posición de mando. El director estaba confundido, pues ella no estaba siguiendo las escenas, sin embargo, era tan clara la atracción entre ellas dos que él no se atrevió a detener la escena, mucho menos a frustrarla, pues lo que estaba pasando ahí era justamente lo que él deseaba escenificar. —¡Tócame! — jadeó Valeria, tomando la mano de la otra chica para llevarla a su centro. Su coestrella hizo justo lo que ella pidió, causando que Valeria moviera la cabeza atrás mientras soltaba un candente jadeo. Valeria se sentía demasiado excitada como para que le importara toda la gente que estaba delante de ella, a decir verdad habia pasado mucho tiempo desde que alguien la habia tocado con tanto deseo, y Valeria necesitaba en ese momento que alguien acabara con la tortura que se estaba llevando a cabo dentro de sus húmedas y jugosas piernas. En cuanto el director se dio cuenta de lo que estaba pasando, estuvo a punto de detener la escena, pues aquella escena no iba a poder salir al aire tal cual a como la estaban rodando, sin embargo, para ese momento, el hombre tambien estaba duro como roca y no podía dejar de ver a ninguna de las dos chicas mientras se tocaban y jugaban entre ellas. —¡Joder! — gruñó Axel, mirando a Valeria. A pesar de que Axel era homosexual, no podía negar que lo que estaba pasando frente a ellos podría excitar a cualquier hombre e incluso mujer. Justo en ese momento, mientras Valeria tocaba el cuerpo y los pechos de otra mujer, deseando morderlos y correrse, en la mansión Thompson, Maximus estaba buscando por todos lados a su esposa. Esa mañana, pensó que ella se había ido a dar una vuelta a los jardines de la mansión, ella era tan desobediente que no le sorprendería que la mujer que la mujer hubiera evadido su petición de no andar merodeando por ahí, pero tal parecía que ella habia ido muchísimo mas lejos de lo que él habia pensado. —¿Alguien ha visto a Valeria? — preugntó, fastidiado, necesitaba verla, tenia que hablar con ella. Maximus deseaba saber cómo demonios iba a conseguir la herencia para pagar la medicación de su padre si su matrimonio no era más que una farsa. Después de haber preguntado a todos los sirvientes, que no supieron darle respuesta sobre su esposa, Maximus recordó que tenía la ubicación de ella en su celular, rápidamente, el hombre buscó la ubicación de su esposa. —¡Maldición, Valeria! — dijo, cuando se dio cuenta de que ella estaba en los estudios de grabación. Sin pensarlo dos veces, Maximus se dirigió hacia allí, se subió en su auto y con la sangre caliente corriendo por cada una de sus venas condujo a toda velocidad a través de la ciudad, ¿Esa mujer porque era tan testaruda? ¿No se daba cuenta que su trabajo como actriz perjudicaba la imagen de la familia Stone? Él habia sido muy claro con ella, pero tal parecía que iba a tener que recordárselo una vez más. Cuando llegó a los estudios de grabación en el que estaba trabajando Valeria, Maximus salió del auto dando un portazo y entonces entró, por suerte podía identificarse como el abogado de la actriz para entonces poder entrar en aquel lugar tan lleno de seguridad por todas partes. Adentro todo estaba en completo silencio, excepto por los gemidos que se escuchaban al fondo. En cuanto oyó aquellos extraños sonidos, el hombre frunció el ceño y caminó hacia allá, como si de repente se hubiera convertido en un zoombi hipnotizado. Al llegar, se fijo en las dos chicas prácticamente desnudas sobre la cama, Maximus se sintió asqueado, no podía creer que aquellas mujeres se prestaran para hacer una escena de ese tipo. Maximus estaba dispuesto a buscarla en otro lado, hasta que se dio cuenta que una de las chicas sobre la cama era en efecto, su esposa. Durante un segundo, Maximus abrió los ojos y se quedó viéndola igual que el resto de las personas en el set. Valeria irradiaba excitación y sensualidad, eso provocó que durante un par de segundos, el hombre no supiera que diablos hacer, ¿Esa era realmente su esposa? De repente, cuando notó todos los ojos puestos sobre ella, la emoción de Maximus se convirtió en rabia y despreció, ¿Por qué esas personas estaban mirando el cuerpo casi desnudo de su esposa? Saber que alguien diferente a él tenía acceso a él lo estaba volviendo loco. —¡Valeria! — gritó Maximus, acercándose a la cama y dañando aquella escena. En cuanto ella escuchó esa voz, cada uno de los vellos en su cuerpo se puso tenso, ¿Acaso se estaba volviendo completamente loca? O ¿Él realmente estaba allí con ella? —¡Valeria Stone! — Maximus volvió a gritar. Valeria miró en la dirección de donde provenía la voz, pero los reflectores le impidieron ver con claridad. No fue si no hasta que Maximus se acercó y la agarró de la mano para arrastrarla lejos de ahí que ella se dio cuenta de que todo aquello no era parte de su imaginación, si no una realidad. —¡Maximus! Pero ¿Qué estás haciendo aquí? — ella se sintió sumamente confundida. —¿Qué estoy haciendo aquí? Eso es justamente lo que yo debería estarte preguntando justo en este momento. ¡Te dije que no pusieras en peligro esta relación! ¡Fui claro contigo! Maximus arrastró a Valeria hasta uno de los camerinos de actores y entonces cerró la puerta tras de él. —¿Qué tengo que hacer para que hagas lo que te digo? —¿Qué tengo que hacer para hacerte entender que no soy un perro al que puedes dar órdenes? Este es mi trabajo, esto es lo que hago y lo que soy, lo sabias cuando decidiste casarte conmigo, esto no debería ser una sorpresa justo ahora. Maximus se acercó a ella con el ceño fruncido. —¿Cómo puedes ser tan descarada? — le preugntó con rabia. —¡Descarado tú! Que estabas anoche con una mujer que no era yo, en nuestra propia casa, ¿Eso es cuidar nuestra relación? —Ella no es nadie, intenté decírtelo ayer y esta mañana tambien, pero tal parece que decidiste creer lo que se te dio la gana y simplemente largarte de la mansión sin dejarme darte las explicaciones que necesitaba — gruñó. —No necesito tus explicaciones, lo único que necesito es que me dejes volver a hacer mi trabajo. —¡Eso no se llama trabajo! ¿No te das cuenta? ¿Prácticamente estás grabando una porno frente a todas estas personas? —Eso no es tu problema. ¿Por qué te importa tanto? Para cuando la película salga, tu y yo ya no estaremos juntos, ¡Déjame terminar la grabación! — Valeria tragó saliva tras decir aquellas ultimas palabras. Maximus se quedó observándola fijamente, realmente no estaba muy seguro de como responder a esas preguntas que ella estaba haciendo. —Déjame ir — susurró ella. —¡No! — él gritó y le dio un golpe al tocador, provocando que el pequeño perfume puesto allí se cayera al piso y se rompiera en miles de pedacitos pequeños — No tolero la idea de saber que alguien más tiene acceso a tu cuerpo, no me gusta como te miran esos hombres, no quiero que regreses a ese set de grabación. Valeria quedó sorprendida por aquella afirmación. —¿Por qué no? — susurró. Maximus caminó un paso más en dirección a ella y entonces la besó con desesperación, abrazando su cintura y tocando su suave y dulce piel. Valeria le permitió que él la cargara entre sus brazos y que la sentara en el tocador, con sus piernas abiertas para él. Maximus continuó besando el cuello de Valeria, sintiéndose completamente extasiado por la rabia y por el deseo que tenía, ambos en partes iguales. Valeria deseaba que él tocara y besara mucho más de su cuerpo, ¡Joder! Maximus era un hombre demasiado encantador y provocativo. El abogado se separó un poco de ella, justo lo necesario para poder mirarla a los ojos, al hacerlo, pensó en la última cláusula del tío abuelo, en ese momento, Valeria estaba tan excitada que él no dudaba poder hacerle un hijo justo en ese momento. El problema era lo que eso podía llegar a significar, un hijo con Valeria… Un hijo con la responsable de que Sarah estuviera muerta. Un hijo con la hermanastra de su ex prometida muerta. ¿Acaso sería Maximus capaz de hacer algo como eso? En cuanto Valeria se dio cuenta de que Maximus estaba dudando de lo que estaba sucediendo, decidió hacer lo mismo que con su coestrella y coger al toro por los cuernos. —No te detengas, por favor — dijo, como una suplica que fue música para los oídos de Maximus.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD